Somos la suma de cuatro hospitales: el General, el Infantil, el de la Mujer y el de Traumatología, Rehabilitación y Quemados. Estamos ubicados en el Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus, un parque sanitario de referencia internacional donde la asistencia es una rama imprescindible.
El paciente es el centro y el eje de nuestro sistema. Somos profesionales comprometidos con una asistencia de calidad y nuestra estructura organizativa rompe las fronteras tradicionales entre los servicios y los colectivos profesionales, con un modelo exclusivo de áreas de conocimiento.
¿Quieres saber cómo será tu estancia en el Hospital Universitario Vall d'Hebron? Aquí encontrarás toda la información.
La apuesta por la innovación nos permite estar en vanguardia de la medicina, proporcionando una asistencia de primer nivel y adaptada a las necesidades cambiantes de cada paciente.
El objetivo de la biopsia intestinal es obtener un fragmento superficial de la mucosa del intestino delgado para analizarlo con el microscopio. Mediante esta muestra se puede determinar si hay alguna enfermedad o problema de salud y cómo evoluciona.
Para tomar la muestra, se introduce un catéter muy delgado a través de la boca del paciente hasta la zona que se desea explorar. Posteriormente, la persona que se somete a la prueba tiene que ir cambiando de posición hasta que, por medio de rayos X se compruebe que la cápsula está bien colocada.
Cuando la posición de la cápsula es correcta, se efectúa una aspiración con una jeringa para obtener la muestra, lo que llamamos biopsia.
A veces, hay que mover el catéter para colocar bien la cápsula. Esto no produce dolor, pero puede provocar irritación en la garganta o sensación de náuseas.
Los riesgos de la intervención son mínimos. Se pueden presentar complicaciones, como una perforación, sangrado o dificultad en la extracción de la cápsula, aunque son muy poco frecuentes.
La gastroenteritis es una infección que provoca diarrea, es decir, un aumento de las deposiciones que, además, son más blandas. Habitualmente puede ir acompañada de vómitos, fiebre y dolor de barriga.
Cada vez que los niños tienen diarreas o vomitan pierden líquidos y los tienen que recuperar bebiendo, lo que se denomina "por vía oral". Para conseguirlo, se pueden usar sueros hiposódicos.
Si vomita con facilidad, es necesario que se tome el suero hiposódico poco a poco (una cucharada cada 5 minutos). Y si no vomita, hay que ir aumentando la cantidad progresivamente.
Cuando no vomite, se le deben ofrecer pequeñas cantidades de comida. Nunca se le tiene que forzar a que coma y la aportación de líquidos debe continuar entre las comidas.
El niño no tiene que estar en ayuno. Hay que ir ofreciéndole comida sin forzarlo. Normalmente los niños con gastroenteritis no tienen mucha hambre. En caso de lactancia materna, hay que aumentar el número de tomas. Los biberones de leche se deben seguir preparando con las dosis habituales, no se tienen que diluir.
Por otra parte, la dieta astringente no es imprescindible, con una alimentación suave, que le apetezca, es suficiente. Los alimentos que toleran mejor son los cereales, arroz y trigo; la patata; el pan; la carne magra; la verdura; el pescado; el yogur y la fruta. Hay que evitar los alimentos flatulentos, con mucha grasa y azúcar.
Para reponer el líquido perdido, no utilizar soluciones caseras, ni refrescos comerciales. Son recomendables las soluciones preparadas para la rehidratación.
No administrar medicamentos para los vómitos o la diarrea sin consultarlo con un pediatra.
Se estima que más del 5 % de la población sufre diarrea crónica, aquella que persiste cuatro semanas o más, y que cerca del 40 % de estos sujetos son mayores de 60 años. La frecuencia normal de las deposiciones varía de tres veces a la semana a tres veces al día. La diarrea puede definirse como una disminución de la consistencia y aumento de la fluidez de las heces, deposiciones que causan urgencia o malestar abdominal o un aumento en su frecuencia. La consistencia de las deposiciones se determina mediante la escala de Bristol, una tabla visual diseñada para clasificar las heces según su forma y peso en 7 grupos.
Hay que valorar la presencia de:
La lista de causas que pueden ocasionar diarrea crónica es extensa (véase tabla 1 del documento adjunto “Diarrea crónica: definición, clasificación y diagnóstico”) y a menudo se hace necesaria la realización de múltiples pruebas antes de llegar a un diagnóstico definitivo.
Las causas más frecuentes de diarrea crónica en nuestro entorno son la malabsorción de ácidos biliares y las enfermedades funcionales, sobre todo el síndrome del intestino irritable y la intolerancia a hidratos de carbono como la lactosa.
Desde el punto de vista de la práctica clínica es útil clasificar a los pacientes con diarrea en función de si presentan características que sugieren “funcionalidad” –una diarrea que aparece sin ninguna causa orgánica que la justifique– u “organicidad”. Esta distinción es importante, ya que el enfoque diagnóstico de ambas situaciones y el tratamiento varía ostensiblemente.
En caso de que se sospeche una enfermedad orgánica, a menudo se tiene que actuar de manera preferente, a diferencia de cuando la sospecha es de una enfermedad funcional, que puede permitir diferir un poco el procedimiento diagnóstico.
Los síntomas y signos de alarma que obligan a descartar enfermedades orgánicas causantes de diarrea crónica potencialmente graves son:
Actualmente todavía no hay recomendaciones específicas para evitar la aparición de la enfermedad. Se recomienda:
La hepatitis aguda consiste en una inflamación aguda del hígado que hace que este no funcione de manera correcta. Habitualmente suele estar producida por virus, fármacos u otros tóxicos.
Los síntomas son muy variables y muchas veces pasan inadvertidos. Los más comunes son cansancio, poco apetito, náuseas, dolores musculares y fiebre. En ocasiones aparece tinte amarillo en la conjuntiva de los ojos y la piel (ictericia) y orina oscura (coluria). Los síntomas pueden durar entre uno y tres meses, hasta que se produce la recuperación. Las hepatitis B y C pueden cronificarse.
La hepatitis viral aguda es la causa más frecuente de inflamación del hígado. Hay algunos virus que tienen marcada predilección por infectar el hígado. Básicamente encontramos cinco, que son los virus de la hepatitis A, B, C, D y E. Los virus que con mayor frecuencia producen inflamación aguda del hígado son los virus de la hepatitis A y B.
El virus de la hepatitis A infecta sobre todo a niños y jóvenes, a veces sin síntomas y por lo general se cura espontáneamente sin dejar secuelas. Se contagia por medio de la vía digestiva (alimentos o bebidas contaminadas) o a través de persona a persona en un medio con unas condiciones higiénicas pobres. A pesar de que es prevenible con la vacunación, el mejor método para evitar la transmisión de la enfermedad es mantener unas buenas condiciones higiénico-sanitarias
El virus de la hepatitis B, cuando se presenta de forma aguda, suele afectar a niños y adultos jóvenes no vacunados. En estos casos, el método de transmisión suele ser por vía sanguínea y sexual. La hepatitis por virus B puede cronificarse y, de no ser tratada, puede producir fibrosis/cirrosis hepática (muerte de las células del hígado que son sustituidas por tejido cicatricial). La hepatitis B también puede verse relacionada con la aparición de cáncer de hígado.
La hepatitis B es asimismo prevenible mediante la vacunación.
La hepatitis tóxica es debida a la acción de determinados compuestos químicos, ya sean naturales (p. ej. ingestión de setas tóxicas), de origen industrial (p. ej. tetracloruro de carbono) o medicamentos (p. ej. paracetamol en grandes dosis).
La hepatitis A afecta a niños y jóvenes. Gracias a las mejoras higiénico-sanitarias del país, en la actualidad es infrecuente. La podemos encontrar en pacientes que hayan viajado recientemente a países con mayor incidencia de la enfermedad así como en personas que hayan tenido contacto con ellos. Como decíamos, el mecanismo de transmisión es fecal-oral y se cura generalmente sin ninguna complicación.
La hepatitis B se transmite la mayoría de las veces por transmisión sexual o por vía sanguínea (adictos a drogas por vía endovenosa). La transmisión a través de transfusión sanguínea está en la actualidad muy controlada y prácticamente no se produce. En zonas en las que la prevalencia de la enfermedad es muy alta (países asiáticos principalmente), la manera más frecuente de transmitir la hepatitis B es de madre a hijo durante el embarazo o en el parto (transmisión vertical). En estos casos de transmisión vertical, la hepatitis B se cronifica en más de un 90 % de los casos si no recibe tratamiento adecuado.
La hepatitis tóxica se produce por exposición a sustancias lesivas para el hígado. Estos tóxicos pueden ser fármacos, productos naturales u otros. En algunos casos, la asociación entre el tóxico y la hepatitis está muy bien descrita y es esperable. En otras ocasiones, se produce una reacción no esperada (idiosincrasia). Por último, hay fármacos que no producen toxicidad hepática a menos que se administren en dosis muy superiores a las normales (por ejemplo el paracetamol).
El diagnóstico es principalmente clínico (observación de ictericia, orinas oscuras) y de laboratorio (elevación de los enzimas hepáticos y determinación viral positiva).
Asimismo, durante la evolución de la enfermedad se detecta la aparición o evolución de anticuerpos específicos para cada virus que determinan la respuesta del paciente y su entrada o no en estado de cronicidad.
Con la ecografía abdominal podemos ver si hay complicaciones derivadas de la hepatitis aguda o excluir otras causas que pueden dar síntomas similares.
En general, no es necesario ningún tratamiento específico para la hepatitis aguda, salvo en algunos casos producidos por el virus de la hepatitis B y C. Es importante extremar la higiene personal para evitar el contagio a otras personas.
No se recomienda una dieta específica (siempre que se evite el consumo de alcohol). Tampoco debe hacerse reposo en cama estricto (se tiene que adecuar la actividad física al estado general del paciente).
Básicamente son analíticas que revelan el estado y evolución del hígado y la respuesta que da el paciente para la curación. También las analíticas de sangre pueden revelar la evolución a la cronicidad.
La vacunación para los virus A y B es el mejor tratamiento posible (incluidas en el calendario vacunal). No se dispone por el momento de ninguna vacuna para el virus C.
La hepatitis A se transmite por contacto fecal-oral (comida y bebida contaminada y de persona a persona). La higiene alimentaria es fundamental en este sentido.
Los métodos anticonceptivos de barrera (el preservativo) permiten evitar el contagio de las enfermedades de transmisión sexual (entre ellas la hepatitis B y C).
En países donde la enfermedad es muy frecuente, muchas mujeres embarazadas pueden sufrir la enfermedad y transmitirla a sus hijos durante la fase final del embarazo o en el parto. El uso de la vacunación precoz +/- gammaglobulinas contra el virus de la hepatitis B puede prevenir la infección del niño.
La hepatitis tóxica se previene con la precaución a la exposición de los diferentes tóxicos implicados.
La esclerodermia es una enfermedad autoinmune que se caracteriza por un aumento del colágeno en diferentes tejidos del cuerpo, una alteración estructural de la microcirculación y determinadas anomalías inmunológicas. El término esclerodermia procede del griego “skleros”, que significa duro, y “derma”, que significa piel, lo que indica que el endurecimiento cutáneo es la particularidad más genuina de la enfermedad. Puede afectar, además de la piel, el tubo digestivo, el pulmón, el riñón y el corazón. El pronóstico es variable. En la actualidad no hay un tratamiento curativo, pero la enfermedad se trata con medidas de tipo general y terapia sintomática, según los órganos afectados.
El Fenómeno de Raynaud: es una de las manifestaciones más características de la enfermedad (97% de los casos) y es la primera expresión clínica en la mayoría de pacientes. Se debe a una vasoconstricción de los capilares sanguíneos. El enfermo explica que con el frío los dedos de las manos cambian de color y se vuelven primero pálidos (como la cera) para al cabo de un rato pasar a presentar un tono azulado y finalmente adquieren un aspecto rojizo. La presencia de fenómeno de Raynaud no es siempre indicativo de tener una esclerodermia, En realidad, en solo un 5% de las personas que presentan fenómeno de Raynaud se desarrollará posteriormente la enfermedad. Casi la mitad de los enfermos pueden presentar úlceras digitales, como expresión de una grave lesión de la microcirculación.
La manifestación más peculiar de la enfermedad es la afectación de la piel. Es dura, tensa y sin arrugas (difícil de pellizcar). La magnitud de la afección cutánea es variable y tiene relación con el pronóstico. Se distinguen dos formas clínicas: la forma limitada (afección cutánea distal a codos y rodillas) y la forma difusa (afección cutánea distal y proximal a codos y rodillas, y tronco). La cara puede verse afectada por igual en las dos formas clínicas. El subtipo con afección cutánea limitada tiene mejor pronóstico que la difusa. Se puede apreciar, asimismo, una disminución de la abertura bucal (microstomía). En la piel hay zonas hiperpigmentadas y acrómicas, telangiectasias (acumulación de pequeños vasos sanguíneos) y, en ocasiones, se palpan depósitos cálcicos subcutáneos (calcinosis)
La mayoría de pacientes notan dolores articulares y musculares, observándose en casos extremos contracturas y retracciones de los dedos de las manos. Cuando está afectado el tubo digestivo –lo que sucede con mucha frecuencia- el enfermo se queja de ardor y dificultar para tragar, ya que el esófago ha perdido la capacidad de movilizar la comida hacia el estómago. La afección pulmonar es la principal causa de muerte y puede ser en forma de fibrosis o de hipertensión pulmonar; la tos, el ahogo y la insuficiencia cardíaca son las principales manifestaciones de la afección pulmonar. Cuando está afectado el corazón se detectan alteraciones del ritmo cardíaco y en algunos casos síntomas de angina de pecho, por afectación de los pequeños vasos coronarios. En un pequeño porcentaje (alrededor del 5%) la esclerodermia altera el riñón (crisis renal esclerodérmica) y se manifiesta en forma de hipertensión arterial maligna e insuficiencia renal.
Conviene indicar que no todos los pacientes con esclerodermia presentan todas las manifestaciones descritas. Es más, puede concluirse que existe una gran variabilidad, casi individual, en la expresión clínica de la enfermedad.
La esclerodermia es una enfermedad rara con una incidencia de 4-18,7/millón/año y una prevalencia de 31-286/millón. Predomina en el sexo femenino, con una relación variable, según las series, que oscila entre 3:1 a 14:1 (mujer/varón). La edad de presentación se sitúa alrededor de los 30-40 años.
Cuando la sintomatología referida es evidente, el diagnóstico no ofrece demasiadas dudas. Son de ayuda para confirmar el diagnóstico, y para valorar el grado de afección de los distintos órganos que pueden verse alterados, diversas pruebas complementarias.
“Enfermedad incurable, pero no intratable” La esclerodermia no tiene, en la actualidad, un tratamiento con resultados satisfactorios, pero eso no significa que no se pueda tratar. El tratamiento es sintomático, según el órgano afectado. Para el fenómeno de Raynaud: vasodilatadores, antiagregantes; reflujo gastroesofágfico: inhibidores de la bomba de protones; crisis renal: inhibidores de la enzima conversiva de la angiotensina/diálisis; fibrosis pulmonar: inmunosupresores/trasplante pulmonar; hipertensión pulmonar: vasodilatadores/trasplante pulmonar. En enfermos con la forma difusa y menos de tres años de evolución se pueden indicar inmunomoduladores como el micofenolato sódico (o de mofetilo), o el metotrexato, como tratamiento de base.
Las pruebas más habituales para confirmar y/o valorar la afección de los distintos órganos son: análisis generales y datos inmunológicos (anticuerpos antinucleares específicos); capilaroscopia, tomografía axial computarizada de alta resolución de tórax, pruebas funcionales respiratorias, manometría esofágica y ecocardiografía. En el seguimiento de estos enfermos deben practicarse anualmente unas pruebas funcionales respiratorias y un ecocardiograma.
Profesionales de Vall d’Hebron destacados que tratan esta enfermedad:
Dra. Carmen Pilar Simeón Aznar (Medicina Interna)
Dr. Alfredo Guillén del Castillo (Medicina Interna)
Dr. Vicent Fonollosa Pla (Medicina Interna)
La base para la recuperación es el tratamiento farmacológico, que ha mejorado mucho en los últimos años, y la adopción de hábitos de vida saludable.
Con respecto al tratamiento, existen varias opciones, como los corticoides, inmunosupresores y agentes biológicos, que se utilizan teniendo en cuenta la actividad o la localización de la enfermedad, y según las complicaciones que se puedan presentar.
Lo más importante, una vez acordado el tratamiento con el especialista, es no dejarlo, ya que eso implicaría recaídas y un mal control de la enfermedad.
El Servicio de Aparato Digestivo se encarga de los pacientes con enfermedades digestivas con una atención de excelencia técnica y humana.
La misión del Servicio es mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades digestivas, mediante el desarrollo de conocimiento (investigación), y la transmisión de conocimiento y valores (formación).
La actividad del Servicio comprende:
El Servicio del Aparato Digestivo es un centro académico de referencia nacional e internacional que atiende patologías digestivas de alta complejidad en un hospital público, universitario y comunitario. Te ofrecemos un programa docente diseñado según el programa del Consejo Nacional de la Especialidad de Aparato Digestivo.
Itinerario formativo del Aparato digestivo
Desde el punto de vista internacional, el servicio está reconocido como European Training Center por el European Gastroenterology Board de la Comunidad Europea y como centro receptor para el programa UEG Clinical and Research Visiting Fellowship y colaborador del Investigator Network del Rome Foundation Research Institute. Asistencialmente formamos parte de unidades de referencia nacional como el Comité de Tumores Neuroendocrinos y el Comité de Inmunodeficiencias Primarias del Adulto. Además, desde el punto de vista de la investigación, nuestra unidad está reconocida como grupo de excelencia por el AGAUR desde el año 2009 (Agencia de Gestión de ayudas Universitarias y de Investigación) y como grupo CIBERehd (Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas) desde el año 2008.
La unidad docente pertenece al Área de Aparato Digestivo e Hígado que integra los Servicios de Aparato Digestivo, Endoscopia y Hepatología, aunque también trabajamos en colaboración con Medicina interna, Medicina intensiva, Urgencias, y los Servicios de Radiodiagnóstico, Soporte nutricional y Cirugía digestiva.
En la práctica diaria, los médicos residentes visitan a los pacientes junto con los médicos de plantilla, realizando la historia clínica y exploración física bajo su supervisión. Asimismo, realizan la valoración de las pruebas complementarias como exploraciones endoscópicas, radiológicas, manométricas y anatomopatológicas necesarias para una adecuada toma de decisiones y para el diagnóstico de las enfermedades del esófago, estómago, intestino, colon, páncreas, hígado y vías biliares. Durante la residencia, los médicos conocen las enfermedades más frecuentes de la especialidad y a menudo tienen la oportunidad de enfrentarse a casos más complejos, que representan un modelo de interacción con otras unidades del hospital. En Hepatología tienen la oportunidad de aprender las características de la hepatitis aguda y crónica o la cirrosis hepática, así como de llevar a cabo el diagnóstico, las pruebas serológicas, el tratamiento y, en el caso de que existan, las posibles complicaciones y prevención. Durante su rotación en Endoscopias realizan una formación gradual y supervisada, que abarca desde las exploraciones diagnósticas hasta la endoscopia terapéutica básica, así como la asistencia a los adjuntos en técnicas de endoscopia avanzada como la ecoendoscopia o la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica.
Los residentes del Servicio de Digestivo realizan guardias de medicina interna durante el primer año y, posteriormente, a partir del segundo año de residencia, guardias de especialidad (4 guardias al mes, aproximadamente), junto con un adjunto de presencia física.
El Programa de Aparato Digestivo también lleva a cabo una tarea científica importante en el Instituto de Investigación Vall d'Hebron y el CIBERehd y cuenta con cinco líneas de investigación:
¿Por qué hacer la especialidad en Vall d'Hebron?
El estreñimiento es un trastorno del hábito intestinal que se caracteriza por una disminución en la frecuencia evacuativa del excremento o en excrementos duros y difíciles de expulsar. Afecta más a las mujeres y, en muchos casos, cursa con dolor o molestias abdominales. Esta entidad tiene una repercusión personal, sanitaria y social muy importante.
En la mayoría de los casos, la causa del estreñimiento es desconocida, sin una lesión orgánica o anatómica que lo explique, y se define como estreñimiento funcional o primario. En otros casos, la aparición del estreñimiento se ve favorecida por determinadas enfermedades o medicamentos, que es lo que se conoce como estreñimiento secundario.
Dentro del estreñimiento primario podemos distinguir algunas variantes:
El estreñimiento secundario se debe al consumo de ciertos medicamentos, sobre todo opiáceos para el dolor, y a enfermedades neurológicas, metabólicas, infecciosas (Chagas) y al cáncer, entre otros.
El más frecuente es la dificultad para la evacuación.
En caso de que haya alteración en la evacuación rectal, los síntomas pueden ser:
Esta entidad es muy común tanto en adultos como en niños, y puede afectar a entre un 10 y un 30 % de la población mundial. El 69 % de los pacientes que lo sufren dicen que afecta a su rendimiento escolar o laboral, y el 40 % de los pacientes con estreñimiento ha consultado en alguna ocasión al médico por este motivo. En el Estado español, entre los años 2005-2006 se dispensaron más de 23 millones de unidades de varios laxantes durante un año.
En general, no se hacen estudios de rutina en pacientes con estreñimiento crónico si no hay signos de alarma como pueden ser fiebre, pérdida de peso o sangrado rectal. En cambio, el estreñimiento de reciente aparición, sin causa aparente o que no responde bien al tratamiento tiene que estudiarse mediante diferentes pruebas como:
El estreñimiento tiene que ser tratado de manera individualizada y hay que analizar la presencia de las causas que lo originen o lo agraven. También hay que investigar los hábitos dietéticos, higiénicos y el consumo de fármacos del paciente.
La ausencia de respuesta a este tratamiento tiene que ser valorada por especialistas.
Existen varias maneras de prevenir el estreñimiento:
La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria crónica intestinal que comporta lesiones de forma recurrente en cualquier parte del tubo digestivo. Afecta especialmente a personas jóvenes que presentan episodios de síntomas estomacales como diarrea, dolor abdominal, fiebre, sangre en las deposiciones o fístulas. La enfermedad de Crohn provoca varios problemas de salud que pueden comportar cambios en los ámbitos personales, sociales y familiares de la vida de los pacientes.
Los cambios en el estado de salud dependen directamente:
Por todos estos cambios, el enfermo puede sentir que pierde calidad de vida y que tiene que visitar al médico con frecuencia.
El cuidado de los pacientes con esta enfermedad requiere una aproximación multidisciplinar centrada en sus necesidades para evitar la reiteración de los pacientes. Por eso se atienden en unidades especializadas, como la Unidad de Atención Crohn-Colitis del Hospital Vall d'Hebron.
La enfermedad se presenta en forma de brotes. Es decir, los síntomas suelen alternar periodos de actividad, en los que el paciente se encuentra mal (que denominamos brotes) con otros en los que la enfermedad se apaga (los denominamos fases de remisión).
Los síntomas que se suelen presentar con más frecuencia en un brote de esta enfermedad son:
La enfermedad de Crohn tiene una incidencia de 1 a 10 pacientes cada 100.000 habitantes al año y una prevalencia de 300 pacientes por 100.000 habitantes. Puede aparecer a cualquier edad, aunque es más frecuente en adultos jóvenes de 20 a 40 años. Afecta tanto a hombres como a mujeres, que presentan factores de predisposición como tabaquismo, familiares de primer grado con enfermedad de Crohn o una microbiota fecal alterada.
Para hacer el diagnóstico, el médico se basa en la suma de síntomas que lo llevan a pedir las pruebas complementarias que identifican y localizan las lesiones en el intestino.
La prueba más importante es la colonoscopia, que consiste en la introducción de un tubo flexible por el ano que permite visualizar el interior del intestino y mediante el cual se pueden obtener biopsias. También se usan pruebas radiológicas como la resonancia o el TAC. Los resultados de las biopsias sirven para confirmar el diagnóstico.
La base para la recuperación es el tratamiento farmacológico, que ha mejorado mucho en los últimos años, y la adopción de hábitos de vida saludables.
Con respecto al tratamiento, hay varias opciones, como los corticoides, inmunosupresores y agentes biológicos, que se utilizan teniendo en cuenta la actividad o la localización de la enfermedad, y según las complicaciones que pueda presentar. Lo más importante, una vez acordado el tratamiento con el especialista, es no dejarlo, ya que ello implicaría recaídas y un mal control de la enfermedad.
La aceptación de estas condiciones supone que dais el consentimiento al tratamiento de vuestros datos personales para la prestación de los servicios que solicitáis a través de este portal y, si procede, para realizar las gestiones necesarias con las administraciones o entidades públicas que intervengan en la tramitación. Podéis ejercer los derechos mencionados dirigiéndoos por escrito a web@vallhebron.cat, indicando claramente en el asunto “Ejercicio de derecho LOPD”. Responsable: Hospital Universitario Vall d’Hebron (Instituto Catalán de la Salud). Finalidad: Suscripción al boletín del Vall d’Hebron Barcelona Hospital Campus, donde recibiréis noticias, actividades e información de interés. Legitimación: Consentimiento del interesado. Cesión: Sí procede, VHIR. No se prevé ninguna otra cesión. No se prevé transferencia internacional de datos personales. Derechos: Acceso, rectificación, supresión y portabilidad de los datos, así como limitación y oposición a su tratamiento. El usuario puede revocar su consentimiento en cualquier momento. Procedencia: El propio interesado. Información adicional: La información adicional se encuentra en https://hospital.vallhebron.com/es/politica-de-proteccion-de-datos.