¿Cómo se hace?
Para tomar la muestra, se introduce un catéter muy delgado a través de la boca del paciente hasta la zona que se desea explorar. Posteriormente, la persona que se somete a la prueba tiene que ir cambiando de posición hasta que, por medio de rayos X se compruebe que la cápsula está bien colocada.
Cuando la posición de la cápsula es correcta, se efectúa una aspiración con una jeringa para obtener la muestra, lo que llamamos biopsia.
Riesgos
A veces, hay que mover el catéter para colocar bien la cápsula. Esto no produce dolor, pero puede provocar irritación en la garganta o sensación de náuseas.
Los riesgos de la intervención son mínimos. Se pueden presentar complicaciones, como una perforación, sangrado o dificultad en la extracción de la cápsula, aunque son muy poco frecuentes.