Espondiloartritis
Las espondiloartritis son un grupo de enfermedades que tienen como nexo común la afectación inflamatoria del esqueleto axial (espalda), aunque también pueden afectar a las articulaciones periféricas (manos, pies, rodillas...). Dentro de este grupo, incluimos las enfermedades siguientes: espondiloartritis axial (o espondilitis anquilosante en su fase más avanzada), artritis psoriásica, artritis relacionada con la enfermedad inflamatoria intestinal, artritis reactiva y un subgrupo de la artritis idiopática juvenil.
Síntomas
El síntoma más frecuente es el dolor en la parte baja de la espalda o en las nalgas (dolor lumbar inflamatorio). Este dolor se caracteriza porque empeora con el reposo y mejora con el ejercicio, se asocia a la rigidez matutina prolongada, despierta por la noche y mejora con antiinflamatorios. También puede afectar a las articulaciones periféricas; esto es más común en la artritis psoriásica, donde se manifiesta como dolor e inflamación en los nudillos de las manos, muñecas, pies y otras articulaciones.
Las espondiloartritis también afectan a lo que denominamos entesis, la inserción de los tendones en los huesos. Las entesis más afectadas son el tendón de Aquiles y los epicóndilos (codos), aunque se puede ver afectada la inserción de cualquier tendón.
Finalmente, estas enfermedades también presentan manifestaciones extraarticulares que pueden ser la única forma de presentación visible. Estas incluyen la inflamación del ojo (uveítis), del intestino como enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn) o de la piel (psoriasis). De hecho, un 30 % de los pacientes con psoriasis presentan artritis psoriásica y las lesiones de la piel acostumbran a preceder la enfermedad articular.
¿A quién afecta la enfermedad?
Las espondiloartritis pueden afectar a cualquier persona, si bien acostumbran a presentarse entre la adolescencia y los 50 años. La espondiloartritis axial se suele manifestar antes de los 40 años, mientras que la artritis psoriásica se puede iniciar más tarde (entre los 30 y 50 años). Afectan por igual a hombres y mujeres, aunque la espondiloartritis axial es ligeramente más prevalente en los hombres.
Es habitual que las personas que sufren alguna de estas enfermedades tengan familiares con la misma enfermedad o alguna otra del grupo de las espondiloartritis. Por eso se decidió agruparlas con la idea de que su etiología es común. Así pues, la genética es la principal causa de estas enfermedades con unos cuantos genes identificados, entre los que prevalece el HLA-B27, que se puede identificar en el laboratorio, lo que ayuda a hacer el diagnóstico. También se han investigado otras causas como la infecciosa, ya que en muchos casos la enfermedad va precedida por una infección que actúa como desencadenante.
Diagnóstico
El diagnóstico de la enfermedad se hace de manera global teniendo en cuenta los síntomas que refiere el paciente, la exploración física, los resultados analíticos y de las pruebas de imagen (radiografía, ecografía y resonancia magnética). Cabe tener en cuenta que no hay ninguna analítica ni ninguna otra prueba que diagnostique estas enfermedades por sí sola; siempre se requiere que el especialista en reumatología haga una valoración médica de toda la situación en conjunto.
Como los síntomas que presentan se pueden confundir con enfermedades muy comunes (lumbalgia) y no hay ninguna prueba específica que las diagnostique de manera contundente, es habitual que el diagnóstico se pueda retrasar hasta 10 años. Es usual que los pacientes hayan visitado a múltiples profesionales y especialistas (traumatólogos, fisioterapeutas, osteópatas, médicos de atención primaria...) hasta que se llega al diagnóstico.
Tratamiento habitual
Uno de los pilares del tratamiento de las espondiloartritis es el ejercicio físico y la fisioterapia dirigida a las articulaciones. Las opciones farmacológicas principales son los antiinflamatorios y, en caso de que estos no consigan controlar la enfermedad, se utilizarán los que denominamos fármacos modificadores de la enfermedad (FAME). Dentro de los FAME, utilizamos los convencionales, como el metotrexato o la salazopirina y, más recientemente, los FAME biológicos y sintéticos, que representan un avance importante en el tratamiento de estas enfermedades.
Prevención
Desgraciadamente, no hay una acción concreta que conozcamos para prevenir la aparición de las espondiloartritis. No obstante, el tabaquismo es uno de los factores más importantes involucrados en estas enfermedades y en su progresión, por lo que se recomienda evitarlo. En el caso de la artritis psoriásica, el hecho de que la enfermedad de la piel preceda muchas veces a la enfermedad articular nos proporciona una oportunidad para identificarla de manera precoz y evitar que progrese. Se están investigando marcadores para poder identificarla antes de que aparezca.
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Fecha de modificación: 01.12.2022, 11:21