La Dra. Odile Romero reclama en una comparecencia en el Parlament de Catalunya que el sueño sea un pilar de la salud

Dormir no es una pérdida de tiempo. Es clave para la salud física y mental. Durante el sueño, el cuerpo libera hormonas que ayudan a reparar las células. Entre otras funciones, el descanso influye en la respiración, la presión arterial, la salud cardiovascular, el apetito, la función intelectual o las hormonas del crecimiento y del estrés. Pero en España, el 48% de la población adulta y el 25% de los niños no duerme bien, y un 15% sufre insomnio crónico. “¿Cuándo empezaremos a creernos que dormir es tan importante como hacer ejercicio o comer bien?”, ha planteado la Dra. Odile Romero, jefa de Sección de Neurofisiología y coordinadora de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Vall d’Hebron. La neuróloga ha trasladado esta y otras cuestiones a la Comisión de Salud del Parlament de Catalunya, donde ha comparecido para informar del proyecto que promueve un abordaje integral de la salud del sueño.

Los diputados han tomado nota y han redactado una propuesta de resolución que ahora se debatirá en comisión. Entre las peticiones planteadas destaca una: que el sueño sea considerado un pilar de salud pública, al mismo nivel que la alimentación o la actividad física. “Igual que el médico de cabecera pregunta si fumamos o bebemos, debería preguntar también si dormimos bien”, ha defendido la Dra. Romero. Se considera que una persona no duerme bien cuando tiene dificultades para conciliar el sueño, se despierta antes de hora o ambas cosas a la vez. También cuando se desvela varias veces durante la noche. Cuando estos episodios se repiten más de tres veces por semana y afectan al funcionamiento diario, estamos ante un problema de insomnio.

No dormir perjudica la salud

La Dra. Romero ha insistido en que dormir es clave no solo para la salud individual, sino también para el buen funcionamiento de la sociedad. A corto plazo, la privación de sueño provoca falta de concentración, fatiga y un mayor riesgo de accidentes laborales o de tráfico. “Dormir solo cuatro horas cuadruplica el riesgo de sufrir un accidente de tráfico”, ha advertido. A largo plazo, la situación es aún más grave: el déficit de sueño se asocia a trastornos metabólicos, deterioro cognitivo, déficits inmunitarios y un mayor riesgo de alzhéimer y depresión. El impacto también es económico: según datos presentados en el Parlament, la falta de sueño representa una pérdida del 0,82% del PIB anual del Estado.

Cada etapa de la vida requiere un mínimo de horas de sueño: los adultos entre 7 y 8, los adolescentes 9, los niños 10 y los bebés hasta 16. Pero según datos de la Encuesta de Salud Pública, un 20% de la población entre 15 y 44 años duerme menos de seis horas por noche. Las personas más afectadas son aquellas con menos recursos económicos y las mujeres, que suelen asumir la mayor parte de las tareas domésticas.

Reducir la prescripción de fármacos para dormir

El tratamiento de los problemas derivados de la falta de sueño es complejo. Una de las preocupaciones de la Dra. Romero y del grupo de trabajo Alianza por el Sueño es que el abordaje de los trastornos del sueño recae con demasiada frecuencia en los fármacos. España es uno de los países que más benzodiacepinas consume: una de cada nueve personas las toma. Y un 20% de los adolescentes las usa, ya sea con receta médica o con fines recreativos. “Esto debería encender todas las alarmas”, ha advertido. La neuróloga pide recursos para formar a los médicos de familia, para que puedan ofrecer consejos sencillos como evitar las pantallas antes de dormir, hacer cenas ligeras, respetar horarios regulares o reducir la ansiedad. También reclama reforzar las unidades especializadas para acortar las listas de espera.

Un cambio de hábitos, cosa de todos

“El sueño debe ser un pilar de la salud pública”, ha concluido la Dra. Romero. Y ha hecho un llamamiento a revisar hábitos y costumbres que sabotean el descanso: cenas a las 22.30 h, bebés despiertos a las dos de la madrugada en un cochecito en la terraza de un bar o actividades extraescolares que acaban demasiado tarde. “Tenemos que interiorizar que dormir mal perjudica seriamente la salud”, ha transmitido a los parlamentarios.