Escoliosis idiopática
La palabra escoliosis proviene del griego y significa curvatura. No está considerada una enfermedad, sino una deformidad tridimensional y por este motivo la Scoliosis Research Society (SRS), la sociedad para el estudio de la escoliosis, la define como una curvatura lateral de la columna vertebral con rotación de las vértebras dentro de la curva de más de 10 grados de ángulo de Cobb.
Es importante distinguir la escoliosis estructurada de la actitud escoliótica. En la escoliosis estructurada la columna sufre una desviación lateral –ángulo de Cobb, método utilizado para medir deformidades de la columna vertebral– y una deformación en rotación que será medible con el test de Adams y un escoliómetro. En la actitud escoliótica, la desviación lateral no presenta rotación vertebral y se puede corregir a través de la educación postural.
La escoliosis, a su vez, se divide en idiopática y secundaria. La escoliosis idiopática es aquella en la que no se puede establecer una causa.
La escoliosis idiopática del adolescente es una alteración estructural en tres dimensiones, con desviación lateral y en rotación de la curvatura de la espalda que afecta la salud de los jóvenes alrededor de la pubertad. Su diagnóstico se establece por exclusión de otras causas de escoliosis, como por ejemplo malformaciones vertebrales, alteraciones neuromusculares o alteraciones sindrómicas. Éstas son las escoliosis denominadas secundarias.
La escoliosis idiopática se clasifica según edad de aparición: infantil (0-3 años), juvenil (3-10 años) y del adolescente (mayores de 10 años).
Prevalencia
La escoliosis idiopática afecta a entre un 2% y un 3% de los jóvenes de los 10 a los 16 años (edad de riesgo). Recientemente, en China se ha detectado que hasta un 5,14% de niños entre estas edades la padecen.
En la escoliosis, a medida que aumenta la curva, disminuye la incidencia. Las escoliosis con curvaturas superiores a los 20 grados afectan a entre un 0,3% y un 0,5% y se estima que la proporción de pacientes que requieren tratamiento quirúrgico no supera el 0,1%.
Detección
La detección de la escoliosis se hace generalmente por el test de Adams que consiste en la inclinación del tronco hacia adelante y la visualización de una “joroba” que se mide con el escoliómetro. Sin embargo, el diagnóstico definitivo no se puede hacer sin medir el ángulo en una radiografía de pie.
Las escoliosis secundarias más frecuentes son las asociadas a enfermedades neuromusculares. A veces, el primer indicio de algunas de estas enfermedades es la escoliosis y hasta que ésta no se manifiesta puede parecer que sea idiopática, pero en realidad es secundaria.
A quién afecta la enfermedad?
Niños y adultos de todas las edades.
Diagnóstico
El pediatra es capaz de detectarla y el especialista de rehabilitación será el encargado de realizar el diagnóstico y los controles, además de asesorar en el tratamiento, conjuntamente con el técnico ortopédico y el fisioterapeuta del equipo que hace el seguimiento y acompañamiento de la evolución de esta deformidad.
El tratamiento habitual
En adolescentes, se previene la progresión de la curva a través de un tratamiento conservador basado en la observación y la colocación de un corsé corrector si la curvatura progresa y supera los 25 grados.
Para tratar curvas pequeñas y de bajo riesgo de progresión se recomienda la fisioterapia.
Sólo se aplica tratamiento quirúrgico en casos concretos como adolescentes que tengan una curva primaria estructurada mayor de 45 grados y adultos que no responden al tratamiento conservador.
Las pruebas más habituales
Para diagnosticar la escoliosis se realizan pruebas de imagen como la radiografía convencional. A través de ella se puede además cuantificar con precisión el número de grados de la curvatura. Si se asocia otra clínica a la deformidad se solicitará una resonancia magnética.