Artrosis
La artrosis u osteoartrosis es un proceso degenerativo marcado por la lesión del cartílago de las articulaciones. La articulación es el área donde un hueso se conecta con el otro para permitir el movimiento. El cartílago es un tejido que recubre las articulaciones y hace de amortiguador de la carga y del impacto y permite el movimiento de las articulaciones sin fricción. Habitualmente, se encuentra en la columna lumbar, cervical, cadera, rodillas y manos.
Síntomas
La manifestación más frecuente es el dolor que mejora con el reposo, la rigidez al iniciar el movimiento, deformidad y dificultad para mover las articulaciones afectadas. Puede haber un cierto grado de inflamación, que causará tumefacción por acumulación excesiva de líquido en la articulación.
No obstante, debe distinguirse de la artritis, que es una enfermedad inflamatoria reumática donde el problema radica en la inflamación articular y que provoca un dolor que no mejora con el reposo. El hecho de que en inglés la artrosis se llame osteoarthritis puede dar lugar a confusión.
Prevalencia
Es muy prevalente y genera un impacto sociosanitario elevado. El estudio EPISER2016, de la Sociedad Española de Reumatología, mostró una prevalencia en la población a partir de los 40 años del 29 %.
Causas
La edad es el principal factor de riesgo. Es más frecuente en mujeres. El desgaste del cartílago está claramente asociado a la obesidad y a la falta de ejercicio físico regular. También predispone tener una alteración en la alineación articular/postural. A veces, la causa proviene de una lesión traumática u otros trastornos previos en la articulación afectada. Tiene un componente genético (especialmente la artrosis de las manos).
Diagnóstico
El diagnóstico se obtiene a partir de los síntomas, la exploración física y pruebas de imagen.
Tratamiento
Tiene como objetivo mejorar los síntomas y la calidad de vida y retrasar la evolución. Debe ser individualizado para cada paciente y tipo de articulación.
El tratamiento no farmacológico es fundamental. Se recomienda:
- Proporcionar una educación sanitaria para comprender y adquirir nuevos hábitos de autocuidado.
- Seguir una dieta equilibrada y mantenerse en un peso adecuado.
- Practicar ejercicio físico de manera regular. Se recomiendan actividades que no requieran una sobrecarga, como pueden ser andar (en superficies regulares), nadar, montar en bicicleta, taichí... Es importante hacer ejercicios para fortalecer la musculatura y mejorar la postura.
- Puede ser necesario un bastón u otra ayuda física, especialmente en la artrosis de rodilla o de cadera. También están las ortesis, por ejemplo, para las manos, que mejoran la funcionalidad.
- Aplicar distintas formas de calor y frío local (almohadilla eléctrica, baño de parafina con agua caliente para las manos, ultrasonidos...).
- Utilizar un calzado adecuado disminuirá el dolor y aumentará la movilidad.
El tratamiento farmacológico consiste normalmente en analgesia convencional, como el paracetamol, que será el tratamiento analgésico de elección. Hay tratamientos de acción lenta, como el sulfato de condroitina (vía oral) o el ácido hialurónico (infiltración), que tienen cierta eficacia en la mejora del dolor, especialmente en la artrosis de rodilla. La cirugía (prótesis) se reserva para casos en los que la articulación está muy destruida y las otras medidas han fracasado.
Pruebas y tratamientos
Fecha de modificación: 01.12.2022, 11:22