Tratamos cada año entre dos y cinco pacientes que han sufrido una lesión medular grave por una zambullida en playas, piscinas o ríos

Con la llegada del verano y del calor, las playas, piscinas y ríos se llenan de personas que quieren disfrutar de una jornada de diversión. Un día que puede acabar de forma trágica si por culpa de una mala decisión una persona sufre un accidente que afecta su columna vertebral.

Cada año ingresan en el Hospital Universitari Vall d’Hebron entre dos y cinco personas, habitualmente de edades comprendidas entre los 15 y los 35 años, que se han lanzado al agua, bien en una playa, una piscina, un río, un pantano o un lago, y han sufrido una lesión medular al golpearse contra el suelo o contra el agua.

La Dra. Lluisa Montesinos, jefa de la Unidad de Lesionados Medulares del Hospital Universitari Vall d’Hebron, asegura que las causas por las cuales se producen estos tipos de lesiones medulares son diversas. “Una es por la clásica zambullida de cabeza desde unas rocas o desde superficies elevadas. Otra para lanzarse el mar en la playa sin darse cuenta que la profundidad puede haber cambiado respecto a otros años, entre otras razones por el efecto del cambio climático. Y, en las piscinas, porque a veces no se tiene en cuenta una de las características del agua, la tensión superficial, que hace que el agua sea como una piedra al golpearse contra ella. Y últimamente hemos visto lesiones medulares que se producen por accidentes haciendo juegos acrobáticos en la arena de la playa".

La Dra. Lluisa Montesinos considera primordial hacer campañas informativas para prevenir este tipo de accidentes, que suelen tener repercusiones muy graves. "Las consecuencias suelen ser lesiones medulares muy graves a nivel cervical, que cambian radicalmente la vida de la persona accidentada y de su familia. Hay que tener en cuenta que solo el cinco por ciento de los lesionados pueden recuperarse".

Evitar este tipo de accidentes depende, en buena parte, del sentido común. "Son evitables", dice la Dra. Lluisa Montesinos. "Hay otros accidentes que no son evitables, pero en el caso de las zambullidas basta con tomar unas precauciones mínimas. Si nos queremos continuar divirtiendo el resto de la vida, no hay que hacer determinadas acrobacias o saltos al agua".

Tratamiento multidisciplinario

Cuando uno o una paciente con este tipo de lesión medular llega al Hospital Universitari Vall d’Hebron, es tratado inmediatamente por personal especializado en la UCI. Muchas veces llegan con problemas respiratorios y una vez estabilizados pasan a la Unidad de Lesionados Medulares. Son operados para estabilizar la lesión vertebral, para poder moverlos con seguridad y empezar el proceso de rehabilitación motora y respiratoria cuanto antes mejor. Posteriormente, con la ayuda de los profesionales de enfermería, los y las rehabilitadoras y fisioterapeutas, pasan a la fase de sentarse en la silla de ruedas. "Todo este proceso como mínimo puede durar entre tres y cuatro meses", dice la Dra. Lluisa Montesinos, "dependiendo del nivel de discapacidad y de sus necesidades".

Además, el Hospital facilita tratamiento psicológico especializado para ayudar el paciente y su familia a superar la nueva situación. "Para muchos es como un proceso de luto", afirma la Dra. Lluisa Montesinos. "Han perdido su vida anterior, es como una ruptura profunda en la línea vital de la persona afectada y de su familia. En casos de lesiones graves, necesitarán ayuda el resto de su vida para algunas de las actividades más básicas", concluye.

La Unidad de Lesionados Medulares del Hospital Universitari Vall d’Hebron es referente en Catalunya y Andorra en la atención a pacientes con lesión medular aguda traumática. Cuenta con un equipo de profesionales multidisciplinario especializado formado por médicos y médicas rehabilitadoras expertos en lesión medular, enfermeras, auxiliares clínicas, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, foniatras, logopedas y trabajadoras sociales, entre otros muchos especialistas.