Somos la suma de cuatro hospitales: el General, el Infantil, el de la Mujer y el de Traumatología, Rehabilitación y Quemados. Estamos ubicados en el Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus, un parque sanitario de referencia internacional donde la asistencia es una rama imprescindible.
Te detallamos los servicios y las unidades que forman parte del Hospital Vall d'Hebron y las principales enfermedades que tratamos. También te ofrecemos recomendaciones basadas en lo que la evidencia científica ha demostrado eficaz para garantizar el bienestar y la calidad de vida.
¿Quieres saber cómo será tu estancia en el Hospital Universitario Vall d'Hebron? Aquí encontrarás toda la información.
La apuesta por la innovación nos permite estar en vanguardia de la medicina, proporcionando una asistencia de primer nivel y adaptada a las necesidades cambiantes de cada paciente.
La estimulación cerebral profunda (ECP) es un tratamiento eficaz para personas con trastorno de movimiento, como la distonía, el párkinson, las mioclonías, los temblores o los tics. En el Hospital Universitario Vall d'Hebron utilizamos este tratamiento en niños, niñas y adolescentes con distonías y otros trastornos del movimiento.
El tratamiento consiste en colocar unos electrodos en el núcleo pálido del cerebro, que realizarán una función de marcapasos para modular el ‘latido’ anormal de las neuronas. El objetivo de esta neurocirugía es reducir los espasmos musculares indeseables (distonías, mioclonías, temblores) y mejorar la actividad motora voluntaria durante la manipulación, la marcha y la coordinación de los movimientos en general, de manera que la calidad de vida del paciente mejore.
El sistema queda implantado bajo la piel y no es visible para el resto de las personas. La única cicatriz visible está en la piel del abdomen, donde se implanta la batería.
El equipo que realiza esta intervención en el Hospital Vall d'Hebron está formado por profesionales expertos en pediatría y neurocirugía funcional de nuestro centro y del Hospital Germans Trias i Pujol.
El dispositivo está formado por tres componentes:
Es importante hacer un buen uso del dispositivo y recargar la batería periódicamente. En caso contrario, si el estimulador se quedara sin batería, el sistema se apagaría y los síntomas que habían mejorado con la estimulación eléctrica, volverían a aparecer.
En el Hospital Universitario Vall d'Hebron, la estimulación cerebral profunda (ECP) se realiza en niñas, niños y adolescentes después de que la medicación no haya dado buenos resultados, y una vez que los profesionales deciden que la relación riesgo-beneficio es favorable para el paciente de forma individualizada.
La intervención se realiza en niñas y niños mayores de 6 años que sufren trastornos de movimiento de intensidad moderada o grave con un impacto negativo en la calidad de vida, y que no presentan otros problemas neurológicos graves asociados.
Para poder llevar a cabo la intervención, antes de la cirugía se hace una resonancia magnética al paciente. Después, el día de la intervención quirúrgica, el equipo de neurocirujanos planifica, a través de un software de neuronavegación, las coordenadas que permiten posicionar los electrodos en el núcleo del cerebro que se desea estimular sobre la imagen de la resonancia magnética (RM) cerebral del paciente. Paralelamente, con el paciente anestesiado en el quirófano se le coloca sobre la cabeza un marco d'estereotaxia.
A continuación, se realiza una tomografía computadorizada (TC) al paciente y se fusionan las imágenes de la RM y la TC para obtener las coordenadas donde situar los electrodos.
A través de dos incisiones frontales, se introducen los electrodos hasta el núcleo del cerebro que se quiere estimular, y se implanta la extensión que conecta los electrodos con el neuroestimulador (batería) por debajo de la piel detrás de la oreja hasta el abdomen.
Una vez el sistema está implantado, se realiza una nueva TC para comprobar la localización de los electrodos y descartar complicaciones.
La intervención es realizada por un equipo de profesionales dirigido por un neurocirujano especializado en cirugía estereotáxica. Se considera una operación ‘mínimamente invasiva’ y de riesgos muy bajos. Las posibles dificultades son las siguientes:
El tercer día después de la cirugía, se activa el neuroestimulador y se empiezan a programar los parámetros de estimulación. Los efectos beneficiosos de la estimulación eléctrica tardan semanas en aparecer. Normalmente, los beneficios completos se obtienen a los 12 meses de la intervención.
Cuando la neuroestimulación es efectiva, las niñas y niños recuperan la movilidad, mejoran la manipulación y su autonomía en el día a día, pueden volver a escribir y pintar, comer solos, andar y correr. Habitualmente, se consigue reducir o retirar la medicación que el paciente tomaba para controlar los movimientos indeseables antes de la intervención. Sin embargo, la neuroestimulación cerebral es compatible con otros tratamientos médicos.
Es importante entender que esta terapia mejora los síntomas, pero no cura la enfermedad que los produce. Tampoco mejora los problemas de salud mental que pueda tener el paciente, aunque cuando la estimulación es muy efectiva y mejora los síntomas motores y el dolor, puede producir cambios muy positivos en la calidad de vida del paciente.
En el día a día, una vez ajustada la estimulación, el paciente hace una vida normal. Puede participar en actividades deportivas y tiene mucha autonomía. Aun así, este tratamiento requiere un control médico, y el paciente debe visitarse como mínimo una vez al año para hacer un seguimiento.
El paciente no tiene ninguna sensación extraña por la estimulación, pero cuando se hacen cambios durante las visitas médicas puede experimentar una sensación leve y transitoria de hormigueo o de tensión muscular.
Se trata de un tratamiento efectivo a lo largo de los años, aunque es posible que se tengan que ajustar algunos parámetros si la enfermedad empeora.
En los casos en que no se produce ninguna mejora, es posible apagar al neuroestimulador sin hacer ninguna intervención. La neuroestimulación es un procedimiento reversible, y una vez desactivada la estimulación, el paciente vuelve a su situación médica previa a la intervención.
Los niños, niñas y adolescentes llevan un sistema de neuroestimulación recargable. Por este motivo, los pacientes necesitan cargar la batería una vez por semana, durante aproximadamente 1 o 2 horas. Es un sistema muy sencillo que pueden hacer los niños sin necesidad de ayuda. La carga se realiza por telemetría, por contacto directo con la región del abdomen donde tienen implantada la batería, sin necesidad de enchufar ningún cable a la corriente eléctrica.
El dispositivo tiene una vida media de aproximadamente 20 años. Una vez pasados estos años, sería necesario cambiar la pila implantada de modo subcutáneo mediante una cirugía local.
Para facilitar la comunicación con el resto de las personas sobre las precauciones que se deben seguir, se entrega al paciente una tarjeta en la que se explica qué estimulación lleva implantada, dónde se ha operado y cuáles son sus médicos de referencia.
Durante el día a día se debe ir con cuidado para evitar exponer el sistema a campos electromagnéticos que puedan interferir en el aparato de estimulación:
En el hospital:
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