La inauguración del Hospital Infantil ofreció un espacio propio para la población pediátrica

Además, el hospital disponía de los servicios de diagnóstico y tratamiento, con un servicio de cirugía neonatal con tres quirófanos, departamento para enfermedades infecciosas con aislamiento total, servicio para prematuros, unidades de enfermería y sala de juegos. El Hospital Infantil estaba conectado con la clínica maternal para que los pediatras pudieran atender a los niños, pero, por su condición de recién nacidos, sin estar totalmente separados de sus madres.  
 
Todos los que conocieron al Dr. Ángel Ballabriga reconocen su labor al frente del Hospital Infantil, que convirtió en una institución modélica que pronto adquirió un carácter pionero en algunas áreas asistenciales y un notable prestigio internacional. También recuerdan todos sus conocimientos enciclopédicos, su pasión por la docencia y su disciplina germánica. 

Bajo su dirección, una de las áreas que adquirió gran importancia fue la de neonatología, de la que el Dr. Ángel Ballabriga era un gran apasionado. Al principio, y hasta los años 70, la neonatología se dividía en dos grandes áreas: la de prematuros, que atendía sólo a niños nacidos en el hospital, y la de recién nacidos patológicos, que atendía a niños de otros centros de la ciudad. 
 
También destacó el Servicio de Cirugía Pediátrica, que, de la mano del Dr. José Boix-Ochoa, se organizó como un departamento que daba cabida a todas las especialidades quirúrgicas pediátricas y donde se intentaba que cada uno de los cirujanos se especializara en determinadas áreas, con el fin de obtener el máximo conocimiento posible.