Somos la suma de cuatro hospitales: el General, el Infantil, el de la Mujer y el de Traumatología, Rehabilitación y Quemados. Estamos ubicados en el Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus, un parque sanitario de referencia internacional donde la asistencia es una rama imprescindible.
Te detallamos los servicios y las unidades que forman parte del Hospital Vall d'Hebron y las principales enfermedades que tratamos. También te ofrecemos recomendaciones basadas en lo que la evidencia científica ha demostrado eficaz para garantizar el bienestar y la calidad de vida.
¿Quieres saber cómo será tu estancia en el Hospital Universitario Vall d'Hebron? Aquí encontrarás toda la información.
La apuesta por la innovación nos permite estar en vanguardia de la medicina, proporcionando una asistencia de primer nivel y adaptada a las necesidades cambiantes de cada paciente.
La vacunación antigripal anual es la principal medida de prevención frente a la gripe.
Las vacunas disponibles en nuestro medio son todas inactivadas (no contienen virus de la gripe, tan solo partes del virus) y se administran por vía intramuscular en dosis única. Los efectos adversos de la vacuna son poco frecuentes y generalmente leves (dolor, induración y eritema en el lugar del pinchazo que no limita la actividad).
El objetivo de la vacunación es generar protección contra las cepas de virus gripales que circularán durante la temporada gripal. Normalmente cada año hay cambios en estas cepas; por este motivo, las vacunas se tienen que elaborar anualmente para incluir las cepas que con más probabilidad serán las responsables de los casos de gripe de la próxima temporada. Las vacunas se fabrican a partir de las cepas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La efectividad de la vacuna contra la gripe oscila entre el 30% y el 70% para prevenir la hospitalización por gripe y la neumonía. En las personas mayores residentes en instituciones, las vacunas han demostrado ser efectivas entre el 50% y el 60% para prevenir la hospitalización o la neumonía, y el 80% para prevenir la muerte por gripe.
La vacunación se recomienda especialmente a las personas con más riesgo de sufrir complicaciones en caso de infección gripal:
Además de la vacunación, hay una serie de medidas higiénicas que se deben tener en cuenta con el fin de prevenir la gripe:
Si aparecen síntomas de gripe o el médico ha diagnosticado la enfermedad, se tiene que procurar no compartir espacios cerrados con otras personas durante los primeros 3-5 días, sobre todo las personas enfermas hospitalizadas y los trabajadores de servicios esenciales para la comunidad.
El tabaquismo pasivo perjudica la salud del bebé. El humo ambiental del tabaco, denominado también humo de segunda mano, es una mezcla del humo que exhalan las personas fumadoras y el humo de la combustión pasiva del cigarrillo. Los dos humos son tóxicos y contienen productos irritantes respiratorios y cancerígenos. El humo del tabaco se comporta como el vapor: se instala en el medio ambiente e impregna la ropa, el pelo, los muebles, las cortinas, etc. Por lo tanto, a pesar de haber apagado el cigarrillo, los elementos tóxicos quedan en el aire, hecho que hay que tener en cuenta para proteger la salud de los pequeños. Por lo tanto:
En el plano físico, el posparto se caracteriza por un proceso involutivo y de regresión de las zonas y órganos corporales que han sufrido cambios, a excepción de la glándula mamaria, que en este momento cobra mayor importancia para la alimentación del bebé. Además de los cambios fisiológicos, se producen también cambios en la madre en el plano psicológico, en la estructura familiar y en el rol social.
Un periodo en el que aparecen tantos cambios puede traducirse en una compleja o difícil adaptación, por lo que es importante que los cuidados proporcionados por los profesionales sanitarios se lleven a cabo desde un abordaje biopsicosocial y holístico y es recomendable que sean coordinados por una comadrona.
Desde un punto de vista clínico, se pueden diferenciar tres etapas.
El posparto inmediato comprende las primeras 24 horas, de las cuales las dos primeras representan un periodo de estrecha vigilancia, por el mayor riesgo de hemorragia posparto que existe.
En la sala de partos se llevará a cabo un control regular de las constantes vitales, como son la temperatura, la tensión arterial y frecuencia cardíaca. Se valorará el sangrado vaginal y el tamaño del útero, que después del parto debe ir recuperando su tamaño de antes del embarazo de manera progresiva.
Hay que verificar que no haya ninguna herida o laceración en la vagina que sangre activamente y, en el caso de que la mujer haya solicitado anestesia, comprobar la recuperación de la movilidad de las piernas.
Se iniciará el contacto inmediato piel con piel del bebé con la madre, bajo la adecuada supervisión de los profesionales sanitarios, así como el inicio precoz de la lactancia materna si la madre así lo desea. También se realizarán los cuidados pertinentes al recién nacido sin alterar el binomio madre-hijo, siempre que las circunstancias lo permitan.
Durante la estancia hospitalaria, los controles y cuidados deben ir encaminados a fomentar el vínculo entre la madre y el bebé, junto al establecimiento de la lactancia materna. Durante este proceso, es importante instruir a la madre y a su familia en la identificación de los signos de alarma para detectar las posibles complicaciones de forma precoz.
Hay que ofrecerle a la madre información veraz y sencilla para que en el momento del alta disponga de la máxima autonomía en el cuidado de su bebé. Durante la estancia hospitalaria, también se fomentará la participación activa de la pareja en la crianza.
El denominado posparto precoz, mediato o clínico abarca desde las 24 horas hasta el décimo día del posparto y se considera el periodo involutivo más relevante. En este periodo se debe prestar atención a las siguientes posibles complicaciones: Infección del endometrio, de la herida quirúrgica, de la episiotomía, de orina o de las mamas; problemas circulatorios como varices, hemorroides y dificultades relacionadas con la lactancia materna: dolor, grietas, inflamación y problemas de agarre del bebé.
La estancia en el hospital se puede prolongar de 2 a 3 días en función del tipo de parto y siempre que la evolución de la madre y el bebé esté dentro de la normalidad. Una vez se produce el alta hospitalaria, la comadrona del centro de atención primaria será quien se encargará de la continuidad de los cuidados tanto de la mujer como de su bebé.
Finalmente, la tercera fase, que corresponde al posparto tardío, está comprendida entre el 11.º y el 42.º día después del parto (6 semanas). En este periodo, los cambios físicos acontecidos durante el embarazo en la madre han desaparecido, la lactancia materna suele estar instaurada y aparece la primera menstruación en madres que no amamantan.
Este es el momento ideal para tratar la temática de la anticoncepción, y debemos prestar especial atención al estado emocional de la mujer para detectar posibles alteraciones anímicas por falta de adaptación a la nueva situación. También debemos ofrecer información sobre los grupos de apoyo al posparto y los de lactancia materna.
En caso de estreñimiento:
En caso de diarrea:
Si acabas de ser madre / padre, debes seguir las mismas medidas de prevención que los profesionales sanitarios recomiendan al resto de la población. Es especialmente importante mantener unas buenas practicas higiénicas, sobre todo de las manos, y seguir las medidas de aislamiento ante posibles contagios.
En general, y especialmente en el caso de los bebés, en una situación epidemiológica como la actual deben limitarse las visitas al hospital o al domicilio a las estrictamente necesarias, y evitar recibirlas de amigos o familiares. Cumplir con #yomequedoencasa es esencial para contener el virus.
En el caso de mujeres que acaban de ser madres y están infectadas por esta enfermedad, los datos no muestran que se produzca un contagio por transmisión intrauterina a través de la placenta o perinatal, es decir, no habría transmisión vertical madre – hijo de la enfermedad.
Si la madre está infectada, los especialistas realizarán al recién nacido las pruebas que consideren adecuadas y, en caso necesario, pautarán el tratamiento más adecuado y harán las recomendaciones actualizadas para su cura.
A pesar de que se desconoce la razón por la cual la tasa de infección en recién nacidos es baja, según los estudios realizados hasta el momento, si el bebé resulta infectado por COVID-19, el riesgo de complicaciones graves debido al virus es bajo y lo más probable es que tenga una sintomatología leve.
En caso que el bebé presente sintomatología relacionada con la COVID-19, se debe contactar con las autoridades sanitarias.
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