Somos la suma de cuatro hospitales: el General, el Infantil, el de la Mujer y el de Traumatología, Rehabilitación y Quemados. Estamos ubicados en el Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus, un parque sanitario de referencia internacional donde la asistencia es una rama imprescindible.
El paciente es el centro y el eje de nuestro sistema. Somos profesionales comprometidos con una asistencia de calidad y nuestra estructura organizativa rompe las fronteras tradicionales entre los servicios y los colectivos profesionales, con un modelo exclusivo de áreas de conocimiento.
¿Quieres saber cómo será tu estancia en el Hospital Universitario Vall d'Hebron? Aquí encontrarás toda la información.
La apuesta por la innovación nos permite estar en vanguardia de la medicina, proporcionando una asistencia de primer nivel y adaptada a las necesidades cambiantes de cada paciente.
Las enfermedades glomerulares complejas o glomerulonefritis son una de las causas más frecuentes de insuficiencia renal terminal. La medida principal para combatir la insuficiencia renal crónica es la prevención, siguiendo unas pautas dietéticas, y el tratamiento precoz de las enfermedades o situaciones que la pueden provocar. Además, cuando ya está instaurada y avanzada, se deben aplicar tratamientos que sustituyan de forma total o parcial las funciones de los riñones, es decir, un tratamiento sustitutivo renal.
Por una parte, la función de los riñones es eliminar del cuerpo, a través de la orina, las impurezas generadas, y regular la cantidad de líquido y de elementos químicos que necesitamos, como pueden ser sodio, potasio, fósforo o calcio.
Por otra, los riñones también participan en la regulación de la presión arterial a través de la activación de la vitamina D, la necesaria para mantener unos huesos sanos, y en la producción de la eritropoyetina, la necesaria para producir en la médula ósea los glóbulos rojos de la sangre.
Cuando los riñones no funcionan bien, las impurezas que generamos y el agua que los riñones no pueden eliminar se acumulan en la sangre y en los tejidos y eso provoca importantes trastornos del estado general, retención de líquidos e hipertensión arterial. Tampoco pueden eliminar correctamente algunos de los medicamentos que tomamos, por lo que se pueden acumular en el organismo y aumentar así el riesgo de sufrir efectos secundarios.
Dado que los riñones no pueden ayudar a fabricar la vitamina D, ni a retener fósforo, eso provoca que los huesos se debiliten. Asimismo, los riñones tampoco pueden producir la eritropoyetina y entonces aparece la anemia.
Los principales tipos de tratamiento sustitutivo renal son:
Cuando los pacientes no puedan beneficiarse del tratamiento renal sustitutivo se llevará a cabo un tratamiento conservador, encaminado a controlar los diferentes trastornos y síntomas que aparezcan en la evolución de la enfermedad.
La mayoría de casos de glomerulonefritis no se pueden prevenir, aunque se recomienda seguir un estilo de vida saludable, tal como promueve el Sistema Nacional de Salud:
Además, la aplicación de medidas dietéticas y farmacológicas puede ayudar a prevenir o a disminuir la progresión de la enfermedad:
Se debe mantener una dieta equilibrada y es necesario restringir:
La esclerodermia es una enfermedad autoinmune que se caracteriza por un aumento del colágeno en diferentes tejidos del cuerpo, una alteración estructural de la microcirculación y determinadas anomalías inmunológicas. El término esclerodermia procede del griego “skleros”, que significa duro, y “derma”, que significa piel, lo que indica que el endurecimiento cutáneo es la particularidad más genuina de la enfermedad. Puede afectar, además de la piel, el tubo digestivo, el pulmón, el riñón y el corazón. El pronóstico es variable. En la actualidad no hay un tratamiento curativo, pero la enfermedad se trata con medidas de tipo general y terapia sintomática, según los órganos afectados.
El Fenómeno de Raynaud: es una de las manifestaciones más características de la enfermedad (97% de los casos) y es la primera expresión clínica en la mayoría de pacientes. Se debe a una vasoconstricción de los capilares sanguíneos. El enfermo explica que con el frío los dedos de las manos cambian de color y se vuelven primero pálidos (como la cera) para al cabo de un rato pasar a presentar un tono azulado y finalmente adquieren un aspecto rojizo. La presencia de fenómeno de Raynaud no es siempre indicativo de tener una esclerodermia, En realidad, en solo un 5% de las personas que presentan fenómeno de Raynaud se desarrollará posteriormente la enfermedad. Casi la mitad de los enfermos pueden presentar úlceras digitales, como expresión de una grave lesión de la microcirculación.
La manifestación más peculiar de la enfermedad es la afectación de la piel. Es dura, tensa y sin arrugas (difícil de pellizcar). La magnitud de la afección cutánea es variable y tiene relación con el pronóstico. Se distinguen dos formas clínicas: la forma limitada (afección cutánea distal a codos y rodillas) y la forma difusa (afección cutánea distal y proximal a codos y rodillas, y tronco). La cara puede verse afectada por igual en las dos formas clínicas. El subtipo con afección cutánea limitada tiene mejor pronóstico que la difusa. Se puede apreciar, asimismo, una disminución de la abertura bucal (microstomía). En la piel hay zonas hiperpigmentadas y acrómicas, telangiectasias (acumulación de pequeños vasos sanguíneos) y, en ocasiones, se palpan depósitos cálcicos subcutáneos (calcinosis)
La mayoría de pacientes notan dolores articulares y musculares, observándose en casos extremos contracturas y retracciones de los dedos de las manos. Cuando está afectado el tubo digestivo –lo que sucede con mucha frecuencia- el enfermo se queja de ardor y dificultar para tragar, ya que el esófago ha perdido la capacidad de movilizar la comida hacia el estómago. La afección pulmonar es la principal causa de muerte y puede ser en forma de fibrosis o de hipertensión pulmonar; la tos, el ahogo y la insuficiencia cardíaca son las principales manifestaciones de la afección pulmonar. Cuando está afectado el corazón se detectan alteraciones del ritmo cardíaco y en algunos casos síntomas de angina de pecho, por afectación de los pequeños vasos coronarios. En un pequeño porcentaje (alrededor del 5%) la esclerodermia altera el riñón (crisis renal esclerodérmica) y se manifiesta en forma de hipertensión arterial maligna e insuficiencia renal.
Conviene indicar que no todos los pacientes con esclerodermia presentan todas las manifestaciones descritas. Es más, puede concluirse que existe una gran variabilidad, casi individual, en la expresión clínica de la enfermedad.
La esclerodermia es una enfermedad rara con una incidencia de 4-18,7/millón/año y una prevalencia de 31-286/millón. Predomina en el sexo femenino, con una relación variable, según las series, que oscila entre 3:1 a 14:1 (mujer/varón). La edad de presentación se sitúa alrededor de los 30-40 años.
Cuando la sintomatología referida es evidente, el diagnóstico no ofrece demasiadas dudas. Son de ayuda para confirmar el diagnóstico, y para valorar el grado de afección de los distintos órganos que pueden verse alterados, diversas pruebas complementarias.
“Enfermedad incurable, pero no intratable” La esclerodermia no tiene, en la actualidad, un tratamiento con resultados satisfactorios, pero eso no significa que no se pueda tratar. El tratamiento es sintomático, según el órgano afectado. Para el fenómeno de Raynaud: vasodilatadores, antiagregantes; reflujo gastroesofágfico: inhibidores de la bomba de protones; crisis renal: inhibidores de la enzima conversiva de la angiotensina/diálisis; fibrosis pulmonar: inmunosupresores/trasplante pulmonar; hipertensión pulmonar: vasodilatadores/trasplante pulmonar. En enfermos con la forma difusa y menos de tres años de evolución se pueden indicar inmunomoduladores como el micofenolato sódico (o de mofetilo), o el metotrexato, como tratamiento de base.
Las pruebas más habituales para confirmar y/o valorar la afección de los distintos órganos son: análisis generales y datos inmunológicos (anticuerpos antinucleares específicos); capilaroscopia, tomografía axial computarizada de alta resolución de tórax, pruebas funcionales respiratorias, manometría esofágica y ecocardiografía. En el seguimiento de estos enfermos deben practicarse anualmente unas pruebas funcionales respiratorias y un ecocardiograma.
Profesionales de Vall d’Hebron destacados que tratan esta enfermedad:
Dra. Carmen Pilar Simeón Aznar (Medicina Interna)
Dr. Alfredo Guillén del Castillo (Medicina Interna)
Dr. Vicent Fonollosa Pla (Medicina Interna)
Las enfermedades de los riñones comprenden un amplio espectro de afectaciones que comprometen su funcionamiento normal. Sus misiones principales son depurar la sangre de diferentes compuestos, regular su composición en sales minerales y su acidez, y contribuir a la normal formación y mantenimiento de los huesos. Así como contribuir a la formación de glóbulos rojos y regular la presión arterial. La enfermedad renal se manifiesta por la alteración de las funciones descritas: elevación de la urea en sangre, aumento excesivo del potasio o del fósforo, excesiva acidez de la sangre, dolores óseos y anemia.
La enfermedad renal se mide en grados de insuficiencia renal que progresivamente van del nivel I, el más leve, hasta el V, que es el más avanzado en el que los riñones han dejado de realizar su función. En los grados del I al IV, existen diferentes tratamientos médicos que pueden moderar o compensar la insuficiencia renal. En el grado V, el paciente tiene que iniciar medidas de depuración del cuerpo extrarrenales, como son la hemodiálisis o la diálisis peritoneal. En este caso, siempre se valorará la práctica de un trasplante renal que permitirá una vida normal exenta de diálisis, pero con la necesidad de tomar medicación inmunosupresora para prevenir el rechazo del órgano trasplantado.
La detección de la insuficiencia renal se hace usualmente con una sencilla analítica. Los síntomas acostumbran a ser cansancio y malestar general, causados por la acumulación de urea, por la presencia de anemia o por los dos factores al mismo tiempo. También puede estar presente el dolor de cabeza si hay elevación de la presión arterial.
A todos los grupos de edad. En la infancia se produce muchas veces por causas genéticas. En la edad adulta, por la presencia de otras enfermedades como la diabetes, por enfermedades inmunitarias y por enfermedades infecciosas. También por la manifestación tardía en la vida adulta de enfermedades genéticas.
La presencia de la insuficiencia renal se diagnostica con la práctica de una sencilla analítica. Más complejo es establecer su causa. Muchas veces será necesario practicar una biopsia renal y llevar a cabo un estudio genético.
El tratamiento inicial consiste en suplir o compensar las alteraciones mencionadas. En fases posteriores, la hemodiálisis o la diálisis peritoneal, y como mejor tratamiento de la insuficiencia renal terminal, se puede practicar un trasplante renal, sea de cadáver o de donante vivo.
Las pruebas más habituales son las analíticas, la ecografía, la resonancia magnética nuclear, la biopsia renal y los estudios genéticos.
Beber una cantidad razonable de agua cada día contribuye a un buen funcionamiento renal.
Las enfermedades minoritarias son las que afectan entre un 6% y un 10% de la población. Se calcula que en el mundo hay más de 7.000 enfermedades diferentes. La mayoría de ellas tienen una base genética, son enfermedades crónicas que afectan varios órganos y sistemas de nuestro cuerpo y pueden afectar a las habilidades físicas, mentales o sociales. El diagnóstico puede ser difícil y los tratamientos son, en muchos casos, con medicamentos huérfanos, el acceso a los cuales es restringido.
La complejidad de la mayoría de enfermedades minoritarias hace que requieran una atención multidisciplinaria con profesionales expertos de diferentes especialidades médicas, una gestión personalizada en el ámbito de enfermería, apoyo psicológico y también de trabajo social, entre otros.
En Vall d'Hebron hay más de 200 profesionales especialistas dedicados a la atención de más de 40.000 pacientes con enfermedades minoritarias. Somos uno de los hospitales del Estado español que trata más patologías y uno de los hospitales líderes de Europa en este campo. En 2025, formamos parte de 20 redes europeas de referencia en enfermedades minoritarias (ERN), de 43 centros de referencia españoles (CSUR) y de las 12 redes de experiencia clínica del Departamento de Salud (XUEC). Esto convierte este hospital en un centro altamente especializado para atender este tipo de enfermedades ante todo el proceso de vida, desde el nacimiento hasta la edad adulta del paciente, a través de un sistema en red que permite compartir recursos y conocimientos con otros hospitales y centros del territorio.
Los profesionales de las diferentes unidades y centros tienen como objetivo mejorar el acceso de los pacientes a un diagnóstico, una información y una atención individualizada así como apoyar en la investigación intermediando:
La Comisión de Enfermedades minoritarias tiene como objetivos: establecer en el hospital un marco común de actuación de la atención a las MM, identificar y alinear las diferentes iniciativas (asistenciales, formativas y de investigación), desplegar las líneas de actuación priorizadas, monitorizar y evaluar los resultados de la atención a las MM, para proponer e implementar actuaciones de mejora.
La concentración de pacientes con enfermedades minoritarias permite aumentar el conocimiento y favorece la investigación. Nuestro instituto de Investigación (VHIR) es líder tanto en investigación básica como clínica. Más de 14 grupos de investigación básica es dedicando al estudio de enfermedades minoritarias para favorecer el diagnóstico y encontrar nuevas aproximaciones terapéuticas. Somos el centro del territorio español con el número más grande de ensayos clínicos en medicamentos huérfanos, incluyendo terapias génicas y disponemos de una unidad referente en el desarrollo de terapias avanzadas.
Para más información, podéis contactar con el equipo de enfermedades minoritarias a través de la siguiente dirección de correo electrónico: minoritaries@vallhebron.cat
Estos síndromes son un grupo de enfermedades que se caracterizan por presentar una producción inadecuada de células sanguíneas (anemia, neutropenia y plaquetopenia), malformaciones constitucionales y riesgo de cáncer.
Se diagnostican en la edad pediátrica, pero también se dan casos en la edad adulta. En concreto, estos síndromes son: anemia de Fanconi, disqueratosis congénita o selectivamente neutropenia congénita grave, anemia de Diamond-Blackfan, síndrome de Diamond-Shwachman, trombocitopenia amegacariocítica.
Las malformaciones que pueden comportar los síndromes del fallo medular congénito afectan a la piel, los huesos, el corazón, el aparato digestivo, así como a los sistemas urinario, endocrino o nervioso central, entre otros. Además, pueden repercutir en el ámbito de la médula ósea.
Por otra parte, también provocan predisposición a padecer cánceres como la leucemia aguda mieloblástica, el síndrome mieloplástico y carcinomas escamosos de cabeza y cuello y ginecológicos.
Estos síndromes tienen en común alteraciones en vías biológicas importantes para el crecimiento y la división celular como es la activación del gen p53 que conduce a la parada del ciclo celular, envejecimiento y muerte celular. Además, se han identificado mutaciones en más de 80 genes.
Aunque el tratamiento se inicia en la edad pediátrica, es muy importante hacer un seguimiento cuando el paciente es adulto. El diagnóstico precoz de los síndromes es fundamental para asegurar un tratamiento adecuado del paciente. Con ello se quiere minimizar la toxicidad a la vez que permite un consejo genético, así como iniciar estrategias de prevención y vigilancia del cáncer. Este tratamiento debe ir orientado a tratar el fallo medular, pero también las malformaciones constitucionales y manifestaciones extrahematológicas, así como el tratamiento del cáncer.
Para dar una atención óptima al paciente es necesario un grupo de especialistas multidisciplinar con una gran experiencia en estas patologías.
Los primeros síntomas están relacionados con la falta de producción de células sanguíneas:
También se dan signos relacionados con malformaciones como:
Las incidencias estimadas en las diferentes entidades son:
Las pruebas que se hacen habitualmente para detectar los síndromes de fallo medular congénito son:
Para tratar estas patologías se siguen los métodos siguientes:
Para prevenir estas patologías es importante evitar el tabaco, el alcohol, el sol y seguir una alimentación equilibrada. Además, se tiene que seguir un protocolo de prevención del cáncer con visitas regulares a la Unidad de Prevención del Cáncer y a los servicios de Otorrinolaringología, Cirugía Maxilofacial y Ginecología.
La diálisis peritoneal es junto con la hemodiálisis, un procedimiento de depuración extrarrenal. La insuficiencia renal se trata con diálisis, palabra que quiere decir "paso a través". En este procedimiento, para depurar la sangre se utiliza como filtro el peritoneo del paciente. El peritoneo es la membrana que reviste el interior de la cavidad abdominal, y posee una gran superficie, de un metro cuadrado aproximadamente. Esta membrana peritoneal puede intercambiar las sustancias a eliminar (urea, potasio, fósforo y muchas otras) si sellena de un líquido de diálisis rico en glucosa, para favorecer el intercambio con la sangre de la persona tratada.
El procedimiento es el siguiente: hay que practicar la inserción de un catéter en torno al ombligo para la infusión del líquido de diálisis. Este líquido se deja durante un tiempo en la cavidad peritoneal y se intercambia por uno nuevo, en forma de pases sucesivos.
La diálisis peritoneal se puede realizar en el domicilio del paciente y también por la noche, de forma que se consigue una preservación importante de la calidad de vida del paciente.
Las posibles complicaciones de la diálisis peritoneal son las peritonitis o infección del líquido de diálisis, lo que comporta infección e inflamación del peritoneo. El tratamiento antibiótico soluciona esta complicación.
La diálisis peritoneal se considera generalmente un paso intermedio entre la insuficiencia renal avanzada y el trasplante renal.
La hemodiálisis es un procedimiento de depuración extrarrenal, es decir, es un método para suplir la función del riñón gracias a un aparato externo. Actúa como un filtro por el que pasa la sangre del paciente, gracias a una conexión con su circulación sanguínea por medio de un catéter o de una punción directa en una vena, generalmente del brazo. O se crea una fístula arteriovenosa uniendo una arteria y una vena bajo la piel del brazo. Cuando se unen la arteria y la vena, la presión dentro de la vena aumenta, fortaleciendo las paredes de la vena. La vena fortalecida está entonces en condiciones de recibir las agujas utilizadas en la hemodiálisis, de modo que se consigue un mayor flujo.
Las personas con insuficiencia renal que entran en un programa de hemodiálisis tienen una función inferior al 10% de la función normal. Con cifras superiores de función, generalmente no es necesaria la hemodiálisis.
Hay que practicar la hemodiálisis de forma periódica, en sesiones de unas cuatro horas y generalmente tres veces por semana, aunque la duración y la frecuencia dependen de cada paciente y de cada circunstancia.
El fundamento de la hemodiálisis es biofísico, en el sentido de que cuando la sangre pasa por un filtro, intercambia sustancias con el líquido que hay presente al otro lado del filtro y que es movido en circulación por una máquina. Para el intercambio, la sangre se libera de la urea, del potasio, del fósforo, y de diferentes sustancias que se acumulan debido al déficit del funcionamiento renal. El paso de dichas sustancias a través de la membrana se produce de forma espontánea, debido a que existen diferentes concentraciones de las diversas sustancias y la tendencia física es a igualarse, y también por medio de cambios en la presión que ejerce la máquina de hemodiálisis.
Las posibles complicaciones de la hemodiálisis son la infección del catéter o el agotamiento de los accesos vasculares en pacientes que están con hemodiálisis durante mucho tiempo.
Aunque la hemodiálisis puede durar años, generalmente es un paso intermedio entre la insuficiencia renal y el trasplante.
El trasplante renal es el mejor tratamiento de la insuficiencia renal crónica y mejora sustancialmente la calidad de vida de los pacientes con fallo de la función renal y que tendrían que recibir hemodiálisis o diálisis peritoneal. Actualmente es un procedimiento rutinario, no exento de riesgos, pero que permite alcanzar una vida normal o prácticamente normal. El proceso de implantación consiste en una cirugía de conexión de la arteria y la vena renal y también del uréter del riñón trasplantado a la vejiga del receptor. Después de unas horas en el Servicio de Cuidados Intensivos para su mejor control, el paciente pasa en la sala de Nefrología, donde estará ingresado unos días antes de restablecer progresivamente su vida normal.
Es muy importante considerar que la persona que recibe un trasplante de riñón tiene que tomar medicación durante toda su vida a fin de que no se produzca rechazo del órgano trasplantado. También es necesario realizar visitas periódicas para controlar la función del riñón trasplantado y para monitorizar en sangre los niveles de los fármacos empleados para el control del rechazo. Los fármacos que se utilizan disminuyen en parte las defensas del organismo y favorecen la aparición de infecciones oportunistas y de enfermedades neoplásicas. Por tanto, es imprescindible llevar un estricto control para valorar el grado de inmunosupresión que conviene en cada momento. En diferentes fases de la evolución del trasplante renal puede ser necesaria la práctica de una biopsia renal con objeto de conocer el estado real del injerto, porque las analíticas en sangre dan siempre una indicación indirecta. La supervivencia del paciente trasplantado renal se puede llegar a equiparar a la de la población general, pero para ello hay que tener en cuenta los factores mencionados además de cuidar la salud cardiovascular, es decir, el peso, la glucemia y los lípidos en sangre, junto con la tensión arterial
La práctica del trasplante renal supone una preparación esmerada una vez el paciente está diagnosticado de insuficiencia renal. Es necesario un donante del riñón, que puede ser de una persona viva o también un riñón procedente de un cadáver. En ambos casos el resultado es muy bueno y la elección de un trasplante u otro depende de circunstancias personales en cada paciente. Por ejemplo, se escogerá un riñón de donante vivo si hay un voluntario que haga la donación y si las pruebas de compatibilidad que se realizan antes del trasplante lo permiten. Si no hay donante, se recurrirá a una donación de cadáver, siempre que las pruebas de compatibilidad sean favorables.
Las pruebas diagnósticas relacionadas con el trasplante renal comprenden el estudio que se lleva a cabo antes de su práctica. Incluyen estudios generales del estado del paciente receptor con el objetivo de que pueda superar la cirugía sin problemas, así como pruebas inmunológicas para minimizar el riesgo de un rechazo.
Las pruebas de preparación para el trasplante comprenden estudios de imagen (ECO, TAC) para determinar la mejor zona de implantación, las pruebas de compatibilidad, y finalmente las pruebas de seguimiento (ecografías y analíticas de control).
Para asegurar el éxito del trasplante, es decir, una buena función inicial y que se prolongue a lo largo del tiempo:
En Cataluña se practican más de 500 trasplantes de riñón cada año, con muy buena supervivencia del riñón trasplantado, que es no obstante variable y que no permite hacer una predicción en cada caso individual. A medida que el conocimiento y la tecnología avanzan, es posible un seguimiento y un control cada vez más preciso del riñón trasplantado para prolongar su duración.
La biotecnología y la investigación traslacional (que pone en red diferentes especialidades biomédicas) pueden ofrecer avances importantes en los próximos años. De todos modos, actualmente el éxito del trasplante renal se basa en gran parte en el cumplimiento exacto de la medicación contra el rechazo.
El tratamiento de la insuficiencia renal tiene cuatro pilares fundamentales.
Los controles de la tensión arterial si es alta, de las cifras de urea elevadas, del desequilibrio de sales minerales (sodio, potasio, calcio, fósforo, magnesio), de la acidosis y de la anemia. Las pruebas analíticas dan mucha información para caracterizar el origen y el grado de gravedad de la enfermedad renal.
La biopsia renal permite realizar un estudio microscópico que muchas veces es imprescindible. Las pruebas genéticas ofrecen también información muy relevante.
Hay tres niveles diferentes de tratamiento:
a) el médico, con la utilización de medicamentos u hormonas para suplir dichas funciones alteradas. Una dieta que genere poca urea o que contenga poco potasio, fármacos que controlan el exceso o defecto de sodio, potasio, calcio, fósforo, magnesio, o la presencia de acidosis. Y fármacos para tratar la anemia.
b) las medidas de depuración extrarrenal: la hemodiálisis (paso de la sangre por un circuito externo que realiza la depuración de las sustancias tóxicas por medio de un filtro adecuado), y la diálisis peritoneal en la que se instila una solución en la cavidad peritoneal del paciente, y al extraerla, se secuestran las sustancias tóxicas que normalmente aparecerían en la orina.
c) el trasplante renal, de donante vivo o de donación cadavérica. En este caso el nuevo riñón suple la función de los riñones enfermos. La duración del injerto renal es variable y depende del control de los episodios de rechazo que se pueden producir, una vez efectuado el trasplante. Un paciente joven con insuficiencia renal puede necesitar más de un trasplante renal a lo largo de su vida, aunque la vida útil de los injertos mejora día a día con la aparición de nuevos fármacos inmunosupresores.
La Unidad Docente de Urología la forma el mismo Servicio de Urología de Vall d'Hebron con la participación de otras especialidades, como cirugía general, nefrología, medicina intensiva o urología pediátrica.
Itinerario de formación en Urología
La urología se ocupa del estudio, diagnóstico y tratamiento de las afecciones médico-quirúrgicas del aparato urinario y retroperitoneo de ambos sexos. También tratan el aparato genital masculino, en todas las edades, que pueda presentar enfermedades congénitas, traumáticas, metabólicas, obstructivas y oncológicas.
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