Persistencia del conducto arterioso
El ductus o conducto arterioso es una estructura vascular que conecta la aorta con la arteria pulmonar. Esencial para la vida fetal, se cierra espontáneamente después de nacer en la mayor parte de los recién nacidos a término. En los niños prematuros, sin embargo, el cierre del ducto se produce, con frecuencia, más allá de la primera semana de vida.
Los síntomas
El signo clínico más frecuente es la aparición de un soplo por debajo de la clavícula izquierda. La persistencia del ducto arterioso puede venir acompañada de frecuencias cardíaca y respiratoria elevadas y también del aumento del flujo pulmonar. Este aumento provoca congestión y eso dificulta la maduración pulmonar en los casos de niños prematuros.
¿A quién afecta la persistencia del ducto arterioso?
Afecta básicamente a los bebés que nacen de manera prematura. La incidencia de persistencia de ducto arterioso en prematuros con menos de 1.500 g de peso es de un 30 %.
El diagnóstico
La persistencia del ducto arterioso se detecta mediante una ecocardiografía.
El tratamiento habitual
Cuando el ducto repercute sobre el estado del bebé, el tratamiento inicial es médico y farmacológico.
Tratamiento farmacológico
La indometacina es el fármaco que se utiliza como tratamiento estándar para el cierre farmacológico del ducto arterioso. También se puede utilizar el ibuprofeno, un antiinflamatorio que también da buenos resultados en estos casos.
Tratamiento médico
El cierre por cateterismo es una práctica habitual. Consiste en insertar un dispositivo en el ducto arterioso para cerrarlo. Normalmente, los candidatos para este tipo de cierre serían los de ductus arteriosus más pequeños de 3 mm de diámetro y con un peso adecuado.
El tratamiento quirúrgico se reserva para aquellos pacientes en los cuales ha fracasado el tratamiento farmacológico, o cuando este está contraindicado, y en los casos en los que el cierre por cateterismo no sería recomendado.
El pronóstico es excelente tanto en el cierre por cateterismo como en el quirúrgico. Las tasas de recanalización del ducto se estiman entre un 0 y un 3 %.