El equipo de Urología Pediátrica, referente en cirugía robótica para profesionales de todo el Estado, supera las 120 intervenciones

El caso de un niño de 10 años, que salvó un riñón gracias a la experiencia del equipo de Urología Pediátrica en cirugía robótica, pone de relieve la importancia de tratar estos casos en centros de referencia.

13/06/2024

Hace quince años, el Hospital Universitario Vall d’Hebron hacía historia al convertirse en el primer centro de Europa que operaba a un paciente pediátrico con el robot Da Vinci. Este robot, creado con tecnología de la NASA, ofrece muchas ventajas respecto a la cirugía tradicional y más precisión que la cirugía laparoscópica tradicional. Por un lado, al ser una cirugía mínimamente invasiva, los pacientes tienen un postoperatorio más rápido y con menos dolor, lo que les permite recuperar su vida cotidiana antes. Por otro lado, los cirujanos ganan precisión a la hora de manipular el tejido y tienen más margen para realizar suturas intracorpóreas en espacios reducidos.

El robot Da Vinci se ha convertido en un gran aliado en numerosas especialidades quirúrgicas del paciente adulto y cada vez más también del paciente pediátrico. Y aunque han pasado quince años desde la primera intervención pediátrica con un robot Da Vinci, el Hospital Universitario Vall d’Hebron es el único equipo del Estado con un programa de cirugía robótica para realizar cirugías urológicas pediátricas de forma ininterrumpida. "Hemos superado el número simbólico del centenar de operaciones", destaca el Dr. Marino Asensio, jefe de sección de Urología Pediátrica y Trasplante Renal. Hasta hoy, se han realizado 125 cirugías urológicas asistidas por robot. Esta cifra acredita al equipo de Vall d’Hebron como centro de referencia y para formar a profesionales de otros centros que quieran incorporar el robot a sus quirófanos para operar malformaciones del sistema urinario de los niños.

Salvar un riñón

Ian es uno de los últimos pacientes que ha operado el equipo de Cirugía Urológica Pediátrica con el robot Da Vinci. Con solo 9 años, el verano pasado, sufrió un cólico nefrítico durante un viaje a la selva argentina que hizo saltar las alarmas. En su caso, la obstrucción del flujo de orina desde el riñón hasta la vejiga no era culpa de unas piedras, sino de una malformación congénita: la parte que une el riñón con el uréter, el conducto que lleva la orina a la vejiga, era muy estrecha y provocaba crisis de dolor. Su madre explica que cuando nació no le detectaron este defecto congénito. Su riñón estaba sufriendo porque acumulaba orina, pero hasta el cólico renal no tuvieron señales. La Dra. Glòria Royo, cirujana adjunta de Urología Pediátrica y Trasplante Renal, explica que “es importante operar esta obstrucción lo antes posible para preservar la función del riñón y hacerlo en un centro altamente especializado y con experiencia, dadas las características del paciente”. En esta cirugía, con ayuda del robot, se pudo realizar una intervención que requería mucha precisión debido a la complejidad del caso. “Accedimos a la zona con pequeñas incisiones de menos de un centímetro en la barriga y el ombligo, para proceder a una cirugía de manera muy precisa y con movimientos previamente calculados, lo cual evita complicaciones y facilita una recuperación precoz”, describe la Dra. Glòria Royo. “En una semana, Ian iba a la escuela y en dos volvía a las clases de natación”, añade su madre.

Referentes en intervenir a niños con el robot Da Vinci

La cirugía robótica se realiza mediante una consola, situada fuera del campo estéril, que controla virtualmente tres brazos robóticos colocados en el paciente: uno porta una cámara y los otros dos manipulan el material quirúrgico. "El robot Da Vinci no tiene autonomía para hacer movimientos quirúrgicos, los cirujanos somos el cerebro de las intervenciones y los brazos del robot solo traducen el movimiento de las manos de los profesionales", explica la Dra. Glòria Royo. La consola proporciona una visión en tres dimensiones del interior del paciente con un nivel de realidad aumentada hasta 10 veces. Los brazos robóticos permiten realizar una intervención de gran precisión, así como hacer incisiones mínimas, menos invasivas y precisas. También eliminan el temblor, los movimientos involuntarios y la fatiga postural que pueden sufrir los cirujanos en intervenciones largas. Además, los brazos robóticos permiten hacer movimientos imposibles para el brazo humano.

Técnica para operar a pacientes desde los dos años hasta la adolescencia

Desde 2010, el equipo de Urología Pediátrica ha intervenido a más de un centenar de pacientes. La mayoría son pieloplastias, como la de Ian, una cirugía del tracto urinario superior. "Corregimos la estenosis de la unión pieloureteral o en palabras más simples, una obstrucción del riñón", explica la Dra. Glòria Royo. "Hacemos una cirugía mínimamente invasiva a pacientes desde los dos años hasta la adolescencia”, destaca. En esta cirugía, se realizan pequeñas incisiones en el abdomen del paciente para acceder a la zona afectada, permitiendo una reconstrucción precisa de la unión entre la pelvis renal y el uréter. La cirugía robótica ofrece una exploración más precisa y facilita la realización de las suturas intracorpóreas, minimizando las complicaciones asociadas a la cirugía laparoscópica convencional. El 20% restante son cirugías del tracto urinario inferior, la mayoría son niños con una vejiga urinaria alterada que precisan derivaciones urinarias continentes como el Mitrofanoff o la ampliación vesical. "A pacientes con alteración funcional de la vejiga que no pueden vaciar correctamente de manera autónoma sea por dolor al pasar una sonda por el pene o por tener diversidad funcional que dificulte el sondaje, sobre todo en niñas dependientes de silla de ruedas, realizamos un conducto de la vejiga al ombligo indoloro para conseguir el vaciado. De esta manera les facilitamos el día a día siendo autónomos cuando lo deseen, o disminuimos el dolor en caso de tener sensibilidad en la uretra”, destaca la Dra. Glòria Royo.

El Hospital Infantil Vall d’Hebron es centro de referencia en cirugía robótica y interviene a pacientes de toda Cataluña y otras Comunidades Autónomas. Al tener la acreditación CSUR (Centro, Servicio o Unidad de Referencia) del Sistema Nacional de Salud en enfermedades renales infantiles graves, en enfermedades neuromusculares y enfermedades raras, entre las cuales se contempla la espina bífida o meningocele, así como en trasplante cardíaco, hepático, renal y pulmonar, intervienen a pacientes provenientes de otras Comunidades Autónomas que pueden beneficiarse de una cirugía robótica.

 

Vall d’Hebron es el único centro del Estado con un programa de cirugía robótica urológica para pacientes pediátricos, cuya precisión permite intervenir a niños desde los 24 meses

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