Ponemos en marcha la Unidad Cardiorenal, que ofrece un tratamiento personalizado a los pacientes

La nueva unidad mejora la coordinación de los servicios, logra reducir los ingresos y mejorar la calidad de vida de los pacientes con síndrome cardiorenal

07/09/2022

Los órganos del cuerpo humano no trabajan de manera independiente, lo hacen en equipo. Y en este equipo, los riñones, dos órganos gemelos de la medida de un puño situados detrás el hígado y el estómago, tienen un papel clave: eliminar toxinas y un exceso de líquido del cuerpo. A pesar de estar separados por un palmo, los riñones y el corazón tienen una relación estrecha. Un riñón que no funciona bien puede aumentar el riesgo de sufrir una patología cardíaca y al revés, un problema en el corazón puede ser el origen de una enfermedad renal. De hecho, entre el 40% y el 50% de los y las pacientes que sufre una insuficiencia cardíaca crónica presenta enfermedad renal. Cuando la disfunción de un órgano provoca problemas al otro, en medicina se dice: “síndrome cardiorrenal”. Hay cinco tipos de síndromes y para tratarlos, el Hospital Universitario Vall d’Hebron ha emprendido la Unidad Cardiorrenal. Funciona a imagen y semejanza del cuerpo humano, trabajando en red. Suma la pericia de los servicios de Cardiología, Nefrología, Medicina Interna y otras especialidades.

La Dra. María José Soler, jefa clínica de la Unidad de Diálisis y Nefrología Clínica del Hospital Universitario Vall d’Hebron, explica que en la Unidad Cardiorrenal "recibimos pacientes severos que requieren un tratamiento consensuado entre Cardiología y Nefrología".  La nueva unidad, formada por especialistas de los diferentes servicios, ofrece a las personas afectadas por el síndrome cardiorrenal una mejor atención. Se les ofrece una asistencia integral y multidisciplinaria y se les garantiza una atención personalizada, la continuidad asistencial, una mayor capacidad de respuesta y la reducción de la variabilidad clínica. "De este modo conseguimos que tengan una mejor calidad de vida y reducir el número de reingresos hospitalarios", destaca la Dra. María José Soler.

Desde la Unidad Cardiorrenal se mejora la comunicación y la interacción entre los especialistas, se garantiza la continuidad y la equidad asistencial a través del trabajo en equipo, se optimiza la derivación de los pacientes al nivel asistencial más adecuado, se mejora el abordaje integral del paciente con síndrome cardiorrenal, se optimiza el tratamiento farmacológico, se disminuye la tasa de reingresos por insuficiencia cardíaca y renal, y se forma a los profesionales en el abordaje multidisciplinario del síndrome cardiorrenal.

La Dra. Ana Belén Méndez, de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca, matiza que "las personas que vemos en la unidad cardiorrenal presentan una enfermedad con elevada complejidad que necesitan un tratamiento muy específico". Y a través de la Unidad Cardiorrenal se coordinan los diferentes servicios y se ofrece al paciente una medicina personalizada. “Acompañamos al paciente en el control de su enfermedad y además de hacer un seguimiento y ajustar la medicación, hacemos pedagogía”, explica Òscar Jodar, enfermero de la UCR.

Por ejemplo, en la Unidad Cardiorrenal enseñan a un paciente con insuficiencia cardíaca a detectar señales de alarma, como observar la presión arterial, o qué pautas tienen que seguir para no tener sustos. También se les hace una serie de analíticas de manera periódica para ajustar qué dosis máxima de medicación tolera y se consensuan los mensajes de los nefrólogos y cardiólogos. “Se trata de acompañarlos, resolver sus dudas y empoderarlos en sus curas”, explica Oscar  Jodar, enfermero de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca. “Además de tener los pacientes más controlados, conseguimos reducir ingresos gracias a la educación sanitaria que tiene cuatro pilares: la dieta, explicamos qué pueden y qué no pueden comer; según la medicación y la patología, ajustamos cuántos litros de agua tienen que beber para no retener líquidos y viceversa; ponemos una pauta de ejercicio, que puede ser andar cada día, y vamos reajustando la medicación”, detalla Òscar Jodar.

La Unidad Cardiorrenal está constituida por los Servicios de Cardiología, Medicina Interna y Nefrología del Hospital Universitario Vall d’Hebron, con una estrecha colaboración con otras especialidades. Forman parte de ella la Dra. María José Soler y la Dra. Ana Belén Méndez; el Dr. Ignacio Ferreira, jefe del Servicio de Cardiología; el Dr. Oriol Bestard, jefe de servicio de Nefrología; la Dra. Maria Antonieta Azancot, de la Unidad de Diálisis Peritoneal; Eulàlia Maestre, enfermera de la Unidad de Diálisis Peritoneal, y Òscar Jodar.
 

 

 

"Además de tener a los pacientes más controlados, hemos bajado los ingresos gracias a la educación sanitaria basada en cuatro pilares: dieta, ejercicio, coordinación de servicios y reajustar la medicación"

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