Migraña
La migraña es un tipo de dolor de cabeza crónico que se caracteriza por episodios repetidos de gran intensidad, que pueden impedir a la persona afectada desarrollar sus actividades diarias.
Según la OMS es la séptima enfermedad que produce más discapacitación, con respecto a años perdidos, sufrimiento y ausencia de productividad.

¿Cómo actúa la migraña?
La migraña es la consecuencia de la activación o irrigación de las fibras del nervio trigémino, un nervio de tres ramas que transmite la sensibilidad de la cabeza. Las fibras que provienen de la primera rama rodean los vasos sanguíneos localizados en las meninges.
Las meninges están constituidas por diferentes capas de tejido que recubren el cerebro y son las estructuras que duelen. El cerebro en sí mismo no duele, sino lo que lo cubre.
Durante un ataque de migraña se produce una inflamación de las meninges como consecuencia de la liberación de sustancias inflamatorias del trigémino. Esta inflamación o meningitis no infecciosa es responsable de provocar el dolor y hace que, cuando movemos la cabeza, el dolor empeore o aumente. Por este motivo, estar en reposo nos alivia.
La duración de una crisis de migraña puede durar de cuatro a setenta y dos horas. Este tipo de dolor de cabeza puede presentarse desde una vez al año hasta varias veces seguidas.
Los síntomas
- Dolor pulsativo e intenso o dolor sordo en un lado de la cabeza o en ambos
- Dolor que empeora con la actividad física
- Inapetencia, náuseas o vómitos
- Cambios en la visión, que puede ser incluso borrosa o tener puntos ciegos
- Molestia causada por la luz, el ruido o los olores
- Cansancio y confusión
- Congestión nasal
- Tener frío o sudar
- Cuello tenso o sensible al tacto
- Mareo leve
- Sensibilidad al tacto en el cuero cabelludo
¿A quién afecta la migraña?
La enfermedad es tres veces más común en mujeres que en hombres y, generalmente, se inicia antes de los treinta años y no más tarde de los cincuenta.
Es frecuente que haya antecedentes familiares. Puede desencadenarse por varios estímulos como alimentos (queso, vino tinto, chocolate), olores intensos, luces brillantes, cambios de tiempo, alteraciones del ritmo del sueño, variaciones hormonales o estrés.
El diagnóstico
Para realizar el diagnóstico, hay que tener en cuenta el relato de los síntomas de la persona afectada. Después, se debe efectuar una exploración física y neurológica detallada, que en la persona con migraña tiene que ser normal.
Según esta primera aproximación, el profesional sanitario valorará la necesidad de hacer otras exploraciones complementarias para confirmar que se trata de migraña y no de otra enfermedad.
Ciertas circunstancias obligan a hacer un estudio médico profundizado cuando:
- el paciente tiene más de 50 años y aparece por primera vez
- el dolor aparece al hacer un esfuerzo físico
- nos despierta por la noche
- se presenta de manera repentina o brusca, de gran intensidad
- es de aparición reciente y de carácter progresivo
- aunque exista previamente, aumenta con rapidez de frecuencia o intensidad
- junto con el dolor de cabeza aparecen alteraciones del carácter, de la conducta, pérdidas de conocimiento o signos focales
El tratamiento habitual
Aunque la migraña no tiene cura, un tratamiento adecuado puede aliviar el dolor y prevenir su aparición.
- Tratamiento no farmacológico: es necesario que la persona afectada identifique los desencadenantes específicos de su migraña y los evite. La fisioterapia puede resultar útil en algunos casos.
- Tratamiento farmacológico: hay dos tipos de medicamentos: sintomáticos, que se utilizan para aliviar el dolor, y preventivos, que intentan evitar su aparición.
En el primer grupo, destacan los antiinflamatorios, paracetamol, ergotamina y sus derivados, y los fármacos denominados genéricamente triptanos. El tratamiento preventivo se indica cuando la migraña es muy frecuente o no responde adecuadamente al tratamiento sintomático.
La elección del tratamiento sintomático y preventivo la tiene que realizar y controlar un médico. Es muy importante evitar la automedicación para prevenir la aparición de cefalea crónica diaria, que se desencadena por el abuso de medicación analgésica. Los medicamentos que no requieren receta y los recetados que se usan con frecuencia o en dosis grandes pueden causar otros problemas.
La prevención
Una manera de prevenir la migraña es intentar evitar lo que la desencadena. Aun así, existen factores que la desencadenan poco controlables, como la migraña menstrual o la incidencia de factores atmosféricos.
Controlar los horarios y evitar ciertos alimentos o bebidas que se hayan visto como posibles causantes y dormir un número de horas suficiente es fundamental a la hora de prevenirla. Es importante llevar una vida ordenada con horarios bien establecidos, con respecto a comidas y horas de sueño
La práctica de ejercicio físico suave y frecuente también ayuda a reducir la enfermedad.
Encontrarás más información en el blog Midolordecabeza.org