Somos la suma de cuatro hospitales: el General, el Infantil, el de la Mujer y el de Traumatología, Rehabilitación y Quemados. Estamos ubicados en el Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus, un parque sanitario de referencia internacional donde la asistencia es una rama imprescindible.
El paciente es el centro y el eje de nuestro sistema. Somos profesionales comprometidos con una asistencia de calidad y nuestra estructura organizativa rompe las fronteras tradicionales entre los servicios y los colectivos profesionales, con un modelo exclusivo de áreas de conocimiento.
¿Quieres saber cómo será tu estancia en el Hospital Universitario Vall d'Hebron? Aquí encontrarás toda la información.
La apuesta por la innovación nos permite estar en vanguardia de la medicina, proporcionando una asistencia de primer nivel y adaptada a las necesidades cambiantes de cada paciente.
La Unidad Docente de Pediatría, ubicada en el Hospital Infantil i de la Dona, cuenta con una amplia trayectoria en la formación de especialistas y ofrece una formación versátil de los futuros especialistas, desde las enfermedades más frecuentes y prevalentes hasta las patologías más complejas que requieren atención en centros de alta tecnificación como el nuestro.
Hasta ahora, el Hospital Universitario Vall d'Hebron ha contado con 60 residentes de Pediatría, a razón de 15 por año. Durante el curso 2020-2021 se ha ampliado la oferta docente a 18 residentes por año.
Itinerario formativo de Pediatría
El Hospital Infantil dispone de todas las especialidades pediátricas médicas y quirúrgicas consolidadas como referentes en patologías como las cardiopatías congénitas, la hipertensión pulmonar, el trasplante de órgano sólido, las enfermedades onco-hematológicas y el trasplante de médula ósea. El Hospital Infantil tiene una relación muy estrecha con el Hospital de la Dona, ofreciendo asistencia prenatal en gestaciones de riesgo así como asistencia al recién nacido en una unidad neonatal de alta especialización. La base del SEM pediátrico se sitúa en el Hospital Infantil y ofrece a todos los residentes la posibilidad de realizar una rotación específica a su unidad.
Además, la interrelación constante entre los pediatras del Hospital Infantil y los centros de atención primaria de la zona permite ofrecer al residente una visión global e integradora de la Pediatría. El residente de último año puede, si lo desea, realizar una rotación por las consultas ambulatorias de diferentes especialidades pediátricas que se realizan en el CAP Casernes.
Durante la residencia, la actividad asistencial de los residentes, fundamental para poder alcanzar los objetivos docentes, se combina con actividad docente propiamente dicha en forma de sesiones clínicas, simulacros y la participación en congresos, cursos, etc. Se está potenciando la realización de sesiones clínicas semanales vía telemática para que todos los residentes, independientemente de la unidad o servicio donde estén rotando, puedan asistir. Paralelamente, y de forma anual, el Hospital ofrece a todos los residentes de Pediatría cursos de Soporte vital avanzado pediátrico, Reanimación neonatal completa, Atención Inicial al Trauma pediátrico, Transporte pediátrico, lactancia materna y un curso sobre el programa de optimización de antibióticos PROA, entre otros.
Es esencial que los residentes se formen en la metodología de la investigación, necesaria para participar y desarrollar trabajos de investigación. Durante la residencia los invitamos a llevarlos a cabo y poder así participar en comunicaciones a congresos y publicaciones.
Disponemos de una Subcomisión de Docencia de Pediatría, formada por residentes y tutores, que representan los diferentes Servicios y Unidades Asistenciales de la Pediatría. Los componentes de esta subcomisión velan por la aplicación práctica de la formación y su integración en la actividad asistencial. Gracias a la implicación de estos profesionales garantizamos el control del cumplimiento de los objetivos de los programas de formación.
Todos los objetivos docentes los alcanzarás en 4 años de residencia, que se distribuyen de la siguiente manera:
El programa de formación de especialistas en enfermería pediátrica aborda de manera transversal las competencias relacionadas con la comunicación, la gestión de los cuidados y recursos, la docencia, la investigación y de forma específica las competencias de intervención avanzada en los diferentes ámbitos de la práctica pediátrica.
Itinerario formativo de Enfermería pediátrica
El especialista en enfermería pediátrica es el profesional capacitado para proporcionar los cuidados de enfermería de forma autónoma a bebés, niños y adolescentes, en todos los niveles de atención, también en la prevención de enfermedades y en la rehabilitación. Trabaja integrado en un equipo multidisciplinar y en colaboración con el personal de enfermería especialista de otras áreas.
¿Por qué Vall d'Hebron?
La difteria es una enfermedad infecciosa aguda causada por la bacteria Corynebacterium diphtheriae, que afecta exclusivamente a los humanos. Se puede manifestar con una afectación en el tracto respiratorio superior (amígdalas, laringe, faringe y mucosa nasal). La bacteria produce una exotoxina que es la responsable de las manifestaciones clínicas de la enfermedad. En adultos, puede llegar a ser mortal entre un 5 y un 10% de los casos y, en niños, la mortalidad llega al 20%.
La manifestación característica de la difteria respiratoria es la formación de membranas de color blanco grisáceo (pseudomembranas) en las amígdalas y la faringe. Las membranas suelen estar muy adheridas y eso hace que sangren con facilidad.
Los síntomas más frecuentes son:
Gracias a la vacunación, hacía más de tres décadas que no se diagnosticaba en el Estado español. Sin embargo, en 2015 se produjo un caso en un niño que no había sido vacunado.
La transmisión de la difteria se produce por vía respiratoria o por contacto físico estrecho con una persona enferma o una portadora sana de la bacteria que no haya desarrollado nunca los síntomas.
El periodo de incubación es de dos a siete días, y se transmite desde siete días antes del inicio de los síntomas hasta dos o tres semanas después.
El diagnóstico de confirmación se hace mediante un cultivo microbiológico de muestras clínicas (exudado nasal, faríngeo o de las pseudomembranas).
Es necesario administrar lo antes posible (en las primeras 48 horas del inicio de los síntomas, sin esperar a la confirmación diagnóstica del laboratorio) la antitoxina diftérica y el tratamiento antibiótico con penicilina G procaína.
La principal medida para prevenir la difteria es la vacunación, que protege en el 95 % de los casos. Se tienen que administrar dosis de forma periódica, ya que el efecto no dura para siempre.
La vigilancia epidemiológica y la profilaxis son fundamentales para tener la bacteria controlada y para que no aparezcan casos secundarios.
Las quemaduras se producen porque el organismo interacciona con una fuente de energía que eleva la temperatura del tejido. Este hecho provoca unas lesiones de los tejidos que coagulan las proteínas y producen la muerte celular. Aunque pueden ser una lesión local, pueden acabar repercutiendo en el funcionamiento de órganos y de sistemas internos. En la mayoría de los casos las quemaduras se producen porque el cuerpo interactúa con una fuente energética térmica, es decir, que tiene una temperatura más alta que la nuestra y nos transmite calor. Es el caso de las llamas, el agua hirviendo, los objetos calientes y las radiaciones solares. También hay quemaduras que se originan por una energía mecánica de fricción como en los casos de arrastre.
Cuando una quemadura es extensa y afecta al 15 % del cuerpo de un adulto o al 10 % del de un niño o de una persona mayor de 50 años, se denomina enfermedad del gran quemado. En esta enfermedad se liberan una gran cantidad de factores proinflamatorios desde la quemadura hasta el resto del cuerpo a través de la corriente sanguínea. La fase aguda incrementa la permeabilidad de las membranas de los vasos sanguíneos y de las células del cuerpo, lo que provoca cambios en la distribución corporal de los líquidos y depresión de la función celular.
Para hacer frente a la quemadura, el cuerpo inicia al cabo de pocos días una respuesta inflamatoria generalizada que consiste en un aumento notable del catabolismo para conseguir recursos energéticos. Además, ofrece también una respuesta hiperdinámica que traslada los recursos a las zonas lesionadas. Si la quemadura no se cuida pronto, la respuesta inflamatoria puede acabar consumiendo los recursos, agotar al enfermo, provocar el fallo de los órganos y, finalmente, la muerte.
Sin embargo, una vez curado, el paciente puede presentar secuelas funcionales y estéticas debido a la cicatrización o la retracción de las cicatrices. Este es el caso de las cicatrices hipertróficas o queloides, bridas cicatrizales que limitan la movilidad de las articulaciones, retracciones palpebrales o microstomías, entre otros.
Según la gravedad de las quemaduras hay diversos grados y se manifiestan de manera diferente:
Las quemaduras son un traumatismo frecuente, grave e incapacitante que, principalmente, se da en accidentes laborales, domésticos o de tráfico. La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria calcula que, al año, tres de cada mil habitantes sufren quemaduras que necesitan atención médica. Los centros de atención primaria (CAP) atienden la mayor parte de los casos, pero entre el 15 y el 20 % necesita ingresar en el hospital.
El diagnóstico es clínico y hace falta personal profesional altamente especializado para curarlas, ya que se trata de una patología infrecuente.
Según el grado de la quemadura, los tratamientos pueden ser de:
La mayoría de las quemaduras son evitables y, por lo tanto, las principales herramientas de prevención son la educación de la sociedad y la legislación.
La enfermedad de Chagas es una infección que produce el parásito Trypanosma cruzi, que se transmite por la picadura de un vector (chinche). Otras vías por las se puede transmitir es a través de la madre a su hijo (transmisión vertical), por transfusión de sangre, por trasplante de órganos de donantes infectados o por ingesta de alimentos contaminados con el parásito. De momento, se ha conseguido reducir el número de casos nuevos mediante políticas para eliminar el vector en los países endémicos, así como protocolos de cribado de donantes de sangre, de órganos y en las mujeres embarazadas. Los retos de futuro para curar la patología son mantener y aumentar estas medidas, además de desarrollar nuevos marcadores de evolución y respuesta al tratamiento de pacientes en fase crónica y de fármacos nuevos para atender la enfermedad.
La enfermedad de Chagas es endémica de América Latina y es un reto para la salud mundial a raíz de los movimientos migratorios desde países de la región. Principalmente, la transmisión de la picadura del chinche se da en Bolivia, donde encontramos el número más elevado de casos. Además, también hay contagios en el noroeste de Argentina, Perú, Paraguay, Ecuador, Nicaragua y el sur de México. Fuera de estas áreas, la vía de transmisión más frecuente es la de madre a hijo.
La mayoría de pacientes con enfermedad de Chagas son asintomáticos, es decir, que no presentan síntomas, lo que dificulta la detección. La enfermedad se desarrolla en dos fases:
Esta enfermedad afecta a entre seis y siete millones de personas, pero se estima que en torno a 60 millones están en riesgo de infección. En Cataluña hay unos 11.000 casos.
Actualmente, hay dos fármacos que sirven para tratar la enfermedad de Chagas: Benznidazol y Nifurtimox. En caso de que se desarrolle una enfermedad cardíaca y/o digestiva se necesitará un tratamiento específico para estas complicaciones.
En el caso de Cataluña está el Protocolo de cribado y diagnóstico de enfermedad de Chagas en mujeres embarazadas latinoamericanas y en sus bebés desde el año 2011. Con este protocolo se detectan los posibles casos congénitos y al mismo tiempo se criban activamente las donaciones de sangre y de órganos entre los donantes.
Pediatría, Hospital Infantil i Hospital de la Mujer
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