Somos la suma de cuatro hospitales: el General, el Infantil, el de la Mujer y el de Traumatología, Rehabilitación y Quemados. Estamos ubicados en el Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus, un parque sanitario de referencia internacional donde la asistencia es una rama imprescindible.
El paciente es el centro y el eje de nuestro sistema. Somos profesionales comprometidos con una asistencia de calidad y nuestra estructura organizativa rompe las fronteras tradicionales entre los servicios y los colectivos profesionales, con un modelo exclusivo de áreas de conocimiento.
¿Quieres saber cómo será tu estancia en el Hospital Universitario Vall d'Hebron? Aquí encontrarás toda la información.
La apuesta por la innovación nos permite estar en vanguardia de la medicina, proporcionando una asistencia de primer nivel y adaptada a las necesidades cambiantes de cada paciente.
El suicidio es una causa de muerte frecuente. Cada año mueren en torno a un millón de personas en el mundo. En nuestro país el suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa (INE, 2017). Se ha estimado que los intentos de suicidio (IS) son 10-20 veces más frecuentes que el suicidio. Dentro del amplio espectro de la conducta suicida, están los IS de alta letalidad (los más próximos al suicidio).
Los intentos de suicidio médicamente graves (ISMG) o intentos de suicidio (IS) de alta letalidad, se definen por presentar un compromiso orgánico grave, independientemente de su gravedad psiquiátrica.
Los ISMG, en el amplio espectro de la conducta suicida, son los más próximos al suicidio consumado, siendo dos poblaciones superpuestas con características comunes. Además, los ISMG tienen más riesgo de morir por suicidio con respecto a los intentos de suicidio de baja letalidad.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que valorar supervivientes de una conducta suicida grave, permite obtener información directamente del superviviente, a diferencia de los suicidios consumados, en los que la valoración se realiza indirectamente a través de terceras personas (autopsia psicológica). El hecho de poder evaluar personas tan próximas al suicidio, es de gran valor para poder conocer los mecanismos psicológicos de una conducta suicida grave y los signos de alarma, para evitar un suicidio.
En un porcentaje importante, se ha objetivado la prevalencia de patología psiquiátrica, principalmente trastornos afectivos (depresión), seguido de trastornos de personalidad y otros trastornos relacionados con el consumo de sustancias. También existen otros factores de riesgo de tipo socioambiental y no psiquiátrico que se deben valorar: presencia de una patología médica grave/crónica, limitaciones funcionales y su adaptación (personas con alguna discapacidad física o de edad avanzada) y el apoyo social.
Una mayoría de pacientes presenta clínica depresiva que no siempre coincide con la presencia de un acontecimiento estresante. Han tenido antecedentes de intentos de suicidio en el pasado. Y previo al ISMG, han presentado ideas de querer morirse o una ideación suicida más estructurada.
A las personas con un trastorno psiquiátrico no estabilizado/no tratado: trastornos afectivos unipolares (depresión) pueden tener mayor predisposición de mostrar una conducta suicida.
Ante un ISMG se tiene que valorar y tratar la presencia de un trastorno psiquiátrico subyacente.
Una vez el paciente se ha recuperado de una situación vital de riesgo, se tiene que realizar un abordaje integral centrado en aspectos clínicos y socioambientales. En el ámbito clínico se debe comprobar la presencia de una patología psiquiátrica y tratar. También es importante, después del alta médica, derivar el paciente a la red de salud mental y activar el Código de Riesgo Suicida que permite un seguimiento posterior al alta hospitalaria.
Anamnesis médica y psiquiátrica, y evaluación psicológica.
Evitar los mitos que mantienen el estigma social del suicidio y valorar la presencia de ideación suicida en personas con factores de riesgo clínicos y sociodemográficos.
Los niños y adolescentes con TDAH pueden presentar serias dificultades en su rendimiento académico. En este sentido, el tratamiento multimodal es el que ofrece mejor resultados. Esto supone coordinar tratamientos de tipo farmacológico, psicológico y psicopedagógico.
Los padres y los tutores serán claves para ayudar a minimizar los síntomas y los efectos de los mismos en el rendimiento académico. A continuación se ofrecen algunos consejos tanto para los padres como para la escuela, con el fin de mejorar su aprendizaje.
Hay dos aspectos básicos en la prevención, detección y tratamiento de las enfermedades cognitivo-conductuales: la observación de los padres y la observación del pediatra del niño o niña. De aquí la importancia de las visitas rutinarias al pediatra.
Durante el primer año de la vida es fundamental la estimulación a través del juego y del canto. La plasticidad del cerebro para aprender durante el primer año es superior a todas las otras etapas de la vida y el peso del cerebro crece de manera exponencial. Los estímulos son esenciales, tanto sonreír como la movilización pasiva de las extremidades ya se dan de manera natural con el juego. La observación del niño o niña también es importante para ver qué áreas hay que trabajar más, enseñarle a voltear sobre si mismo, a gatear o a andar.
En caso de duda o de encontrar una alteración con significación, hará falta un enfoque multidisciplinario para establecer el diagnóstico y la terapéutica adecuada lo antes posible.
El tratamiento de los trastornos cognitivo depende de la enfermedad detectada. En el caso de las enfermedades genéticas, un tratamiento específico no es posible muchas veces, pero siempre es necesario el análisis y la detección precoz.
En el caso de las enfermedades metabólicas hay dietas o fármacos específicos dirigidos a corregir totalmente o en parte el trastorno metabólico detectado.
La ultrasequenciación del genoma humano permite actualmente detectar centenares de alteraciones genéticas con una pequeña muestra de sangre, de la que se extrae la información genética. Hay bases de datos en todos los países desarrollados que trabajan en red compartiendo información, para agrupar casos esporádicos de todo el mundo, para la investigación conjunta de la traducción que esta alteración tiene en el comportamiento o el aprendizaje de la persona.
Así mismo, el estudio bioquímico de las vías metabólicas del organismo cada vez es más completo y esto permite diseñar fármacos específicos para cada situación.
Un cambio de tratamiento, actualmente en desarrollo, es el paso de la pastilla a la célula, en el sentido de trabajar sobre la célula afectada para modificar su comportamiento. Esta aproximación es muy preliminar, pero es un campo que tendrá un gran desarrollo en el futuro.
La epidermólisis ampollosa es un grupo de enfermedades hereditarias que pueden presentarse de varias maneras, desde formas más leves hasta otras más graves: afectan a la piel y las mucosas, implican la formación de ampollas y vesículas después de traumatismos mínimos, y pueden afectar, de modo variable, a otros órganos.
Lo mejor es que tanto los pacientes como su familia y sus cuidadores reciban una educación sanitaria integral, especialmente desde el momento del diagnóstico, en los primeros días de vida del bebé, durante los que ya puede presentar lesiones de tipo cutáneo.
La educación será realizada por profesionales que tienen que prevenir su evolución y las complicaciones derivadas de esta patología desde las disciplinas siguientes:
La piel afectada por el epidermólisis ampollosa es excesivamente sensible a la mínima presión o fricción, con la consiguiente formación de ampollas. Para evitar daños, hay que tener en cuenta las recomendaciones siguientes:
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) provoca una degeneración muscular que puede afectar a la autonomía motora, la comunicación oral, la deglución y la respiración, pero mantiene intactos los sentidos, el intelecto y los músculos de los ojos. Puede incidir, por lo tanto, en los músculos respiratorios, por este motivo los cuidados respiratorios son esenciales para la calidad de vida de las personas pacientes.
Con el fin de mejorar las dificultades respiratorias de las personas pacientes se puede recurrir a la terapia ventilatoria mediante la ventilación no invasiva.
La terapia ventilatoria hace referencia al soporte a la función de respirar mediante la utilización de un ventilador, habitualmente por la noche durante el sueño, para conseguir:
La ventilación se lleva a cabo de forma no invasiva, es decir, mediante una mascarilla ajustada al paciente (nasal o nasobucal) conectada por un tubo al ventilador o respiradero.
Cuando la persona paciente necesita esta terapia, se planifica de forma personalizada el lugar y el momento de iniciarla, ambulatoriamente o con el ingreso hospitalario, de acuerdo con su consentimiento y el de la persona que la cuida.
La educación del paciente y del cuidador principal se tiene que iniciar lo antes posible, tanto desde el punto de vista del manejo de las secreciones y los cuidados que se derivan de ello, como del apoyo emocional que tienen que recibir. Eso implica que durante el ingreso del paciente o en la consulta externa, el paciente y el cuidador serán formados en:
El paciente y el cuidador se tienen que asegurar de preservar un buen estado de la vía aérea con el fin de favorecer el manejo de las secreciones. Es importante preservar la tos siempre que sea posible, pero cuando la tos no sea lo bastante eficaz se tiene que iniciar el aprendizaje de la tos asistida manual y de las ayudas mecánicas (cough assist o tos asistida mecánica). En casos puntuales también se puede utilizar un aspirador de secreciones.
Para mejorar la calidad de vida de los pacientes es importante seguir los consejos siguientes:
Los pacientes con el síndrome de Asperger necesitan un entorno estable y previsible al que se puedan adaptar fácilmente. Es clave para su bienestar que establezcan rutinas según sus intereses, que se organicen el tiempo, que se evite la inactividad o la dedicación excesiva y que no se provoquen cambios bruscos. Aunque este síndrome no tiene cura, un tratamiento adecuado y la implicación de la familia puede mejorar la calidad de vida de las personas pacientes.
Las personas con síndrome de Asperger pueden presentar diferentes necesidades según la edad, el entorno o la conciencia que tengan de sus dificultades. Es por ello que es necesario que dispongan de un programa personalizado que dé respuesta a cada caso concreto.
El objetivo de estos programas personalizados pretende:
Es importante tratar su desarrollo desde diferentes disciplinas. Estas pueden incluir tratamientos cognitivos, programas de habilidades sociales y terapia ocupacional para el paciente. También hay que tener en cuenta pautas sobre cómo resolver conflictos y cómo gestionar grupos psicoeducativos para las familias o los cuidadores.
En la edad infantil, desde el punto de vista afectivo y emocional, es importante aprender a identificar las señales de alarma en el estado de ánimo. Así podemos prevenir dificultades en el manejo de la rabia y la baja tolerancia a la frustración, ya que son pacientes con una elevada sensibilidad a la crítica. En este sentido es necesario evitar el castigo tanto como sea posible y establecer más refuerzos positivos.
Todas estas pautas deben establecerse en un espacio en que las diferencias que presenta el niño o adolescente sean valoradas positivamente, y se comprendan sus limitaciones, pero también sus posibilidades y los aspectos positivos.
En la edad adulta, muchas de estas características se mantienen, puesto que el síndrome de Asperger no tiene cura. De todos modos, un tratamiento personalizado, la implicación de la familia y una buena comunicación con los profesionales pueden permitir una mejor calidad de vida.
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