Crece el número de pacientes con lesión medular aguda traumática por caídas mayores de 75 años

El aumento año tras año de la gente mayor que sufre caídas en su vida cotidiana ha hecho incrementar la media de edad del lesionado medular agudo traumático de Vall d’Hebron, que actualmente se sitúa en 53 años.

29/08/2024

Luis se mueve en silla de ruedas después de un accidente en casa el día del cumpleaños de su mujer. Juan también sufre una lesión en la médula por una caída en su domicilio y Marisa se ha salvado por un milímetro de perder la movilidad por debajo la cintura después de tropezar al autobús, pero tiene un fuerte dolor en la espalda que la obliga a visitarse con el fisioterapeuta cada semana. Los tres tienen más de 75 años y son un ejemplo del tipo de caídas que cada vez más atiende el equipo de la Unidad de Lesionados Medulares del Hospital Universitario Vall d’ Hebron. “Cuando hablamos de pacientes con lesión medular aguda traumática el retrato robot en el imaginario popular es el de un hombre menor de 45 años que ha sufrido un accidente de tráfico o practicando deporte. Pero en los últimos años, hemos observado un aumento de lesionados medulares agudos traumáticos en mayores de 75 años que llegan a urgencias después de sufrir una caída en el ámbito doméstico”, avisa la Dra. Lluïsa Montesinos, jefa de la Unidad de Lesionados Medulares.

El Hospital Universitario Vall d’Hebron atiende principalmente a dos perfiles de pacientes con lesión medular aguda traumática: uno por caídas y otro por accidente de tráfico o durante la práctica deportiva –zambullidas, deporte de impacto o caídas en la montaña, sobre todo–. Pero mientras este último grupo concentra hombres jóvenes entre 16 y 30 años, el 80% de los pacientes mayores de 75 años ha sufrido una caída en casa o en la calle, en el marco de una actividad cotidiana. El crecimiento año tras año de este último colectivo ha provocado que aumente la media de edad del lesionado medular agudo traumático que atiende Vall d’Hebron y actualmente se sitúe en los 53 años.

La Dra. Lluïsa Montesinos celebra que en los últimos diez años ha disminuido el porcentaje de lesionados medulares agudos traumáticos por accidente de tráfico, pero muestra su preocupación por el aumento de pacientes mayores de 75 años que caen en el ámbito doméstico. Por este motivo hace un llamamiento a la gente mayor, familias y cuidadores para que tengan cuidado a la hora de subir y bajar escaleras o andar por la calle, donde el estado del pavimento puede hacerlos tropezar.

“Con la edad, perdemos reflejos para protegernos en una caída y del mismo modo que la cadera se rompe, también se puede lesionar la columna”, explica la Dra. Lluïsa Montesinos. “Mayoritariamente, vemos lesiones cervicales incompletas, pero en algunos casos son completas y generan una gran discapacidad en edades avanzadas”, añade. Mientras con la lesión medular completa se pierde toda la sensibilidad y capacidad para controlar el movimiento por debajo del punto de la lesión, en la incompleta sí que existe sensibilidad y control del movimiento por debajo del área afectada, en grado variable en función de la lesión.

La médula espinal envía y recibe señales que se intercambian entre el cerebro y el resto del cuerpo. A menudo, una lesión en esta área provoca, por debajo del lugar de la lesión, cambios permanentes en la fuerza, la sensibilidad, otras funciones corporales como el corazón o los pulmones, así como trastornos esfinterianos. Una vez la lesión medular se estabiliza, después del tratamiento quirúrgico en caso necesario, pueden aparecer dolores de tipo neuropático, espasticidad y otras complicaciones. Además de los procesos asociados a la misma lesión, los pacientes de edad avanzada presentan a menudo osteoporosis, una disminución de la cantidad y calidad del hueso que condiciona una mayor fragilidad ósea. Todos estos factores relacionados con la fragilidad se tienen que evaluar caso por caso antes de fijar el tratamiento del paciente.

Es probable que aquellas personas que han sufrido una lesión de la médula espinal experimenten efectos secundarios mentales, emocionales y sociales. Los tratamientos y la rehabilitación van encaminados a que las personas que sufren lesiones de la médula espinal ganen una mayor autonomía e independencia, en la medida de sus posibilidades. “La rehabilitación se tiene que adaptar a las condiciones físicas de estos pacientes, que al ser más mayores pueden presentar enfermedades de base y más riesgo de sufrir complicaciones”, explica la Dra. Judith Sánchez Raya, jefe del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación. “En el caso de la gente mayor, es más importante que nunca la evaluación personalizada de cada paciente para valorar su fragilidad, que varía en cada persona más allá de la edad. El programa de rehabilitación se tiene que diseñar en función del tipo de lesión y el estado de salud previo a la lesión, teniendo en cuenta la reserva fisiológica de cada paciente y no la edad cronológica”, expone Juan Blanco, fisioterapeuta de Vall d’Hebron.

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