Somos la suma de cuatro hospitales: el General, el Infantil, el de la Mujer y el de Traumatología, Rehabilitación y Quemados. Estamos ubicados en el Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus, un parque sanitario de referencia internacional donde la asistencia es una rama imprescindible.
El paciente es el centro y el eje de nuestro sistema. Somos profesionales comprometidos con una asistencia de calidad y nuestra estructura organizativa rompe las fronteras tradicionales entre los servicios y los colectivos profesionales, con un modelo exclusivo de áreas de conocimiento.
¿Quieres saber cómo será tu estancia en el Hospital Universitario Vall d'Hebron? Aquí encontrarás toda la información.
La apuesta por la innovación nos permite estar en vanguardia de la medicina, proporcionando una asistencia de primer nivel y adaptada a las necesidades cambiantes de cada paciente.
En general, los pacientes con sarcomas y otros tumores musculoesqueléticos son muy vulnerables y reciben tratamientos muy largos. Es por esto que, en estos casos, la educación sanitaria, tanto a los pacientes como a la familia o al cuidador/a principal y también en el momento del alta, es esencial. Dicha educación tendrá en cuenta la higiene, las posturas, la medicación, el dolor o el apoyo emocional.
Es importante seguir una serie de consejos relacionados con el estilo de vida y el tratamiento. Los más importantes son:
La mucositis oral es el enrojecimiento o la sensación de ardor producidos por la quimioterapia y la radioterapia. Consiste en la inflamación de la mucosa digestiva, localizada frecuentemente en la mucosa de la cavidad oral, y puede llegar a generar una úlcera, además de provocar dolor y/o dificultad para ingerir, así como afectar a la calidad de vida y el cumplimiento del tratamiento de los pacientes.
Una buena prevención y detección precoz son fundamentales para evitar complicaciones. Para minimizar los síntomas de la mucositis es importante seguir las recomendaciones siguientes:
Si se observa la presencia de úlceras en la boca o cualquier otra alteración (enrojecimiento, sensación de ardor, manchas blancas...) que provoque dolor o impida comer adecuadamente, es necesario ponerse en contacto con la consulta de enfermería y/o el hospital de día.
Si, además, se presenta fiebre, se aconseja llamar a la consulta de atención inmediata o dirigirse a urgencias.
La leucemia aguda comprende un conjunto de neoplasias del sistema hematopoyético caracterizado por la proliferación y acumulación importante de células inmaduras en la médula ósea en primera instancia y después en la sangre con gran heterogeneidad clínica y biológica.
Las leucemias agudas son proliferaciones clonales (célula tumoral que deriva de una única célula inicial y que acumula varias mutaciones genéticas que acabarán desarrollando la enfermedad) de células madre sanguíneas alteradas. En condiciones normales, las células madre multipotentes dan lugar a células progenitoras de las células sanguíneas, mediante un proceso de diferenciación y proliferación celular mediado por mecanismos de la propia célula y por los tejidos que lo rodean. Las células sanguíneas en condiciones normales migran a la sangre y a los tejidos, siendo indispensables para el correcto funcionamiento del organismo.
En las leucemias agudas, la acumulación de varias alteraciones genéticas y moleculares da lugar a la progresiva acumulación de estas células que sustituyen a las células sanguíneas normales, es el llamado "hiato leucémico", las células progenitoras (blastos) no maduran y se acumulan en la médula ósea y la sangre periférica. La sintomatología puede ser muy leve e inespecífica al principio y deriva de la falta de células sanguíneas principalmente y a veces, de la infiltración de tejidos. Se trata de enfermedades muy graves que requieren tratamientos quimioterápicos para su control y a menudo, un trasplante de progenitores de médula ósea.
En muchos casos no hay síntomas importantes al principio. Estos derivan fundamentalmente de la falta de células sanguíneas y pueden ser cansancio, sangrados, infecciones y más raramente falta de apetito, dolores óseos, dificultad respiratoria o síntomas neurológicos. En la exploración física podemos encontrar palidez, hematomas, sangrado mucoso, febrícula, infiltración de encías u otros órganos (piel, bazo, hígado, etc.).
La media de edad para las leucemias agudas en general es de 67 años, pero puede afectar a personas de cualquier edad. La leucemia aguda es la neoplasia más frecuente de la edad pediátrica, siendo más habitual la estirpe linfoide. En la población adulta es más frecuente la estirpe mieloide.
El diagnóstico de sospecha lo realizaremos a partir de un conjunto de aspectos que incluyen la historia clínica, la exploración física y el hemograma. La confirmación diagnóstica la obtendremos mediante la punción de la médula ósea, que nos permitirá estudiar las células neoplásicas (blastos) por microscopia óptica, la citometría de flujo multiparamétrica, los estudios de citogenética y de biología molecular.
Está basado en la quimioterapia. Actualmente hay en desarrollo nuevos fármacos como la inmunoterapia o tratamientos dirigidos contra alteraciones biológicas específicas (terapia individualizada). Si no está contraindicado, puede ser necesario un trasplante de progenitores hematopoyéticos una vez alcanzada la respuesta. Las estrategias terapéuticas se adaptan por una parte a la situación del paciente (edad, enfermedades concomitantes, etc.) y por la otra, a las características biológicas de la enfermedad.
Son el hemograma y la punción de médula ósea.
Desgraciadamente no disponemos de ninguna herramienta para prevenir el desarrollo de las leucemias agudas. No se conocen exactamente los mecanismos que provocan que una persona desarrolle esta enfermedad. Se han descrito algunos factores que pueden estar relacionados, como los tratamientos quimioterápicos o de radioterapia previos o la exposición a determinados tóxicos. Se ha observado también una predisposición en algunas enfermedades congénitas y casos con asociación familiar.
La forma más frecuente es la leucemia mieloide crónica y nos referiremos a ella exclusivamente. Es una neoplasia que tiene su origen en la célula inmadura pluripotencial de la sangre (célula madre) que da lugar a la serie roja (glóbulos rojos), a las plaquetas y a la serie blanca (glóbulos blancos).
Se caracteriza por una proliferación celular de la serie blanca con una alteración citogenética característica que consiste en la aparición de un cromosoma anómalo denominado cromosoma Filadelfia. El cromosoma Filadelfia también se detecta en otros procesos, como la leucemia aguda linfoblástica, y es necesario realizar la diferenciación diagnóstica. La leucemia mieloide crónica puede tener también trastornos de la serie roja y de las plaquetas, y se caracteriza por su cronicidad. Esta enfermedad sirve para ilustrar la revolución que ha habido en los últimos años con las terapias dirigidas en las neoplasias hematológicas.
No son muy específicos: se aprecia usualmente cansancio, anemia, falta de apetito.
Esta enfermedad tiene una incidencia baja (1-1,5/100.000 hab./año) y una mortalidad también baja (supervivencia de más del 90% al cabo de 5 años). Afecta sobre todo a personas de mediana edad (40-50 años), aunque puede afectar a cualquier edad.
En la exploración física se detecta muchas veces un crecimiento del bazo. La analítica de sangre muestra un aumento muy importante de las células blancas, y se debe hacer un aspirado de médula ósea para su confirmación. Se llevan a cabo más estudios de genética y biología molecular.
El tratamiento más utilizado es el uso de los inhibidores de la tirosina quinasa. Se trata de un tratamiento vía oral, crónico y relativamente bien tolerado, entre ellos el Imatinib: es el primer fármaco que se describió, y el más utilizado. Tiene como efectos secundarios hiperpigmentación submalar (problemas estéticos), náuseas y vómitos, que suelen ser leves.
Dado que hay resistencias a este fármaco, se tienen que desarrollar nuevos fármacos que frenen otras vías de proliferación de las células afectadas.
Exploración física, analítica de sangre, punción de médula ósea.
La quimioterapia consiste en la combinación de diferentes tipos de medicamentos que destruyen las células cancerosas de diferentes maneras. Actúa sobre las células que se dividen rápidamente, las células del cáncer y, también, las sanas.
La quimioterapia se administra de diferentes maneras y por varios motivos:
El cuerpo humano está formado por diferentes células que tienen un funcionamiento determinado. El cáncer empieza cuando un grupo de células se reproduce muy deprisa y de forma incontrolada. Esto afecta a la función y, por lo tanto, al funcionamiento normal del cuerpo.
La quimioterapia actúa sobre estas células que se dividen rápidamente, que pueden ser cancerosas o no. Este tratamiento produce varios efectos secundarios, que dependen del medicamento, la dosis, la duración y cada persona.
La quimioterapia puede ser intravenosa u oral, es decir, se puede administrar por la vena o por la boca. La primera vía de administración es la más común.
Para administrar el tratamiento, a veces, se coloca un catéter que se deja fijo y que va conectado a un disco por debajo de la piel. A través de este dispositivo se administra la medicación. Este catéter recibe el nombre de port-a-cath, aunque existen más tipo de catéteres. La forma en que se accede a la vena depende de las características de la persona y de la duración del tratamiento.
La quimioterapia se aplica en intervalos y la duración depende del tipo de programa, control y tratamiento.
La quimioterapia puede producir los efectos secundarios siguientes:
El Servicio de Oncología Radioterápica destaca por su labor asistencial en oncología pediátrica y radiocirugía, así como por su participación en múltiples ensayos clínicos oncológicos. Por este motivo, recibimos residentes de todo el Estado que hacen rotaciones en nuestras unidades específicas y visitas de médicos especialistas de todo el mundo que quieren aprender las técnicas más avanzadas. Poseemos una gran trayectoria en la formación continuada de residentes y muchos de los que han pasado por aquí ocupan ahora puestos de responsabilidad en hospitales internacionales.
Itinerario formativo de Oncología Radioterápica
La Unidad Docente de Oncología Radioterápica está formada por el Servicio de Oncología Radioterápica, con la participación de los servicios de Hematología, Medicina Interna, Oncología Médica, Radiología, Radiofísica, la Unidad de Urgencias y Curas Paliativas. En Oncología Radioterápica asistimos a los pacientes del Hospital y del área sanitaria de influencia de Vall d'Hebron; pero también de otras partes del territorio nacional, ya que somos el centro de referencia para varias patologías complejas.
Ofrecemos un programa formativo en oncología radioterápica que incluye el aprendizaje en investigación, mediante la participación en comités multidisciplinares que analizan diferentes patologías y generan hipótesis para trabajos de investigación futuros. Desde la incorporación de los residentes, se integran en una línea de investigación, acompañados por un médico adjunto.
Formamos parte del Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y participamos activamente en varios grupos de investigación nacionales e internacionales, como la European Organisation for Research and Treatment of Cancer (EORTC), la International Society of Paediatric Oncology (SIOP) o el Grupo de Investigación Clínica en Oncología Radioterápica (GICOR).
La complejidad de los diagnósticos y los tratamientos que se abordan en el Servicio de Oncología Médica requieren el trabajo en equipos multidisciplinares formados por diferentes especialistas, con el objetivo de ofrecer un enfoque integral de la enfermedad, desde el diagnóstico hasta el final del tratamiento. Por este mismo motivo funcionamos a través de comités expertos en diferentes tipos de cáncer y evaluamos conjuntamente cada caso, para determinar el tratamiento indicado de forma personalizada. Si te formas con nosotros, podrás trabajar con profesionales altamente cualificados y tecnología de última generación. La formación está garantizada por programas de formación propios y por la colaboración con centros de calidad y prestigio reconocidos.
Itinerario formativo de Oncología Médica
El núcleo de esta unidad docente está formado por el Servicio de Oncología Médica, con la participación de los servicios de Hematología, Medicina Interna, Oncología Radioterápica, Radiología, Anatomía Patológica, Enfermedades Infecciosas, Curas Paliativas, Unidad de Cuidados Intensivos y la Unidad de Urgencias. Nuestra unidad está capacitada para la formación de tres residentes por año. El proceso formativo del residente de oncología médica consta de un total de cinco años. En los dos primeros años se cursa un periodo de formación nuclear (troncal) y durante los tres años siguientes se realiza el periodo específico de la especialidad.
Se espera del residente de oncología médica que conozca en profundidad las opciones preventivas, diagnósticas y terapéuticas del cáncer. Es por ello que debe actualizar permanentemente sus conocimientos sobre biología del cáncer. Por esto, es necesario que participe en proyectos de investigación y promoviendo la cultura de la investigación de excelencia. Además, tendrá la oportunidad de conocer las principales líneas de investigación del departamento y de participar en algunas de ellas. Durante la formación aprenderá a tener una actitud crítica y abierta frente a la gran cantidad de estudios clínicos y avances en el conocimiento de la especialidad, y a poner por delante, siempre, las consideraciones éticas.
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