Tumor intraocular en la infancia (retinoblastoma)
El retinoblastoma es un tumor maligno intraocular que aparece en niños de entre 12 y 24 meses. En el 95 % de los casos los bebés sobreviven, pero es importante la detección precoz para combatirlo. Es esencial poder detectar la enfermedad a tiempo para salvar la vida del niño y poder conservar el globo ocular cuando sea posible.

Se trata de un tumor que sale a raíz de una mutación del cromosoma 13 y que se origina en la retina, la lámina del ojo sensible a la luz que permite que el ojo vea.
¿Cómo actúa el retinoblastoma?
En el 60 % de los casos la mutación que provoca la aparición de un retinoblastoma aparece solo en el ojo (retinoblastoma somático), pero en algunos niños la mutación afecta a todas las células del cuerpo, es lo que se conoce como retinoblastoma germinal. El 90 % de los niños que sufren esta patología no tienen ningún antecedente familiar. En nuestro país, la supervivencia es superior al 95 %, por eso es importante detectarlo tan pronto como se pueda.
Hay dos tipos de retinoblastoma:
- Retinoblastoma unilateral: cuando solo afecta a un ojo, el más frecuente.
- Retinoblastoma bilateral: cuando afecta a los dos ojos.
Los síntomas
Los principales síntomas de la enfermedad son:
- Leucocoria: reflejo de color blanco en la pupila
- Estrabismo
¿A quién afecta el retinoblastoma?
La enfermedad afecta a entre 15.000 y 25.000 niños.
El diagnóstico
Para poder detectar la enfermedad se hace una exploración del fondo del ojo con el oftalmoscopio indirecto, después de dilatar las pupilas. Aparte de esta exploración, también se practica una ecografía ocular, una resonancia cerebral, así como un estudio genético del paciente y, a veces, también de la familia.
El tratamiento habitual
El retinoblastoma requiere un tratamiento individualizado condicionado por las características del tumor y la edad del paciente. Entre los métodos que se utilizan para combatirlo hay:
- Quimioterapia local
- Quimioterapia sistémica
- Láser
- Crioterapia
- Radioterapia externa
- Enucleación
El tratamiento variará según las características del tumor (tamaño, localización, lateralidad y extensión extraocular).
La prevención
Un reflejo blanquecino en la pupila de un niño es un síntoma patológico y, por lo tanto, se tiene que valorar de manera urgente.