Intentos de suicidio de alta letalidad
El suicidio es una causa de muerte frecuente. Cada año mueren en torno a un millón de personas en el mundo. En nuestro país el suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa (INE, 2017). Se ha estimado que los intentos de suicidio (IS) son 10-20 veces más frecuentes que el suicidio. Dentro del amplio espectro de la conducta suicida, están los IS de alta letalidad (los más próximos al suicidio).
Los intentos de suicidio médicamente graves (ISMG) o intentos de suicidio (IS) de alta letalidad, se definen por presentar un compromiso orgánico grave, independientemente de su gravedad psiquiátrica.
Los ISMG, en el amplio espectro de la conducta suicida, son los más próximos al suicidio consumado, siendo dos poblaciones superpuestas con características comunes. Además, los ISMG tienen más riesgo de morir por suicidio con respecto a los intentos de suicidio de baja letalidad.

Un aspecto importante a tener en cuenta es que valorar supervivientes de una conducta suicida grave, permite obtener información directamente del superviviente, a diferencia de los suicidios consumados, en los que la valoración se realiza indirectamente a través de terceras personas (autopsia psicológica). El hecho de poder evaluar personas tan próximas al suicidio, es de gran valor para poder conocer los mecanismos psicológicos de una conducta suicida grave y los signos de alarma, para evitar un suicidio.
En un porcentaje importante, se ha objetivado la prevalencia de patología psiquiátrica, principalmente trastornos afectivos (depresión), seguido de trastornos de personalidad y otros trastornos relacionados con el consumo de sustancias. También existen otros factores de riesgo de tipo socioambiental y no psiquiátrico que se deben valorar: presencia de una patología médica grave/crónica, limitaciones funcionales y su adaptación (personas con alguna discapacidad física o de edad avanzada) y el apoyo social.
Los síntomas
Una mayoría de pacientes presenta clínica depresiva que no siempre coincide con la presencia de un acontecimiento estresante. Han tenido antecedentes de intentos de suicidio en el pasado. Y previo al ISMG, han presentado ideas de querer morirse o una ideación suicida más estructurada.
¿A quién afecta la enfermedad?
A las personas con un trastorno psiquiátrico no estabilizado/no tratado: trastornos afectivos unipolares (depresión) pueden tener mayor predisposición de mostrar una conducta suicida.
El diagnóstico
Ante un ISMG se tiene que valorar y tratar la presencia de un trastorno psiquiátrico subyacente.
El tratamiento habitual
Una vez el paciente se ha recuperado de una situación vital de riesgo, se tiene que realizar un abordaje integral centrado en aspectos clínicos y socioambientales. En el ámbito clínico se debe comprobar la presencia de una patología psiquiátrica y tratar. También es importante, después del alta médica, derivar el paciente a la red de salud mental y activar el Código de Riesgo Suicida que permite un seguimiento posterior al alta hospitalaria.
Las pruebas más habituales
Anamnesis médica y psiquiátrica, y evaluación psicológica.
Prevención
Evitar los mitos que mantienen el estigma social del suicidio y valorar la presencia de ideación suicida en personas con factores de riesgo clínicos y sociodemográficos.