Consejos y hábitos
- Cumplimiento del tratamiento: Es crucial tomar los medicamentos anticrisises según las indicaciones del médico. Saltar dosis o interrumpir el tratamiento puede aumentar el riesgo de crisis.
- Rutinas regulares: Mantener una rutina diaria regular puede ayudar a estabilizar los patrones de sueño y reducir el estrés, ambos factores que pueden influir en las crisis.
- Sueño adecuado: Aseguraos de obtener suficiente descanso y mantener hábitos de sueño saludables. La privación de su bote ser un desencadenante de crisis en algunas personas con epilepsia.
- Evitar factores desencadenantes conocidos: Identifica y evita situaciones o sustancias que puedan desencadenar crisis. Estos pueden incluir luces intermitentes, estrés, alcohol, carencia de sueño o ciertos medicamentos.
- Actividad física moderada: La actividad física regular puede tener beneficios para la salud en general y puede ayudar a reducir el estrés. Consulta con tu médico antes de empezar un programa de ejercicios nuevo.
- Dieta balanceada: Mantén una dieta equilibrada y nutricionalmente completa, sin transgresiones que puedan alterar la absorción de medicamentos. La dieta cetogénica es un tratamiento por algunas personas con epilepsia y que siempre se tiene que hacer bajo la supervisión de profesionales de la salud.
- Gestión del estrés: Practica técnicas de gestión del estrés, como por ejemplo la meditación, el yoga o la respiración profunda, para ayudar a reducir el impacto del estrés en tu vida diaria.
- Comunicación abierta: Parla abiertamente con amigos, familiares y colegas sobre tu epilepsia. Educar quienes te rodean puede ayudar a crear uno en torno a apoyo. • Llevar un registro: Mantén un registro de tus crisis, medicamentos y cualquier factor desencadenante potencial. Esto puede ser útil para tú y para tu equipo médico a la gestión de la condición.
- Visitas regulares al médico: Realiza revisiones médicas regulares con tu neurólogo para evaluar y ajustar tu tratamiento según haga falta, aunque las crisis estén controladas.
Recuerda que estos son consejos generales y que cada persona puede tener necesidades y desafíos específicos. Consulta siempre con tu médico para obtener asesoramiento personalizado sobre tu situación particular.