Somos la suma de cuatro hospitales: el General, el Infantil, el de la Mujer y el de Traumatología, Rehabilitación y Quemados. Estamos ubicados en el Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus, un parque sanitario de referencia internacional donde la asistencia es una rama imprescindible.
El paciente es el centro y el eje de nuestro sistema. Somos profesionales comprometidos con una asistencia de calidad y nuestra estructura organizativa rompe las fronteras tradicionales entre los servicios y los colectivos profesionales, con un modelo exclusivo de áreas de conocimiento.
¿Quieres saber cómo será tu estancia en el Hospital Universitario Vall d'Hebron? Aquí encontrarás toda la información.
La apuesta por la innovación nos permite estar en vanguardia de la medicina, proporcionando una asistencia de primer nivel y adaptada a las necesidades cambiantes de cada paciente.
El objetivo del electrocardiograma es determinar cualquier daño en el corazón y los efectos de medicaciones y aparatos sobre el órgano principal del aparato circulatorio, además de ser de gran utilidad para detectar y analizar arritmias cardíacas, episodios agudos de la enfermedad coronaria y el infarto de miocardio. También se puede usar en las exploraciones preoperatorias, especialmente en intervenciones quirúrgicas de complejidad media y alta, si existen factores de riesgo como cardiopatías isquémicas, diabetes, ictus, insuficiencia cardíaca o disfunción renal.
Para hacer la prueba, el profesional sanitario conecta los cables del electrocardiógrafo a la piel del paciente mediante unos adhesivos o ventosas llamados electrodos, que se conectan a los tobillos, las muñecas y el pecho, para recoger los impulsos eléctricos de diferentes partes del cuerpo.
Durante el electrocardiograma, el paciente tiene que estar tumbado, relajado y sin hablar, mantener un ritmo respiratorio normal y con los brazos y piernas inmóviles. A veces, el médico puede pedir a los pacientes que aguanten la respiración durante unos segundos.
El electrocardiógrafo registra la actividad eléctrica desde la superficie del corazón, gracias a unos electrodos que se enganchan al cuerpo. Este registro de la actividad eléctrica queda dibujado en un papel que tiene que ser interpretado por un profesional en función de los síntomas y la historia clínica de los pacientes.
Se trata de una prueba sencilla y rápida que no produce ninguna molestia ni dolor. Además, no supone ningún riesgo para los pacientes.
La colposcopia permite examinar de forma ampliada el cuello del útero, o cérvix, e identificar precozmente posibles lesiones que podrían ser precursoras de un cáncer y, también, lesiones cancerosas. Para ello se utiliza con un microscopio especial que se denomina colposcopio y que sirve para saber cuál es la causa de una citología anormal. Durante la exploración, los ginecólogos estudian el cuello uterino y deciden si es necesario hacer una biopsia y de qué zona. También pueden extirpar ciertos tejidos, si es necesario. Para practicar la biopsia se toma una pequeña muestra y se envía al laboratorio para que se examinen las células. A partir de dicho examen se puede llegar a un diagnóstico y decidir el tratamiento que hay que seguir, si es necesario.
Esta técnica se utiliza para detectar de forma precoz lesiones que podrían desencadenar un cáncer de cuello del útero y también para extraer muestras que permiten hacer un diagnóstico e, incluso, extirpar tejidos.
La exploración también sirve para diagnosticar, además del VPH, otras infecciones de transmisión sexual.
Para realizar la prueba, la paciente se debe colocar en la camilla de exploración ginecológica y situar una pierna en cada uno de los estribos laterales.
A continuación, el médico o la médica inserta un aparato en el interior de la vagina, el espéculo, que permite separar las paredes y acerca el colposcopio, con el que puede ver el área a examinar. Si durante la exploración, detecta zonas anómalas, puede decidir practicar una biopsia del tejido que posteriormente se tiene que analizar con un microscopio en el laboratorio.
Las anomalías detectadas en una biopsia de cérvix se llaman neoplasias cervicales intraepiteliales (CIN) y se clasifican en:
Posibles molestias mientras se toma la muestra y, a veces, un sangrado ligero que puede durar entre 3 y 4 días.
La citología cervicovaginal, también denominada prueba de Papanicolau, consiste en recoger una muestra de células de la pared del cuello del útero, o cérvix, para analizarla y detectar e identificar cambios anormales en las células de esta zona producidos por el virus del papiloma humano (VPH), antes de que se desarrolle un cáncer y algunas infecciones. Si el examen muestra la presencia de VPH, el médico puede solicitar otras pruebas, como la colposcopia (vincular a colposcopia).
La citología cervicovaginal está indicada para detectar, de forma precoz, cáncer de cuello de útero o anomalías precancerosas del cuello uterino, de modo que se pueda iniciar un tratamiento temprano, lo que aumenta las posibilidades de curación de la enfermedad.
Mientras la paciente está acostada en una camilla con las piernas en cada uno de los estribos para la exploración ginecológica, el médico o la médica que realiza la prueba introduce un espéculo en la vagina. Este aparato permite separar las paredes vaginales y ver el cuello uterino.
Posteriormente, el profesional puede extraer una muestra de las paredes de la vagina o del exudado vaginal en el fondo posterior de esta zona. Acto seguido se recoge una segunda muestra de la parte externa del cuello del útero, el ectocérvix, y otra del canal del cuello uterino que comunica el interior de la cavidad uterina con la vagina, también denominada endocérvix
Finalmente, estas muestras se envían al laboratorio, donde se analizarán con un microscopio.
Para realizar esta prueba no es necesaria una preparación previa, aunque es conveniente que la paciente no tenga la menstruación, para evitar posibles errores.
No hay riesgos, aunque, a veces, se pueden producir sangrados debidos a la extracción de la muestra; pero no suelen durar más de un día.
Es conveniente que la paciente esté relajada durante la prueba, ya que si hay una contracción de la vagina, la prueba puede producir alguna molestia.
La tomografía computadorizada, también conocida como TC o TAC, es una prueba que sirve para obtener información morfológica de diferentes tipos de tejidos: huesos, pulmones, cerebro, hígado, vasos sanguíneos o tejidos blandos, por ejemplo. Gracias a esta prueba podemos diagnosticar enfermedades cardiovasculares, infecciones, trastornos musculoesqueléticos, cáncer e infecciones, hacer su seguimiento y planificar los tratamientos médicos y quirúrgicos, si son necesarios.
Para llevar a cabo la prueba, es necesario que los pacientes se tumben sobre la mesa móvil del TC. Posteriormente, esta se va desplazando por el interior del aparato. Según la parte del cuerpo que se examine, el paciente puede percibir este movimiento o no.
Durante la realización de la exploración radiológica, se administra por vía venosa un medio de contraste (yodato) que es casi imperceptible e inocuo. La persona paciente siempre está acompañada de profesionales sanitarios que la atenderán y resolverán sus dudas y necesidades.
Una vez realizada la prueba, el radiólogo o la radióloga especializado en TC y otros exámenes radiológicos, interpreta las imágenes y emite un informe para el especialista que ha solicitado la prueba.
No hay riesgos, a menos que el paciente tenga intolerancia o especial sensibilidad a alguno de los componentes de la sustancia de contraste.
Aun así, puede haber riesgos si el paciente presenta algunas enfermedades, pero son personalizados. También existen los riesgos propios de toda exploración radiológica con contraste:
La ecografía ginecológica es una técnica que, mediante ultrasonidos, nos permite visualizar los genitales internos de la mujer.
La ecografía juega un papel fundamental en la detección de patologías benignas y malignas en ginecología, como patología endometrial, miomas, estudio de masas anexiales, valoración de incontinencia urinaria y patología oncológica y, en Vall d'Hebron depende del Servicio de Ginecología. Es fundamental en el diagnóstico precoz, como en el cáncer de ovario.
Se realiza, preferentemente, por vía vaginal o vía abdominal, y es menos frecuente la vía transperineal o la transrectal.
La ecografía no se tiene que realizar anualmente, la periodicidad la dictaminará el ginecólogo/a y es de utilidad en todas las unidades del Servicio de Ginecología: Oncología, Ginecología General, Suelo Pélvico, Laparoscopia y Endoscopia. El Doppler permite analizar la vascularización de los tejidos sospechosos de malignidad, en los casos de vascularización abundante e índices de resistencia bajos.
La ecocardiografía fetal se realiza cuando el feto todavía está dentro del útero, normalmente durante el segundo trimestre del embarazo, entre las 18 y las 24 semanas de gestación.
En este estudio ecográfico se observa el corazón del feto y se analiza su anatomía y función. Es una prueba importante para comprobar que el sistema cardiovascular del feto funciona correctamente, y si no fuera así, conseguir diagnosticar la cardiopatía congénita lo antes posible. De este modo, se puede planificar el tratamiento con suficiente antelación y tenerlo todo previsto para cuando nazca el bebé.
El procedimiento es similar a una ecografía del embarazo y se puede realizar a través del abdomen o la vagina. En el primer caso, el profesional encargado de hacer la prueba, aplica un gel en el abdomen y posteriormente pasa por encima de este una sonda que emite ondas sonoras que rebotan en el corazón del bebé. Gracias a estas ondas se va creando la imagen del órgano en la pantalla del aparato. En el segundo caso, la sonda es más pequeña y se introduce por la vagina.
Con esta prueba, el especialista puede ver el flujo sanguíneo que pasa a través del corazón, el ritmo cardíaco y las estructuras del principal órgano del sistema cardíaco. En Vall d'Hebron un equipo de cardiólogos y obstetras valora las imágenes conjuntamente, con el fin de garantizar un buen diagnóstico.
En Vall d'Hebron el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardíacas congénitas empieza antes del nacimiento, en la Unidad de Medicina Fetal y continúa hasta la edad adulta, en la Unidad de Cardiopatías Congénitas.
La participación activa de los pacientes en el seguimiento y tratamiento de su enfermedad es básico para conseguir más satisfacción personal y un aumento de la autonomía. Tener información fiable y contrastada también ayuda en el manejo de la enfermedad.
El angioedema hereditario es una enfermedad de las consideradas raras, es decir, poco frecuente e, incluso, poco conocida por los profesionales sanitarios. Este hecho conlleva que los mismos pacientes necesiten más conocimientos sobre cómo actuar ante situaciones de urgencia, sobre todo cuando se encuentran fuera de su entorno habitual y lejos de su equipo médico.
Se recomienda evitar, en la medida de lo posible, posibles desencadenantes o agravantes de ataques:
Sospecha ante los síntomas siguientes:
El médico debe hacer un diagnóstico diferencial correcto para descartar otras causas, como la apendicitis, por ejemplo.
En este caso, no se debe perder la calma y se han de seguir las instrucciones que da el médico. A continuación facilitamos unos consejos generales:
1. Avisar a alguien que te ayude a explicar lo que te está pasando.
2. Preparar el informe clínico que te ha proporcionado tu médico.
3. Si dispones de medicación de rescate o de emergencia (Berinert®, Cinryze®, vía intravenosa, o Firazyr® subcutáneo):
a) Si te han enseñado como autoadministrártela, ponte la medicación siguiendo las instrucciones.
b) Si no te han enseñado a autoadministrártela, llévala al centro médico.
4. Ir al centro sanitario con urgencias que tengas más cerca.
5. Pedir cita con el médico especialista una vez resuelta la crisis.
En caso de carga sintomática importante en los angioedemas de tipo I y II, se decide administrar un tratamiento de profilaxis con C1-INH
TRANSFUSIONES, ¿PUEDO DONAR SANGRE?
No se aconseja la donación de sangre por parte de los pacientes con angioedema hereditario de cualquier tipo o adquirido por déficit de C1-inhibidor.
VIAJES LARGOS O AL EXTRANJERO
Te recomendamos llevar siempre el informe clínico que a tu médico te ha proporcionado, si puede ser, actualizado. Es una buena idea disponer de una traducción del informe al idioma del país donde piensas viajar o al inglés.
Localiza algún centro asistencial del entorno, por si fuera necesario.
Lleva siempre encima la medicación de rescate o de urgencia y verifica la caducidad. Y también aporta el informe médico para no tener ningún problema en los controles de seguridad de los aeropuertos o de las estaciones.
DIETA
No tienes que seguir ninguna dieta especial porque no se trata de un edema de causa alérgica y no está producido o desencadenado por alergia a ningún alimento.
La dieta no influye en la evolución de la enfermedad. Se debe seguir una dieta saludable, como cualquier persona.
La incidencia de la infección respiratoria provocada por el coronavirus es mucho más elevada en las personas adultas. Los niños solo representan entre el 1% y el 2% de los casos, y la gran mayoría presentan una sintomatología leve.
Entre la población existen grupos de más riesgo, como son las personas adultas mayores de 65 años y las personas con enfermedades crónicas como las cardiovasculares, las pulmonares o la diabetes. Actualmente, no se ha demostrado que sean un grupo de riesgo los pacientes pediátricos con enfermedades crónicas y/o inmunodeprimidos.
Hay cuatro medidas esenciales para evitar contagiarse de la COVID-19, que son:
Lavarse las manos. Es conveniente mantener la higiene de las manos y lavárselas a menudo (con agua y jabón o soluciones alcohólicas al 70%), especialmente después del contacto directo con personas enfermas o su entorno.
Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca. Después de manipular objetos, hay que procurar no tocarse la boca, la nariz y los ojos sin haberse lavado las manos.
Utilizar pañuelos desechables. Conviene taparse la boca y la nariz con pañuelos de un solo uso o con la cara interna del codo en el momento de toser o estornudar y lavarse las manos enseguida después de hacerlo.
No compartir comida, utensilios (cubiertos, vasos, servilletas, pañuelos, etc.) ni otros objetos sin limpiarlos adecuadamente.
En caso de que alguna de las personas con las que se convive presente sintomatología respiratoria, la primera indicación sería la de cambiar de domicilio temporalmente y evitar cohabitar con ella. En caso de que esto no pueda realizarse, el familiar con sintomatología deberá permanecer aislado del resto de los miembros del hogar en una habitación bien ventilada y utilizar, si es posible, un lavabo propio.
Las personas que lo atiendan tendrán que utilizar mascarilla quirúrgica y guantes para evitar el contacto con los fluidos corporales del enfermo. Asimismo, deberán mantener unas pautas de higiene estrictas, como lavarse las manos a menudo con agua y jabón y una distancia de seguridad mínima de un metro. Los menores, es necesario que lleven siempre una mascarilla quirúrgica o la recomendada por su médico o médica.
Los síntomas más comunes que provoca el contagio por la COVID-19 son fiebre, tos, dolor de garganta o dificultad respiratoria. En caso de que se presente uno o más de estos síntomas, lo primero que se debe hacer es llamar al médico o médica habitual, y no ir al centro de atención primaria (CAP) de forma presencial. Si no es posible contactar, llamad al 061 CatSalut Respon, el servicio de atención telefónica del sistema sanitario catalán, para que os indiquen qué hacer.
En caso de presentar dificultades para respirar, fiebre alta que no baja con antitérmicos o malestar general, se debe ir a Urgencias.
Si habéis estado en contacto con alguien con COVID-19, se tiene que vigilar la aparición de síntomas.
Los pacientes con patologías crónicas o inmunodeprimidos han de mantener su tratamiento farmacológico habitual, siempre que su médico o médica no les indique lo contrario.
Recomendaciones básicas
No dejar a los niños estar en la cocina mientras se cocina.
Los utensilios más relacionados en accidentes domésticos:
En la cocina:
En el cuarto de baño:
Resto de la casa:
Corriente eléctrica, enchufes, alargue eléctrico, plancha de la ropa por contacto o vapor.
Otras lesiones más comunes
Qué hacer cuando nos quemamos con cualquier de estos mecanismos:
Y sobre todo, en caso de ser muy dolorosas acudir al centro de salud.
Si aparecen ampollas, hay pérdida de piel, o placas de color blanco o anacarado después de enfriar, debes mantener la zona afectada tapada con gasa, toalla, sabana, etc.
Si hay dolor se puede aplicar agua fría sobre esta cobertura.
Si las lesiones son de poca extensión acudir en primera instancia al centro de salud, en caso de lesiones más extensas acudir a urgencias hospital o emergencias 112.
Si la quemadura es en la cara, el cuello, las manos, en articulaciones mayores, ingles o periné, deberán ser valoradas por el especialista.
Hay que tener especial cuidado con niños y ancianos ya que pueden requerir una atención especial de sus lesiones.
Los riñones se benefician de una dieta saludable, de un consumo relativamente abundante de agua y de la abstención del tabaco. También son básicos unos buenos hábitos regulares en la defecación y en la micción. El estreñimiento y aguantar la necesidad de orinar son hábitos que perjudican el normal funcionamiento de los riñones. El consumo de agua pura, sin ninguna sustancia en solución, aparte de las que constituyen alimento como la leche, el caldo y de las infusiones como el café o el té, son necesarias para el buen funcionamiento renal. La cantidad de orina que emite una persona sana es variable dependiendo de la cantidad de agua que beba, de la temperatura ambiental, de que esté en reposo, haga ejercicio, etc. Normalmente, en el caso de una persona adulta sana, se sitúa entre 1 y 2 litros por día. No necesariamente se mejora el funcionamiento renal con un exceso de agua.
El ejercicio y una dieta rica en fibra favorecen unos hábitos en la micción y en las deposiciones que mejoran la función renal. En el caso de enfermedades asociadas, como es el caso muy frecuente de la diabetes, el buen control metabólico de la diabetes es esencial para el mantenimiento de la función renal. El control de la tensión arterial, que muchas veces tiene un origen no conocido, es básico también para el mantenimiento de la función renal.
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