Somos la suma de cuatro hospitales: el General, el Infantil, el de la Mujer y el de Traumatología, Rehabilitación y Quemados. Estamos ubicados en el Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus, un parque sanitario de referencia internacional donde la asistencia es una rama imprescindible.
El paciente es el centro y el eje de nuestro sistema. Somos profesionales comprometidos con una asistencia de calidad y nuestra estructura organizativa rompe las fronteras tradicionales entre los servicios y los colectivos profesionales, con un modelo exclusivo de áreas de conocimiento.
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La apuesta por la innovación nos permite estar en vanguardia de la medicina, proporcionando una asistencia de primer nivel y adaptada a las necesidades cambiantes de cada paciente.
La endocarditis infecciosa supone la presencia de una infección microbiana en la superficie endocárdica (la capa interna del corazón). Se trata de la infección cardiovascular más frecuente y es muy importante debido a su potencial gravedad y a que puede presentarse de diferentes formas clínicas.
La endocarditis infecciosa afecta principalmente a las válvulas cardíacas, ya sean naturales o artificiales, aunque en ocasiones puede producirse en otras estructuras del corazón. Se clasifica según el tiempo de evolución de la infección (días, semanas o meses) y según el tipo de microorganismo causante (bacterias, levaduras, hongos).
La lesión característica de la endocarditis infecciosa es la vegetación endocárdica, formada por un agregado anómalo de plaquetas, fibrina, bacterias y células inflamatorias que se adhiere a la superficie interna del corazón, generalmente en una válvula cardíaca. Esta vegetación puede desprenderse y causar embolia infecciosa en órganos distantes, como la piel, el sistema nervioso o las extremidades.
Se considera una enfermedad grave y, aunque la mayoría de los casos se curan, existe un riesgo significativo de complicaciones y mortalidad. En muchos casos, para una curación definitiva, es necesario realizar cirugía para eliminar los tejidos afectados y colocar una nueva válvula cardíaca artificial.
En su forma más aguda, la endocarditis infecciosa puede producir fiebre alta, escalofríos, prostración y deterioro general del estado de salud en pocas horas o días.
En formas subagudas, con evolución de semanas o meses, predominan cansancio, falta de apetito y fiebre poco significativa. En estos casos, también pueden aparecer manifestaciones infecciosas en la piel, como nódulos o manchas características, aunque no siempre se presentan.
En pacientes con grave afectación valvular, puede desarrollarse insuficiencia cardíaca, con síntomas como dificultad respiratoria importante y aparición de edemas en las extremidades inferiores.
La endocarditis infecciosa tiene una incidencia global de 2-3 casos por cada 100.000 habitantes/año. En Cataluña se estiman unos 200 nuevos casos anuales. Sin embargo, su incidencia aumenta con la edad, alcanzando 15-30 casos por cada 100.000 habitantes/año en mayores de 65 años, es decir, 10 veces superior a la de la población más joven.
La causa de la endocarditis infecciosa ha cambiado en las últimas décadas. Antes, el estreptococo viridans era el agente causal más frecuente. Actualmente, los más comunes son estafilococos, seguidos de estreptococos y enterococos. No obstante, cualquier microorganismo presente en sangre puede adherirse a una válvula cardíaca, especialmente si esta tiene lesiones previas o es artificial.
El diagnóstico de la endocarditis infecciosa se basa principalmente en:
Hemocultivos: permiten identificar el microorganismo causante y seleccionar el antibiótico específico más adecuado.
Ecocardiografía: localiza las vegetaciones endocárdicas, evalúa la función de la válvula afectada y ayuda a determinar la necesidad de cirugía.
En algunos casos, pueden realizarse otras exploraciones (TAC, gammagrafías) para descartar embolia periférica, frecuente al momento del diagnóstico o durante el tratamiento.
El tratamiento es antibiótico, dirigido específicamente al microorganismo causante. Las dosis son altas y prolongadas, ya que las vegetaciones tienen escasa vascularización y el antibiótico debe penetrar por difusión desde la sangre.
En pacientes que no responden adecuadamente o que presentan daños valvulares significativos, puede ser necesaria la cirugía de recambio valvular.
Hemocultivos y ecocardiografías, tanto al momento del diagnóstico como para monitorizar la evolución de la enfermedad.
En personas con alteraciones valvulares conocidas, se recomienda profilaxis antibiótica antes de intervenciones dentales o en las encías, siguiendo indicación médica.
También se deben tomar medidas preventivas durante endoscopias, especialmente digestivas altas (gastroscopia), según la pauta que indique el médico.
Esta prevención es crucial, ya que la presencia de bacterias en sangre como consecuencia de estas intervenciones aumenta significativamente el riesgo de endocarditis infecciosa.
Es una prueba que permite valorar la anatomía del corazón y las arterias coronarias, además de estudiar su funcionamiento y llevar a cabo algunos tratamientos. Esta prueba se realiza en una sala de hemodinámica. El cateterismo consiste en la introducción de unos catéteres que van hasta el corazón, con el fin de valorar su anatomía, las arterias coronarias, su funcionamiento, medir la presión en las cavidades cardíacas, además de comprobar si hay alguna válvula cardíaca alterada. Aparte de permitir diagnosticar algunas enfermedades cardíacas, también sirve para detectar cardiopatías congénitas, comunicaciones auriculares o ventriculares, medir el oxígeno en las diferentes áreas del corazón y practicar biopsias.
El cateterismo sirve para diagnosticar algunas enfermedades cardíacas, pero también para tratar algunas de ellas.
Los tratamientos que se pueden realizar con el cateterismo son:
Implantación de prótesis para tratar defectos cardíacos que se producen desde el nacimiento, algunas de las llamadas cardiopatías congénitas
Este procedimiento se lleva a cabo en la sala de hemodinámica. Durante toda la intervención el paciente tiene que estar acostado en la mesa de exploraciones y muy quieto.
Antes de iniciar el cateterismo, se desinfecta la zona donde se va a realizar, que puede ser la ingle, arteria/vena femoral, o la muñeca. Después se practica una punción con anestesia local y se introduce el catéter por las zonas mencionadas hasta llegar al corazón. A través del dispositivo se inyecta una sustancia de contraste.
Gracias a un aparato de radiología se comprueba que los catéteres estén bien colocados y que los profesionales puedan ver las arterias, venas, cavidades del corazón, su funcionamiento y, si es necesario, implantar prótesis intracoronarias, stents u otros dispositivos.
Una vez finalizada la exploración, se pone un sistema compresivo en la zona de la punción.
Es frecuente la aparición de hematomas, y de forma menos habitual se puede presentar hemorragia en el lugar de la punción, dolor, angina de pecho o arritmias y hemorragia abdominal, si el catéter se introduce por la ingle.
Cardiología, Hospital General
La Unidad de Cardiopatías Familiares del Servicio de Cardiología es básicamente asistencial. Esta Unidad atiende el conjunto de miocardiopatías en general y las familiares en particular.
Esta unidad trata las miocardiopatías, que son enfermedades en que el miocardio resulta debilitado, dilatado o tiene otro problema estructural. Con frecuencia el corazón no puede bombear o funcionar correctamente. En el caso de las miocardiopatías familiares, como se tratan en gran medida de enfermedades con poca frecuencia, es necesario un manejo especializado que no se encuentra al alcance de cualquier cardiólogo clínico. Es necesario un tratamiento específico y contar con una tecnología determinada.
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