Tabaquismo
El consumo de tabaco es la primera causa de pérdida de salud y de mortalidad prematura y evitable. Es uno de los factores de riesgo más importantes de las principales enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas, así como de un número importante de cánceres. Además, la exposición pasiva al humo ambiental del tabaco incrementa el riesgo de cáncer de pulmón y otras enfermedades en las personas no fumadoras. Los daños causados directamente por el tabaquismo afectan principalmente a las personas fumadoras, una cuarta parte de las cuales morirá durante su vida activa, y habrá perdido entre veinte o veinticinco años de vida. Pero el consumo de tabaco afecta a la sociedad en conjunto.
Se calcula que el 90% de los cánceres de pulmón están causados por el tabaco (un 5-8% de los cuales son causados por el tabaquismo pasivo!). El más importante es que: un fumador activo tiene 13 veces más riesgo de sufrir cáncer de pulmón que una persona que no fuma, y un fumador pasivo tiene 1,5 veces más riesgo (de media).
El agente nocivo es el humo, que está compuesto por unas 4000 sustancias químicas diferentes, de las cuales más de 40 son carcinógenas. Existe una relación clara del aumento de riesgo con varios factores como por ejemplo: la edad que empiezas a fumar, la duración, el patrón de inhalación y obviamente también con el grado de consumo.
Los beneficios de dejar de fumar son bien claros; las personas exfumadoras, diez años después de dejar el hábito, tienen el mismo riesgo de contraer enfermedades que las no fumadoras. Conseguir el abandono definitivo del tabaquismo, sin embargo, no es fácil, aunque es posible. En caso de duda, es conveniente consultar a un profesional de la salud y seguir sus recomendaciones.
Los síntomas
El tabaquismo es una drogodependencia en la que intervienen factores de comportamiento, psicológicos, sociales y farmacológicos.
Los síntomas del fumador empiezan por una tos irritativa y crónica y pueden derivar en problemas más graves como infartos, insuficiencia respiratoria, ictus o cáncer de diferentes localizaciones, principalmente pulmón, vejiga, etc.
¿A quién afecta la enfermedad?
Las personas fumadoras son aquellas que consumen tabaco, ya sea de forma habitual o esporádica. Las consecuencias dependen de varios factores, como el número de cigarrillos, la profundidad de la calada, el tiempo de retención del humo en los pulmones y los años de consumo.
El fumador pasivo es aquella persona que, a pesar de no ser fumadora, aspira el humo del tabaco.
El diagnóstico
El diagnóstico se basa en la anamnesis que se realiza a todos los pacientes que acuden a una consulta de salud, sea de enfermería o médica.
El tractamiento habitual
En la mayoría de casos, los fumadores intentan dejar de fumar por sí mismos y la mayoría lo consiguen así.
En otros casos necesitan ayuda de profesionales, ya sean enfermeras, médicos o psicólogos.
En todos los casos el tratamiento psicológico es muy importante para dejar de fumar y en algunos se necesita la ayuda de fármacos como los derivados de la nicotina (parches, chicles, comprimidos o espray bucal), la vareniclina o bupropion, que se han demostrado efectivos en la ayuda al fumador.
Les pruebas más habituales
Carboximetría: determina el CO en aire espirado.
Test de Fagerström: dependencia física del fumador.
Test de Richmond: motivación del fumador para dejar de fumar.
Prevención
Dejar de fumar es la mejor forma de prevenir las consecuencias del tabaquismo