Somos la suma de cuatro hospitales: el General, el Infantil, el de la Mujer y el de Traumatología, Rehabilitación y Quemados. Estamos ubicados en el Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus, un parque sanitario de referencia internacional donde la asistencia es una rama imprescindible.
El paciente es el centro y el eje de nuestro sistema. Somos profesionales comprometidos con una asistencia de calidad y nuestra estructura organizativa rompe las fronteras tradicionales entre los servicios y los colectivos profesionales, con un modelo exclusivo de áreas de conocimiento.
¿Quieres saber cómo será tu estancia en el Hospital Universitario Vall d'Hebron? Aquí encontrarás toda la información.
La apuesta por la innovación nos permite estar en vanguardia de la medicina, proporcionando una asistencia de primer nivel y adaptada a las necesidades cambiantes de cada paciente.
El servicio de Neurología del Hospital Universitario Vall d'Hebron forma parte del área de Neurociencias y ofrece una atención integral y personalizada a los pacientes con problemas o enfermedades de carácter neurológico. Existe un contínuum asistencial desde la atención primaria hasta el hospital de tercer nivel.
La Neurología es la rama de la medicina que se encarga de estudiar el funcionamiento, los trastornos y las enfermedades del sistema nervioso. Nuestros neurólogos y neurólogas son expertos en el diagnóstico y el tratamiento de estas enfermedades, y para garantizar una asistencia de calidad e innovación, el servicio de Neurología cuenta con varias unidades superespecializadas según el tipo de enfermedad o problema neurológico.
El Servicio de Neurología del Hospital Universitario Vall d'Hebron está integrado por nueve unidades especializadas:
El ictus o accidente cerebrovascular es la segunda causa principal de muerte en el Estado español y la causa más frecuente de discapacidad en adultos en el mundo. Cada dos segundos, alguien sufre un ictus y se calcula que una de cada seis personas sufrirá uno a lo largo de su vida. De hecho, es una de las patologías que requiere mayor estancia hospitalaria y la segunda causa de demencia.
La Unidad de Ictus y Hemodinámica Cerebral proporciona un cuidado integral y de excelencia a pacientes que han sufrido un infarto en el cerebro. Los pilares fundamentales de su actividad son promover la innovación, la mejora continua de la calidad asistencial, la docencia, la investigación y la gestión clínica.
En la Unidad de Ictus y Hemodinámica Cerebral nos proponemos conseguir los estándares de calidad asistencial más altos, mediante la consecución de objetivos de calidad definidos. Aspiramos a convertirnos en una unidad funcional y de gestión clínica para la atención integral y multidisciplinar del ictus en la fase aguda, con la visión de conseguir un elevado nivel de excelencia y terciarismo para la resolución de la patología neurovascular de mayor complejidad.
La Unidad Docente de Neurología en el Hospital Universitario Vall d'Hebron está formada por el Servicio de Neurología y trabaja con la participación de los servicios de Medicina Interna, Cardiología, Psiquiatría, Neurocirugía, Neurofisiología, Neurorradiología, Pediatría y la Unidad de Urgencias.
Itinerario formativo de Neurología
En la actividad asistencial el trabajo del neurólogo integra la elaboración de historias clínicas, la recogida semiológica de datos, el uso correcto de exploraciones complementarias y la precisión en el diagnóstico clínico y etiológico, y la elección de tratamientos paliativos. Por otra parte, destacamos el papel de la relación entre los médicos residentes y los pacientes en el ejercicio de las competencias básicas en neurología.
Gran parte de los cuadros clínicos y las enfermedades neurológicas pueden llegar a suponer emergencias vitales como es el caso de un ictus o el lupus. Por ello, a partir del segundo año la participación en las guardias de urgencias neurológicas se convierte en un aspecto clave del trabajo de los médicos, y se lleva a cabo siempre bajo supervisión. Además, es necesario que los neurólogos hagan también rotaciones en la asistencia neurológica ambulatoria.
Los estudios de investigación son una parte de la práctica que el neurólogo tiene que fomentar y desarrollar poniendo un especial énfasis en la aptitud ética a la hora de llevar a cabo su investigación.
La investigación en neurociencias debe ser tutorizada y requiere una formación estricta en metodología científica, así como en los aspectos bioéticos y la comunicación científica.
El ictus es una enfermedad causada por una alteración de la circulación de la sangre en el cerebro. Esta alteración es debida al taponamiento de una arteria (ictus isquémico) o a la rotura de un vaso sanguíneo (ictus hemorrágico), que impide que la sangre llegue al cerebro y, por lo tanto, altera temporal o permanentemente las funciones cerebrales. Cuando el flujo sanguíneo no puede llegar, la parte del cerebro afectada no obtiene nutrientes y oxígeno. A consecuencia de esto, las células cerebrales pueden morir, causando graves secuelas.
Por este motivo, si se sospecha que la persona está sufriendo un ictus, se debe avisar rápidamente al servicio de emergencias médicas (SEM) llamando al 112. Actuar rápido es imprescindible para minimizar o eliminar las posibles secuelas.
Los ictus se pueden agrupar en dos grandes categorías según el motivo que los produce:
Cuando se produce una interrupción del flujo sanguíneo temporal (entre 1 y 24 horas) hablamos de un Accidente Isquémico Transitorio (AIT); sin embargo, si la duración es superior o el escáner cerebral detecta necrosis (muerte neuronal), se considera ictus isquémico. El AIT es un factor predictivo de enfermedades vasculares y, en el caso del ictus, es un aviso de que la persona está en riesgo de sufrir uno. De hecho, un 40 % de las personas que sufren un ictus han sufrido previamente un AIT.
Ante la aparición repentina de uno o varios de los siguientes síntomas se debe actuar con rapidez llamando al 112:
Cualquier persona puede sufrir un ictus, independientemente de la edad y la condición, aunque es más frecuente en personas de edad avanzada. En torno al 75 % de los casos se producen en personas de más de 65 años, aunque cada vez más afecta a adultos jóvenes debido a sus hábitos de vida (entre el 15 y el 20 % son menores de 45 años). El ictus también puede afectar a niños: solo en Cataluña, 900 niños/as viven con una discapacidad a consecuencia de un ictus.
Esta enfermedad también es conocida por otros nombres como apoplejía, derrame cerebral, embolia cerebral, trombosis o accidente vascular cerebral (AVC). En Cataluña, más de 13.000 personas ingresan cada año por un ictus y, desgraciadamente, no siempre se llega a tiempo de salvar al enfermo.
Para determinar la causa de un ictus es necesario realizar un escáner cerebral (TC). El estudio se puede completar revisando el estado de los vasos cerebrales y cardiacos, teniendo en cuenta los factores de riesgo y las enfermedades crónicas que presenta el paciente. Sin embargo, no siempre es posible descubrir su origen.
Conocer la causa de un ictus permite establecer el tratamiento más adecuado para evitar que vuelva a suceder. Según la etiología (causa) se puede clasificar en:
Ante la sospecha de ictus se debe realizar una prueba de neuroimagen (tomografía computarizada cerebral (TC) o resonancia magnética (RM)) tan rápido como sea posible, que nos informará de:
Es posible que los especialistas soliciten otras pruebas como una radiografía de tórax (se realiza en el momento del ingreso como primera evaluación), un doppler o dúplex transcraneal (para conocer la presencia y localización de una posible oclusión o estenosis intracraneal), una analítica (para conocer el estado de factores de riesgo, estudio inmunológico y de coagulación, serologías, hormonas, función renal, etc.) o un estudio cardiológico (si existen sospechas de un ictus cardioembólico).
Tras el diagnóstico, los especialistas pueden pedir repetir las pruebas para detectar cambios, comparando las imágenes obtenidas con las previas, o bien solicitar nuevas pruebas.
El tratamiento del ictus se tiene que aplicar de forma inmediata, ya que la rápida actuación puede disminuir las consecuencias posteriores. Sin embargo, habitualmente es necesario un periodo de rehabilitación para eliminar o reducir las posibles secuelas.
Después de sufrir un ictus, el riesgo de tener otro es mayor, por ello es necesario tomar medicamentos para reducir el riesgo, siguiendo siempre las pautas médicas. Durante el primer año después de sufrirlo es cuando hay mayor riesgo de recaída.
El hecho de sufrir un segundo ictus puede tener un desenlace fatal. En los supervivientes, comporta un aumento del grado de discapacidad y de riesgo de demencia, así como una mayor tasa de institucionalización.
La afectación puede ser diferente en cada paciente. Los síntomas, más o menos graves, dependen de la zona y el volumen de cerebro afectado, así como del estado general de salud previo.
En el caso de un ataque isquémico transitorio (AIT), que no acostumbra a dejar secuelas, o algún tipo de ictus isquémico, con una buena respuesta al tratamiento, la recuperación es prácticamente inmediata. En otras ocasiones, la recuperación es a más largo plazo y se produce en semanas/meses, dejando algún tipo de secuela.
También puede producirse un empeoramiento del paciente por causas neurológicas o complicaciones como fiebre, infecciones u otros. En los casos más graves puede comportar la muerte.
Una vez que el paciente tenga el alta, los profesionales de referencia son el equipo de atención primaria, que controlarán los factores de riesgo y otras enfermedades crónicas. En casos complejos, se tendrán que hacer visitas con especialistas, como neurólogos.
La vuelta al domicilio después del alta hospitalaria variará en función del grado de afectación y la situación familiar. Del mismo modo, la reincorporación a la vida cotidiana dependerá de las secuelas de cada enfermo.
La aceptación de estas condiciones supone que dais el consentimiento al tratamiento de vuestros datos personales para la prestación de los servicios que solicitáis a través de este portal y, si procede, para realizar las gestiones necesarias con las administraciones o entidades públicas que intervengan en la tramitación. Podéis ejercer los derechos mencionados dirigiéndoos por escrito a web@vallhebron.cat, indicando claramente en el asunto “Ejercicio de derecho LOPD”. Responsable: Hospital Universitario Vall d’Hebron (Instituto Catalán de la Salud). Finalidad: Suscripción al boletín del Vall d’Hebron Barcelona Hospital Campus, donde recibiréis noticias, actividades e información de interés. Legitimación: Consentimiento del interesado. Cesión: Sí procede, VHIR. No se prevé ninguna otra cesión. No se prevé transferencia internacional de datos personales. Derechos: Acceso, rectificación, supresión y portabilidad de los datos, así como limitación y oposición a su tratamiento. El usuario puede revocar su consentimiento en cualquier momento. Procedencia: El propio interesado. Información adicional: La información adicional se encuentra en https://hospital.vallhebron.com/es/politica-de-proteccion-de-datos.