Prevención y el tratamiento del herpes zóster
El herpes zóster es una erupción de la piel provocada por una infección viral de los nervios que se encuentran justo debajo de la piel. El virus que lo causa es el mismo que el que causa la varicela. A diferencia de esta, el herpes zóster no presenta estacionalidad y puede aparecer a cualquier edad, aunque es más común en personas mayores de 50 años.

¿Qué debes tener en cuenta si padeces herpes zóster?
Una medida para prevenir la aparición de nuevos casos de este virus entre las personas que conviven alrededor de un caso es la desinfección de los objetos contaminados con las secreciones nasofaríngeas o las lesiones cutáneas de los enfermos con varicela. Por lo tanto, es importante lavarse las manos antes y después de haber tenido contacto con personas o materiales infectados.
Para mejorar los picores y las molestias de este virus es recomendable la aplicación de:
- Compresas frías y húmedas sobre la piel afectada
- Baños y lociones calmantes, como baños de avena coloidal.
Es fácil que las personas con herpes zóster contagien a otras, por lo tanto, mientras las ampollas de la piel estén abiertas y supuren, se recomienda evitar cualquier contacto con personas que no hayan tenido la varicela, especialmente las mujeres embarazadas, los recién nacidos y las personas inmunodeprimidas.