Pediatras, otros médicos, técnicos de emergencias sanitariasy personal de enfermería que atienden neonatos y niños que requieren TIHPN, sea actuando como parte del hospital emisor o del receptor.
Médicos y enfermeras, técnicos de emergencias sanitarias que trabajan en el ámbito de la emergencia pre-hospitalaria
La vacunación antigripal anual es la principal medida de prevención frente a la gripe.
Las vacunas disponibles en nuestro medio son todas inactivadas (no contienen virus de la gripe, tan solo partes del virus) y se administran por vía intramuscular en dosis única. Los efectos adversos de la vacuna son poco frecuentes y generalmente leves (dolor, induración y eritema en el lugar del pinchazo que no limita la actividad).
El objetivo de la vacunación es generar protección contra las cepas de virus gripales que circularán durante la temporada gripal. Normalmente cada año hay cambios en estas cepas; por este motivo, las vacunas se tienen que elaborar anualmente para incluir las cepas que con más probabilidad serán las responsables de los casos de gripe de la próxima temporada. Las vacunas se fabrican a partir de las cepas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La efectividad de la vacuna contra la gripe oscila entre el 30% y el 70% para prevenir la hospitalización por gripe y la neumonía. En las personas mayores residentes en instituciones, las vacunas han demostrado ser efectivas entre el 50% y el 60% para prevenir la hospitalización o la neumonía, y el 80% para prevenir la muerte por gripe.
La vacunación se recomienda especialmente a las personas con más riesgo de sufrir complicaciones en caso de infección gripal:
Personas de edad superior o igual a 60 años, así como aquellas que conviven en instituciones cerradas.
Personas de menos de 60 años con un alto riesgo de presentar complicaciones derivadas de la gripe: embarazadas, las personas con obesidad mórbida y las personas de cualquier edad que sufran alguna de las enfermedades siguientes: cardiovasculares, pulmonares (incluida displasia broncopulmonar, fibrosis quística y asma), neurológicas, neuromusculares, metabólicas (incluida diabetes mellitus), insuficiencia renal, inmunosupresión, cáncer, enfermedades hepáticas crónicas, asplenia y hemoglobinopatías.
Personal sanitario y otras personas que pueden transmitir la gripe a las que tienen un alto riesgo de complicaciones
Además de la vacunación, hay una serie de medidas higiénicas que se deben tener en cuenta con el fin de prevenir la gripe:
Hay que taparse la boca y la nariz con un pañuelo de un solo uso al toser o estornudar, y después tirarlo.
Es esencial lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón durante unos 15-30 segundos y secárselas bien (sobre todo después de tocar superficies comunes como barandillas, manillas de puertas, teclados y ratones de ordenador, teléfonos, elementos de sujeción en el transporte público y después de estornudar y sonarse), o bien con preparados a base de alcoholes mediante la fricción de las manos durante 15-30 segundos.
Se deben ventilar a menudo los espacios cerrados.
Se tiene que evitar el contacto próximo con personas enfermas de gripe y no compartir comida ni utensilios (como cubiertos, vasos, servilletas, pañuelos...) u otros objetos sin limpiarlos debidamente.
Si aparecen síntomas de gripe o el médico ha diagnosticado la enfermedad, se tiene que procurar no compartir espacios cerrados con otras personas durante los primeros 3-5 días, sobre todo las personas enfermas hospitalizadas y los trabajadores de servicios esenciales para la comunidad.
Autoría:
Vall d'Hebron
Fecha de creación: 26.01.2022, 12:04 Fecha de modificación: 22.06.2022, 16:05
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Seguridad en bebés de 1 a 12 meses
Prevención de caídas
No dejes nunca al bebé sin vigilancia encima de cambiadores, camas, sofás o sillas. Si no lo puedes sujetar, déjalo en un lugar seguro, como la cuna.
Asegúrate de que el cambiador está estable, incluso cuando el bebé patalea. Y si te tienes que alejar, sujétalo siempre con una mano.
Antes de que empiece a ir a gatas, instala vallas apropiadas en escaleras, ventanas y puertas.
Coloca siempre la hamaca del bebé en el suelo. Cuando sea mayor sujétale las piernas para que no pueda girar la hamaca hacia adelante.
La hora del baño
En el momento del baño, sujeta bien al bebé. Hazlo suavemente, pero con firmeza y no te distraigas.
No lo dejes nunca solo dentro o cerca de una bañera, piscina, el mar o un recipiente con agua. Un niño se puede ahogar en solo 5 cm de profundidad de agua.
Asegúrate de que el agua de la bañera no supera los 37 ºC. Cuando llenes la bañera, si el grifo no tiene mezclador de agua, añade primero el agua fría y después añádele la caliente.
Para evitar quemaduras
No tomes ni transportes bebidas calientes con el bebé en brazos.
Asegúrate de que el bebé esté a la sombra y protege su piel.
Protege los enchufes, especialmente cuando empiece a gatear.
Ten mucho cuidado con las estufas, tanto por las quemaduras como por la emisión de gases contaminantes.
Los viajes en coche
Usa siempre dispositivos de retención apropiados a la edad y al peso del bebé y las características del vehículo. Y sigue las instrucciones de montaje del fabricante.
Asegúrate de que siempre esté bien sujeto/a en el asiento de seguridad homologado.
Pon el bebé dentro del capazo o la sillita adecuada con las fijaciones de seguridad homologadas, de acuerdo con la normativa vigente.
¡No lo dejes nunca solo en el coche!
Es conveniente que los bebés viajen siempre en sentido contrario a la dirección del vehículo y en los asientos posteriores, ya que el riesgo de lesiones en caso de accidente es menor. Aun así, si la sillita está en el asiento delantero, desconecta el cojín de seguridad.
Verifica que no haya objetos sueltos por el coche, ya que los puede tirar y causar distracciones al conductor
Protección de las orejas
Evita tener el volumen de la música alto y también los ruidos fuertes y repetitivos.
Controla que el sonido de los juguetes no sea demasiado fuerte ni agudo. Es mejor probar los juguetes antes de comprarlos
Otros accidentes
Revisa que los frenos del cochecito funcionen correctamente.
Revisa que las tetinas de chupetes y biberones no tengan grietas.
Evita toallas o cuerdas que cuelguen y que, en caso de que las estire, puedan hacer caer objetos.
No dejes a su alcance objetos pequeños ni le des trozos de alimentos duros como manzana, zanahoria, palomitas o patatas fritas.
Presta atención a las bolsas o envoltorios de plástico, globos u otros objetos que lo puedan asfixiar.
No lo dejes solo con animales de compañía, ya que sus reacciones son imprevisibles.
Los medicamentos y los productos de limpieza y tóxicos tienen que estar muy lejos de su alcance.
No le pongas cadenillas en torno al cuello, pendientes grandes o anillos y no utilices agujas.
Tabaquismo pasivo
El tabaquismo pasivo perjudica la salud del bebé. El humo ambiental del tabaco, denominado también humo de segunda mano, es una mezcla del humo que exhalan las personas fumadoras y el humo de la combustión pasiva del cigarrillo. Los dos humos son tóxicos y contienen productos irritantes respiratorios y cancerígenos. El humo del tabaco se comporta como el vapor: se instala en el medio ambiente e impregna la ropa, el pelo, los muebles, las cortinas, etc. Por lo tanto, a pesar de haber apagado el cigarrillo, los elementos tóxicos quedan en el aire, hecho que hay que tener en cuenta para proteger la salud de los pequeños. Por lo tanto:
No fumes en casa, ni en las ventanas ni en ninguna de las estancias, ya que no existe ningún dispositivo que elimine del ambiente el humo del tabaco.
Pide a las visitas que no fumen en casa.
Si fumas en el balcón o la terraza, cierra la puerta de acceso a la vivienda.
No fumes en el coche, aunque el bebé no esté.
Cuando salgas con el bebé, evita los espacios cerrados donde se fume.
No fumes delante del bebé, aunque estéis en espacios abiertos.
Autoría:
Vall d'Hebron
Fecha de creación: 26.01.2022, 11:58 Fecha de modificación: 22.06.2022, 16:05
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Posparto
En el plano físico, el posparto se caracteriza por un proceso involutivo y de regresión de las zonas y órganos corporales que han sufrido cambios, a excepción de la glándula mamaria, que en este momento cobra mayor importancia para la alimentación del bebé. Además de los cambios fisiológicos, se producen también cambios en la madre en el plano psicológico, en la estructura familiar y en el rol social.
Un periodo en el que aparecen tantos cambios puede traducirse en una compleja o difícil adaptación, por lo que es importante que los cuidados proporcionados por los profesionales sanitarios se lleven a cabo desde un abordaje biopsicosocial y holístico y es recomendable que sean coordinados por una comadrona.
Tres etapas del posparto
Desde un punto de vista clínico, se pueden diferenciar tres etapas.
Primera etapa: posparto inmediato
El posparto inmediato comprende las primeras 24 horas, de las cuales las dos primeras representan un periodo de estrecha vigilancia, por el mayor riesgo de hemorragia posparto que existe.
En la sala de partos se llevará a cabo un control regular de las constantes vitales, como son la temperatura, la tensión arterial y frecuencia cardíaca. Se valorará el sangrado vaginal y el tamaño del útero, que después del parto debe ir recuperando su tamaño de antes del embarazo de manera progresiva.
Hay que verificar que no haya ninguna herida o laceración en la vagina que sangre activamente y, en el caso de que la mujer haya solicitado anestesia, comprobar la recuperación de la movilidad de las piernas.
Se iniciará el contacto inmediato piel con piel del bebé con la madre, bajo la adecuada supervisión de los profesionales sanitarios, así como el inicio precoz de la lactancia materna si la madre así lo desea. También se realizarán los cuidados pertinentes al recién nacido sin alterar el binomio madre-hijo, siempre que las circunstancias lo permitan.
Durante la estancia hospitalaria, los controles y cuidados deben ir encaminados a fomentar el vínculo entre la madre y el bebé, junto al establecimiento de la lactancia materna. Durante este proceso, es importante instruir a la madre y a su familia en la identificación de los signos de alarma para detectar las posibles complicaciones de forma precoz.
Hay que ofrecerle a la madre información veraz y sencilla para que en el momento del alta disponga de la máxima autonomía en el cuidado de su bebé. Durante la estancia hospitalaria, también se fomentará la participación activa de la pareja en la crianza.
Segunda etapa: posparto precoz
El denominado posparto precoz, mediato o clínico abarca desde las 24 horas hasta el décimo día del posparto y se considera el periodo involutivo más relevante. En este periodo se debe prestar atención a las siguientes posibles complicaciones: Infección del endometrio, de la herida quirúrgica, de la episiotomía, de orina o de las mamas; problemas circulatorios como varices, hemorroides y dificultades relacionadas con la lactancia materna: dolor, grietas, inflamación y problemas de agarre del bebé.
La estancia en el hospital se puede prolongar de 2 a 3 días en función del tipo de parto y siempre que la evolución de la madre y el bebé esté dentro de la normalidad. Una vez se produce el alta hospitalaria, la comadrona del centro de atención primaria será quien se encargará de la continuidad de los cuidados tanto de la mujer como de su bebé.
Tercera etapa: posparto tardío
Finalmente, la tercera fase, que corresponde al posparto tardío, está comprendida entre el 11.º y el 42.º día después del parto(6 semanas). En este periodo, los cambios físicos acontecidos durante el embarazo en la madre han desaparecido, la lactancia materna suele estar instaurada y aparece la primera menstruación en madres que no amamantan.
Este es el momento ideal para tratar la temática de la anticoncepción, y debemos prestar especial atención al estado emocional de la mujer para detectar posibles alteraciones anímicas por falta de adaptación a la nueva situación. También debemos ofrecer información sobre los grupos de apoyo al posparto y los de lactancia materna.
Autoría:
Vall d'Hebron
Fecha de creación: 26.01.2022, 11:45 Fecha de modificación: 22.06.2022, 16:06
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Pautas alimentarias para personas que han sufrido un ictus
Cambios en la dieta
Se recomienda una dieta variada rica en proteínas y fibra y baja en sal, así como pobre en grasas y frituras. La dieta mediterránea es la más aconsejable, y se deben potenciar los alimentos frescos y de temporada.
En pacientes que presentan alteraciones en el gusto o el olfato, o disminución del apetito, se debe mantener un control para evitar una pérdida excesiva de peso que pueda conllevar desnutrición.
En caso de pérdida de la sensibilidad térmica, en la que no se aprecia si la comida quema, se debe tener cuidado con la temperatura de los alimentos para evitar quemaduras.
Pacientes con disfagia
La comida no debe tener grumos ni estar demasiado caliente. Para estimular la deglución se puede alternar comida fría y caliente (sin quemar).
El paciente debe tener la espalda y la cabeza rectas. A veces, sin embargo, es conveniente bajar la barbilla para facilitar la deglución.
Para facilitar la acción de beber se pueden utilizar vasos pequeños y evitar las pajitas y las botellas pequeñas.
La comida se debe dar en pequeñas porciones por el lado sano y con frecuencia. Para asegurarse de que no hay restos en la boca, se puede esperar a que trague una o dos veces.
Evitar distracciones durante la comida.
En caso de tos, se pueden utilizar espesantes químicos (se compran en la farmacia) o naturales (patata, harina o pan, entre otros).
En caso de alimentación por sonda
Los alimentos deben estar finamente triturados y mezclados con agua.
El paciente debe estar sentado o semisentado durante la alimentación.
Aunque la alimentación sea por sonda, se debe mantener una correcta higiene bucal.
Cuando se interrumpe la alimentación, es importante pasar un poco de agua por la sonda para evitar obstrucciones y, posteriormente, mantener el tapón de la sonda cerrado. En caso de que se produzca una obstrucción, se puede intentar eliminarla con aceite o un refresco de cola. En caso contrario, se debe acudir al centro de salud.
Si la sonda es nasogástrica, se deben limpiar los orificios nasales cada día y apoyar la sonda en un lugar diferente de la nariz para evitar que se formen úlceras.
Si el paciente presenta una gastrostomía, se debe mantener una higiene diaria con agua y jabón de la piel en torno a la sonda, de la propia sonda y de las conexiones. También se debe cambiar a diario la sujeción de la sonda y tapar la zona con gasas y esparadrapo.
Si el paciente sufre problemas de movilidad
Utilizar tazas con dos asas.
Servir la comida en platos hondos.
Los cubiertos deben tener mangos gruesos.
Los manteles tienen que ser antideslizantes.
Si presenta dificultades de eliminación intestinal
En caso de estreñimiento:
Mantener una dieta rica en fibra y, siempre que sea posible, favorecer la movilidad.
Establecer un horario fijo para evacuar, preferentemente en el cuarto de baño y evitando sistemas como la cuña o los pañales.
Los laxantes o enemas sólo se deben administrar bajo prescripción médica.
En caso de diarrea:
Seguir una dieta astringente y mantener una correcta hidratación.
Si persiste más de dos días, consultar con el médico.
Si plantea incontinencia urinaria
Observar la cantidad y frecuencia de las emisiones de orina (incontinencia, infección y retención urinaria).
Es necesario que el paciente ingiera un litro y medio de líquidos al día y que se disminuya la ingesta a partir de media tarde.
Si el paciente tiene pequeñas pérdidas de orina, ofrecerle ir al baño con frecuencia hasta que tenga un mayor control del esfínter.
En caso de incontinencia, se puede utilizar pañal o colector manteniendo la piel limpia y seca.