Infecciones osteoarticulares resistentes
El concepto de infecciones osteoarticulares resistentes engloba todas las intervenciones hechas a pacientes con infecciones resistentes al tratamiento médico y quirúrgico previo. Estas intervenciones pueden ser recambios de prótesis, osteomielitis crónicas, pseudoartrosis sépticas, entre otras. La Unidad de Patología Séptica del Aparato Locomotor también trata, por su complejidad, a muchos de estos pacientes desde un inicio.

Los diferentes tipos de infecciones osteoarticulares resistentes que se tratan en la unidad son:
Osteomielitis/osteítis de origen hematógeno resistente al tratamiento médico y quirúrgico:
- Los síntomas que presentan son de aparición aguda o subaguda, y causan dolor. En muchos casos también pueden provocar fiebre, tumefacción, que es el aumento de volumen de una parte del cuerpo por inflamación, tumor o edema y eritema, es decir, que la piel se vuelva de color rojizo.
- La sospecha clínica nos ayuda en el diagnóstico y, a veces, también son útiles las pruebas de imagen. El diagnóstico definitivo se debe realizar a partir del aislamiento del microorganismo patógeno.
- El tratamiento se basa en el desbridamiento quirúrgico y el antibiótico dirigido al microorganismo responsable.
Osteomielitis crónicas o pseudoartrosis sépticas derivadas de traumatismos o intervenciones quirúrgicas. Las que se producen debido a fracturas abiertas, de forma característica la tibia, muchas veces aparecen acompañadas de pérdida ósea y/o de cobertura cutánea. No se sabe la incidencia exacta, pero cuanto más expuesto ha estado el hueso, más posibilidades tiene de infectarse de forma crónica.
- El tratamiento depende del grado de afectación del hueso. Si no compromete todo su grosor y se puede mantener la continuidad, es necesario aplicar técnicas locales de desbridamiento y colocar liberadores de antibiótico locales. Si la afectación es mayor y requiere de la resección de todo un segmento óseo, o en los casos de pseudoartrosis sépticas, hay que usar una técnica de reconstrucción ósea.
- La osteogénesis por distracción, habitualmente mediante fijación externa monolateral o circular, es la que utilizamos con más frecuencia en la reconstrucción de la extremidad inferior en el adulto. Otras técnicas serían la de la membrana inducida (Masquelet) y las microquirúrgicas, como el peroné vascularizado.
Infecciones periprotésicas. Este tipo de infección se da en cerca de un 1 % a un 3 % de las artroplastias primarias realizadas. En muchas ocasiones, el único síntoma evidente es el dolor. La presencia de una fístula o el aislamiento de un microorganismo patógeno en diferentes muestras confirman el diagnóstico. El tratamiento más frecuente pasa por el recambio de la prótesis en dos intervenciones diferentes.
- Se hace una primera cirugía en la que se retira la prótesis y se limpia toda la articulación, y se coloca un espaciador con antibiótico. Durante unas semanas, el paciente sigue un tratamiento antibiótico.
- Posteriormente, en la segunda cirugía, se implanta la nueva prótesis. Sin embargo, en cerca de un 10 o un 15 % de los casos, la infección vuelve a aparecer. Aquí es donde nuestra unidad trata las infecciones resistentes de las prótesis de todo el territorio, para cuyo tratamiento somos centro referente del Sistema Nacional de Salud (CSUR).
Infecciones de partes blandas graves (fascitis necrotizantes, gangrenas), resistentes al tratamiento. Estas lesiones son bastante raras y, cuando se producen, suelen ser mortales. Un dolor excesivo localizado puede ser el único síntoma inicial, lo que hace que sea muy difícil de diagnosticar en este estadio. Cuando se diagnostica y se aplica un tratamiento agresivo con antibióticos y desbridamientos quirúrgicos, se influye en la supervivencia y en la necesidad de amputaciones.
La prevención
En la prevención de la infección osteoarticular son muy importantes los factores relacionados con el paciente (control de las comorbilidades), los relacionados con la intervención (profilaxis antibiótica), la presencia de implantes, el estado de los tejidos (hueso y cobertura cutánea), entre otros.
Este tipo de infecciones hace que se necesite un equipo multidisciplinar, ya que es un tratamiento muy complejo.