Somos la suma de cuatro hospitales: el General, el Infantil, el de la Mujer y el de Traumatología, Rehabilitación y Quemados. Estamos ubicados en el Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus, un parque sanitario de referencia internacional donde la asistencia es una rama imprescindible.
El paciente es el centro y el eje de nuestro sistema. Somos profesionales comprometidos con una asistencia de calidad y nuestra estructura organizativa rompe las fronteras tradicionales entre los servicios y los colectivos profesionales, con un modelo exclusivo de áreas de conocimiento.
¿Quieres saber cómo será tu estancia en el Hospital Universitario Vall d'Hebron? Aquí encontrarás toda la información.
La apuesta por la innovación nos permite estar en vanguardia de la medicina, proporcionando una asistencia de primer nivel y adaptada a las necesidades cambiantes de cada paciente.
Nefrología, Hospital General
La bacteria Escherichia Coli (E. Coli) es una de las que más frecuentemente causa enfermedad en el ser humano.
Forma parte de la flora digestiva y está presente siempre en la substancia fecal.
Por mecanismos poco conocidos, causa enfermedad en el ser humano episódicamente, bien porque experimenta mutaciones que la hacen resistente a los mecanismos de control que tiene nuestro organismo, bien porque está presente en lugares donde normalmente no debería estar, como pueden ser las vías urinarias o la misma sangre.
La infección por E. Coli abarca todos los grados de gravedad, desde la infección urinaria que causa molestia al orinar, hasta la infección por cepas muy agresivas, como la O 157: H7, que causa el denominado Síndrome Hemolítico Urémico (SHU)
La infección urinaria por E. Coli es la infección más frecuente que esta bacteria produce.
La infección de poca gravedad causada por E. Coli como causa de infección urinaria, es mucho más frecuente que la infección por E. Coli que produce el SHU, que puede considerarse una enfermedad rara, muy poco frecuente en la población general.
En el caso del SHU -una enfermedad como se ha dicho muy poco frecuente- la bacteria E. Coli causa diarrea con presencia de sangre, y fenómenos de trombosis en los vasos sanguíneos más pequeños de todo el cuerpo (microangiopatía trombótica). Ello comporta insuficiencia renal y también alteración de otros órganos, como son el corazón o el cerebro.
El SHU es una entidad grave, que de no ser diagnosticada y tratada precozmente puede causar la muerte.
La infección por E. Coli, que afecta sobre todo a las vías urinarias, causa molestia al orinar, dolor y aumento en la frecuencia de las micciones, y fiebre si afecta a los riñones.
El SHU se caracteriza por malestar general, con diarrea hemorrágica, con o sin fiebre.
La infección por E. Coli, habitualmente infección urinaria, afecta a los lactantes que no contienen los esfínteres (situación que facilita la extensión de la flora intestinal a las vías urinarias) y también a mujeres en edad fértil.
El SHU se puede dar a todas las edades, pero es más frecuente entre los 4 y los 12 años de edad, por el hecho de haber consumido alimentos contaminados con la E. Coli O:157, que son usualmente carne o derivados lácteos provenientes de la vaca a su vez contaminada por el mismo E. Coli O:157.
La infección por E. Coli se diagnostica en el laboratorio de Microbiología, por cultivo en medio adecuado, o mediante detección con técnicas de biología molecular.
El tratamiento es antibiótico, por vía oral o bien endovenosa, atendiendo a la extensión de la infección y a la afectación del estado general.
El tratamiento del SHU producido por E. Coli, es siempre hospitalario, pudiendo estar indicada la práctica de hemodiálisis para tratar la insuficiencia renal.
La recuperación de los pacientes con SHU producido por E. Coli es con mucha frecuencia total, pese a tratarse de una enfermedad grave.
En el caso de sospechar una infección por E. Coli, es necesario identificar la bacteria E. Coli mediante cultivo, en orina o sangre, generalmente, para confirmar el diagnóstico y prescribir el antibiótico más adecuado.
Asimismo, si se confirma la infección por E. Coli, está indicada una prueba de imagen como puede ser una ecografía para evaluar el estado del riñón y de las vías urinarias.
Si se sospecha un SHU, se indica ingreso hospitalario en todos los casos y se buscan los indicadores de microangiopatía trombótica: anemia, insuficiencia renal, disminución del número de plaquetas y hematíes rotos o fragmentados.
No existe una prevención universalmente eficaz para la infección por E. Coli.
Lo más importante sería beber agua abundante para orinar con cierta frecuencia, cada 2 o 3 horas y sobre todo no aguantarse la orina.
El control veterinario de los animales portadores de E. Coli O.157 es fundamental para la prevención del SHU.
Es una enfermedad propia del embarazo y una de las principales causas de complicaciones en la embarazada y el recién nacido. Se caracteriza por la alta presión arterial y signos de daños en otros órganos, como el hígado y los riñones.
Los síntomas son poco específicos y aparecen a menudo en cualquiera embarazada: cefalea, piernas hinchadas, dolor en la boca del estómago, hinchazón, zumbidos en los oídos. Es poco sintomática y se llega al diagnóstico especialmente midiendo la tensión arterial y mediante una analítica de sangre y orina.
Embarazadas de más de 20 semanas de embarazo. Son de especial riesgo las mujeres de raza negra, con edad avanzada, con obesidad o con hipertensión arterial o diabetes diagnosticadas antes del embarazo.
Tensión arterial >140/90 de forma repetida y persistente acompañada de proteinuria (proteína en la orina) o de alteraciones sanguíneas, renales o hepáticas en la analítica.Tratamiento habitual No tiene tratamiento, se pueden controlar los signos y síntomas durante unos cuantos días/semanas, pero el tratamiento definitivo es el parto.
* Analítica de sangre y orina.
* Ecografía fetal.
* Doppler.
En las pacientes con un alto riesgo de preeclampsia se puede prevenir con aspirina. Hay que tomar un comprimido cada día desde la ecografía del primer trimestre hasta las 36 semanas de embarazo.
El LES es una enfermedad autoinmunitaria sistémica. En condiciones normales, el sistema inmunitario produce proteínas (anticuerpos) para protegernos de bacterias, virus y otras sustancias extrañas (lo que denominamos antígenos). En las enfermedades autoinmunitarias como el LES, el sistema inmunitario se «confunde» y no distingue entre las partículas extrañas y las propias células, de manera que produce anticuerpos en contra del mismo organismo, lo que provoca inflamación y daño en los distintos órganos.
Al ser una enfermedad sistémica, esto significa que puede afectar a la mayoría de órganos del cuerpo: piel, articulaciones, riñón, pulmón... Se trata de una enfermedad crónica que presenta brotes, es decir, que alterna periodos de más actividad (brotes) con otros periodos de inactividad.
El síndrome antifosfolipídico se caracteriza por la aparición de trombosis (coágulos) que pueden aparecer en cualquier zona del cuerpo, complicaciones del embarazo (fundamentalmente abortos de repetición y partos prematuros) y presencia de anticuerpos contra los fosfolípidos. En la mitad de los casos, el SAF se asocia al LES.
El LES puede afectar casi a todos los órganos del cuerpo. Los síntomas más frecuentes son:
Las manifestaciones clínicas más características del SAF son las trombosis (coágulos) y los abortos de repetición.
Las trombosis pueden originar trombosis venosas de las piernas, ictus o hemorragias cerebrales, infartos de miocardio, trombosis pulmonares, oculares...
Dentro de las complicaciones que conlleva el SAF durante el embarazo, las más frecuentes son los abortos de repetición (los más habituales, antes de la semana 10 de gestación), aunque también puede dar lugar a partos prematuros (antes de la semana 34 de gestación).
Aparte de las trombosis y las complicaciones obstétricas, los pacientes con SAF también pueden mostrar anemia, afectación del riñón, convulsiones, arritmias y distintas clases de lesiones en la piel.
El LES es una enfermedad que afecta predominantemente a las mujeres; se diagnostica un caso en hombres por cada nueve casos en mujeres. Se puede manifestar a cualquier edad, aunque en la mayoría de los casos aparece entre los 17 y los 35 años.
Se desconoce la causa exacta que provoca la enfermedad. Se cree que algún agente infeccioso puede desencadenar la enfermedad, pero es necesario al mismo tiempo que el individuo presente factores genéticos y hormonales.
El SAF también afecta más a las mujeres (entre un 60 % y un 80 %) que a los hombres. Se desconoce con exactitud por qué hay personas en quienes se detecta algún anticuerpo antifosfolípido positivo, pero no ha presentado nunca ninguna trombosis o aborto, mientras que otros sí.
El diagnóstico del LES es clínico y se basa en tres aspectos principales: los síntomas que refiere el paciente, las alteraciones que se observan en la exploración física y los resultados de la analítica de sangre y orina. No hay una única prueba para diagnosticar el LES.
En los análisis hay algunas alteraciones que deben hacer sospechar que el o la paciente presenta un LES. Es frecuente que los pacientes tengan un número bajo de leucocitos, linfocitos o plaquetas. También podremos detectar la presencia de anticuerpos como los antinucleares (ANA). Casi el 100 % de los pacientes con LES los tienen positivos, pero este hecho no diagnostica la enfermedad, ya que se pueden encontrar presentes en personas sanas o con otras enfermedades.
El diagnóstico del SAF también se hace por la confluencia de las características clínicas antes mencionadas (presencia de trombosis o afectación obstétrica en forma de abortos o partos prematuros) y la presencia de alguno de los anticuerpos típicos de la enfermedad (anticoagulante lúpico, anticuerpos contra la cardiolipina y anticuerpos anti ꞵ2-glicoproteína)
No hay un tratamiento único y curativo para el LES, ya que varía en función de cada paciente y de las manifestaciones clínicas que presenta. El tratamiento suele ser de larga duración o crónico. De forma general, se prescriben antiinflamatorios y corticosteroides para tratar los brotes y, en función de los órganos afectados, se asocian inmunosupresores (hidroxicloroquina, metotrexato, azatioprina, micofenolato...) para tratar y prevenir nuevos brotes. Actualmente, se dispone de un único fármaco biológico aprobado contra el LES, el belimumab, aunque se están llevando a cabo numerosos estudios con el objetivo de encontrar nuevos fármacos eficaces para tratar esta enfermedad.
El tratamiento del SAF incluye, principalmente, la administración de un tratamiento antiagregante (aspirina) o anticoagulante, en función de las manifestaciones clínicas presentadas y del perfil de autoanticuerpos del paciente.
La prueba complementaria más utilizada para diagnosticar el LES y el SAF es el análisis de sangre, que incluye la determinación de autoanticuerpos.
De forma simultánea, se hacen otros estudios en función de la sintomatología que presente el o la paciente: estudio de orina para evaluar si el riñón está afectado, radiografía de tórax y ecocardiograma cuando hay afectación cardiaca o pulmonar, biopsia renal si se detecta afectación renal o biopsia de la piel, TAC craneal o resonancia magnética si aparecen síntomas neurológicos, etc.
No hay una medida concreta para prevenir la aparición del LES y el SAF.
Una vez se manifiesta, es de vital importancia hacer un diagnóstico precoz de las dos entidades para poder instaurar un tratamiento con rapidez y así evitar que se presenten posibles complicaciones. Debe hacerse un seguimiento regular y próximo con los especialistas.
Asimismo, tanto en el LES como en el SAF es muy importante controlar de manera estricta los factores de riesgo cardiovascular clásicos (hipertensión arterial, diabetes, dislipemia, obesidad y tabaquismo), porque pueden contribuir muy negativamente al pronóstico de las dos entidades.
Lupus-Eritematoso
American College of Rheumatology: Lupus
American College of Rheumatology: Síndrome Antifosfolípido
American College of Rheumatology: Tratamientos
La aceptación de estas condiciones supone que dais el consentimiento al tratamiento de vuestros datos personales para la prestación de los servicios que solicitáis a través de este portal y, si procede, para realizar las gestiones necesarias con las administraciones o entidades públicas que intervengan en la tramitación. Podéis ejercer los derechos mencionados dirigiéndoos por escrito a web@vallhebron.cat, indicando claramente en el asunto “Ejercicio de derecho LOPD”. Responsable: Hospital Universitario Vall d’Hebron (Instituto Catalán de la Salud). Finalidad: Suscripción al boletín del Vall d’Hebron Barcelona Hospital Campus, donde recibiréis noticias, actividades e información de interés. Legitimación: Consentimiento del interesado. Cesión: Sí procede, VHIR. No se prevé ninguna otra cesión. No se prevé transferencia internacional de datos personales. Derechos: Acceso, rectificación, supresión y portabilidad de los datos, así como limitación y oposición a su tratamiento. El usuario puede revocar su consentimiento en cualquier momento. Procedencia: El propio interesado. Información adicional: La información adicional se encuentra en https://hospital.vallhebron.com/es/politica-de-proteccion-de-datos.