Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
El Trastorno por Déficit de Atención y/o Hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo, de origen neurobiológico, que se inicia en la infancia pero puede continuar en la adolescencia y la edad adulta.
Los pacientes con este trastorno pueden tener dificultades para mantener la atención, pueden ser hiperactivos e inquietos, y/o pueden actuar de forma impulsiva.
Los síntomas del TDAH se manifiestan en diferentes actividades y áreas, como la escuela, el trabajo o en cualquier otro ambiente social.
Los síntomas
1) Inatención: dificultades para mantener la atención, errores por olvidos, falta de organización y planificación, pérdida u olvido de las cosas, distracción fácil.
2) Hiperactividad: movimiento en exceso, dificultades para relajarse o permanecer sentado, sensación de motor interno, muchas ganas de hablar.
3) Impulsividad: respuestas precipitadas, dificultad para esperar, interrupciones constantes. También presentan inestabilidad emocional, baja autoestima, fracaso académico, inestabilidad laboral y familiar.
¿A quién afecta la enfermedad?
La prevalencia del TDAH se sitúa en términos generales en torno al 3-7%. El 50% de los niños seguirán teniendo síntomas clínicos durante la adolescencia y en la etapa adulta.
El TDAH es más frecuente en el sexo masculino que en el femenino entre la población general, con una proporción 2:1 en niños y 1,6:1 en adultos. El sexo femenino tiene más tendencia a presentar principalmente inatención.
El diagnóstico
El diagnóstico es CLÍNICO, es necesario realizar una adecuada anamnesis clínica con el paciente y/o familiares por parte de un profesional sanitario especializado. Se dispone de diferentes escalas para valorar la gravedad de los síntomas o trastornos comórbidos asociados, y de pruebas neuropsicológicas que evalúan las dificultades de atención y la disfunción ejecutiva.
El tratamiento habitual
Es necesario el abordaje multimodal: psicoeducación, tratamiento psicológico y tratamiento farmacológico. En el caso de población infantil, el abordaje incluye entrenamiento de padres e intervención escolar. Se dispone de diferentes fármacos psicoestimulantes y no psicoestimulantes que han demostrado ser eficaces y seguros para el control de los síntomas.
Las pruebas más habituales
Anamnesis clínica. Entrevista psicológica. Exploración neuropsicológica. Analítica sanguínea, constantes vitales, peso y talla.