Vall d'Hebron se suma al Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos para preservar su eficacia

Cuando Alexander Fleming, el padre de la penicilina, recibió el Premio Nobel de Medicina en 1945, advirtió que "si un día, cualquier persona puede tener a mano penicilina, corremos el riesgo de que un hombre ignorante pueda tomar una dosis insuficiente de un antibiótico y exponer a los microbios a una cantidad no letal, haciéndolos resistentes". Ese día ha llegado. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año alrededor de 700,000 personas pierden la vida debido a infecciones de superbacterias. La resistencia a los antibióticos también causa problemas para tratar enfermedades como la cistitis, la neumonía grave o la sepsis. Sin embargo, al igual que los microbios se adaptan, la Medicina también avanza y ha creado herramientas para un uso consciente de los medicamentos y preservar la eficacia de los antibióticos. Un ejemplo es el Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos, que se celebra cada 18 de noviembre por propuesta del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades. Esta iniciativa europea de salud pública tiene como objetivo concienciar sobre la amenaza que la resistencia a los antibióticos supone para la salud pública, fomentar el uso prudente de los mismos y preservar su acción. Y, como cada año, el Hospital Universitario Vall d'Hebron se suma a esta jornada para colaborar en la concienciación sobre la necesidad de utilizar correctamente estos medicamentos.

En los últimos años, las principales sociedades científicas han instado a los profesionales y las administraciones sanitarias a implementar programas de optimización del uso de antimicrobianos (PROA) en hospitales y centros de atención primaria, con tres objetivos fundamentales: mejorar los resultados clínicos, reducir los efectos adversos relacionados con el uso de antibióticos (incluida la aparición de resistencias) y garantizar al máximo la efectividad costo-efectiva de los tratamientos. En Vall d'Hebron, funcionan los programas PROA-NEN para el paciente pediátrico y PROA para el paciente adulto, liderados por los equipos de infectólogos pediátricos y de adultos, respectivamente, junto con farmacéuticos, microbiólogos y facultativos de los servicios de Medicina Preventiva, Hospitalización Domiciliaria y Medicina Intensiva.

Pacientes Pediátricos

En pacientes pediátricos, este año, el grupo PROA-NEN ha puesto en marcha una nueva herramienta: el OCEAN. Se trata de un acrónimo para optimizar la calidad de la prescripción. Una guía transversal con los pasos a seguir cuando un profesional se encuentra ante un paciente. El primer paso es la 'O' de Orientación Diagnóstica, es decir, definir el síndrome clínico y los posibles agentes infecciosos etiológicos, según la sintomatología y las características del paciente. Luego viene la 'C' de Cultivos, obtener las muestras microbiológicas antes de iniciar el tratamiento siempre que sea posible. A continuación, la 'E' de E-Tratamiento Empírico insta a elegir el tratamiento adecuado según orientación diagnóstica, hay que valorar las particularidades del fármaco, la epidemiología local de la resistencia y las características del paciente. La 'A' de Adecuación lleva a ajustar el tratamiento a los resultados obtenidos y a la evolución clínica del paciente (ajustar, mantener o suspender). Y finalmente, la 'N' de Número de Días establece la duración del tratamiento en función de las recomendaciones locales, internacionales y de acuerdo con la evolución del paciente.

“OCEAN quiere ser una herramienta transversal para aumentar la calidad de la prescripción, ayudar al prescriptor para preservar la eficacia de los tratamientos y hacer un uso consciente”, explica la Dra. Susanna Melendo, adjunta de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias Pediátricas.

Pacientes Adultos

En el ámbito del paciente adulto, el Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital, trabajando conjuntamente con otros servicios como Microbiología, Farmacia, Medicina Preventiva, Hospitalización Domiciliaria y Medicina Intensiva, lleva a la práctica asistencial rutinaria un programa estructurado de optimización en el uso adecuado de los antimicrobianos, tanto en el ámbito terapéutico como profiláctico, para el paciente adulto. “Los elementos clave del programa son el asesoramiento directo de los especialistas a cargo de pacientes complejos o con infecciones producidas por patógenos multirresistentes; la elaboración de guías de práctica clínica; la vigilancia continuada de la utilización de determinados antimicrobianos y la ejecución de intervenciones ante problemas de salud concretos, como por ejemplo, el seguimiento de la bacteriemia de origen urinario por Escherichia coli (indicador incluido en el programa VINCat)”, explica Dolors Rodríguez, jefa de sección del Servicio de Enfermedades Infecciosas. Este programa de optimización en el uso adecuado de los antimicrobianos ha quedado oficializado mediante la constitución del grupo PROA-Adulto desde donde coordinamos las diferentes actuaciones indicadas.

Coincidiendo con la celebración del día europeo del buen uso de antibióticos, el equipo PROA-Adulto se adhiere a la campaña promovida desde el grupo de trabajo inPROA-Cat de la Sociedad Catalana de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica de concienciación sobre el manejo clínico adecuado de la bacteriuria asintomática, frecuente en pacientes de edad avanzada, con comorbilidades o portadores de sonda vesical. El tratamiento de la bacteriuria asintomática, además de un consumo innecesario de antibióticos, puede generar efectos adversos y fomentar la aparición de microorganismos resistentes.