Enfermedad tromboembólica venosa
Cuando hablamos de enfermedad tromboembólica venosa nos referimos al proceso caracterizado por la formación de un trombo (coágulo sanguíneo) en el interior del sistema venoso profundo que puede crecer o fragmentarse, interrumpiendo la circulación normal de la sangre y causando diversas alteraciones.
Las principales manifestaciones de la enfermedad tromboembólica son la trombosis venosa profunda (TVP) y la embolia pulmonar, entre otras. La TVP se produce cuando se forma un trombo o coágulo en el interior de una vena profunda, generalmente de las piernas (aunque también se pueden producir en los brazos, en la porta, en las ilíacas, en las propias venas cavas…), obstruyendo la circulación normal de la sangre en dichas venas.
El trombo que se forma en una vena profunda puede desfragmentarse o romperse y desprenderse. El émbolo desprendido viaja por las venas en dirección al corazón, para llegar hasta los pulmones a través de las venas pulmonares. Es en los pulmones donde el émbolo se para y obstruye el interior de una o más arterias pulmonares impidiendo el paso de la sangre. Este proceso se denomina Embolia pulmonar o Tromboembolismo pulmonar (TEP).
Los síntomas
Trombosis venosa aguda:
- Hinchazón o inflamación de la pierna afectada
- Dolor o sensibilidad en la pierna, a menudo comenzando en la pantorrilla
- Aumento de la temperatura de la pierna
- Cambios en el color de la piel (enrojecida o azulada y brillante)
Tromboembolismo pulmonar:
- Sensación de falta de aire o ahogo de aparición brusca (disnea).
- Aumento de la frecuencia respiratoria
- Aumento de la frecuencia cardíaca
- Dolor agudo en el tórax
- Tos seca con sangre
- Síncope
¿A quién afecta la enfermedad?
La incidencia (número de casos/año) de la enfermedad tromboembólica venosa en la población general, incluyendo cualquiera de sus manifestaciones, se estima entre 1 y 2 casos cada 1.000 habitantes en nuestro país. Esto indica que en España se producen más de 80.000 casos al año, siendo alrededor del 70% de los casos trombosis venosas profundas y el resto embolias pulmonares.
El diagnóstico
TVP:
Se analizan los síntomas del paciente, además se realiza un análisis de sangre, alguna prueba de imagen. La prueba de elección más utilizada es la ecografía Doppler (eco-Doppler), una técnica de imagen que permite ver las venas profundas y que confirma o descarta el diagnóstico.
TEP:
Si las sospechas apuntan a una posible embolia pulmonar, el diagnóstico se confirmará mediante pruebas como el TAC (escáner) torácico o una Gammagrafía pulmonar.
El tratamiento habitual
Cuando se produce una trombosis, del tipo que sea, el objetivo principal del tratamiento es el de disolver el trombo y restablecer el flujo sanguíneo para evitar mayores complicaciones.
La anticoagulación es el tratamiento de elección para la enfermedad tromboembólica venosa. Los anticoagulantes son medicamentos que modifican la coagulación de la sangre para que el trombo o coágulo no se forme dentro de los vasos sanguíneos y ayudan a deshacer el que está ya formado.
Las pruebas más habituales
Las pruebas de laboratorio como el dímero-D. Pruebas de imagen como la ecografía Doppler, el TAC y la Gammagrafía pulmonar.
ESTUDIO DE TROMBOFILIA se realiza además en algunos casos una analítica de sangre para determinar si el paciente tiene alguna alteración en sus proteínas de la coagulación que le predispongan a padecer una trombosis
Prevención
Conocer los factores de riesgo de la enfermedad tromboembólica venosa es determinante para poder actuar y controlar dicho riesgo. Una de las recomendaciones más baratas y efectivas que ayuda a prevenir posibles episodios tromboembólicos es caminar, ya que la movilización evita la formación de trombos.