Otitis
Hay dos tipos de otitis, muy diferentes, que pueden sufrir los niños: la otitis externa y la otitis mediana.
La otitis externa afecta el conducto auditivo y se relaciona, sobre todo, con exposición a agua de piscinas y baños en agua dulce en general. Es más frecuente en verano.
La otitis mediana se relaciona con infecciones de las vías respiratorias altas, y a su vez puede ser autolimitada (se resuelve por sí sola, como pasa en la mayoría de los casos) o purulenta tributaria de tratamiento antibiótico. Es más frecuente en invierno.

Los síntomas
a) Otitis externa: dolor de oído, sobre todo al tocar el pabellón auricular; a veces con secreción purulenta, pero originada en el mismo conducto.
b) Otitis mediana: habitualmente hay un cuadro respiratorio catarral previo, que de repente se acompaña de dolor (en niños pequeños la manifestación puede ser llanto intenso), con fiebre o sin fiebre. No hace daño al movilizar el pabellón auricular. A veces se produce una perforación del tímpano debido a la inflamación y la presión, y sale una secreción purulenta, generalmente asociada a desaparición del dolor (y el llanto).
A quien afecta la enfermedad
a) Otitis externa: niños que se bañan a la piscina u otro dispositivo de agua dulce y en los que se utilizan escobillones para "limpiar" (eliminar cerumen) los conductos auditivos. Es más habitual en niños grandes y adolescentes.
b) Otitis mediana: sobre todo a lactantes y niños pequeños que tienen un resfriado, este es vírico, pero ocasionalmente puede dar lugar como complicación una infección del oído mediano por bacterias.
El diagnóstico
En los dos casos es clínico: antecedentes, valoración de la sintomatología y exploración mediante otoscopia.
El tratamiento habitual
a) Otitis externa: evitar exposición a agua dulce y secar con aire fresco (secador) después de los baños; gotas oticas de antiséptico o antibiótico eficaz frente a Pseudomonas aeruginosa (la bacteria causal común); en determinados casos puede ser interesando la limpieza cuidadosa del conducto auditivo porque el tratamiento tópico (las gotas) actúen adecuadamente.
b) Otitis mediana: en casos leves, sin signos de ser purulenta, es suficiente analgésico para el dolor; si se diagnostica una otitis mediana aguda purulenta en un niño, es conveniente tratarlo con antibióticos sistémicos (por vía oral) activos frente a las bacterias habitualmente responsables de estos cuadros (neumococo, estreptococo A, Haemophilus influenza no cápsula)
Las pruebas más habituales
Exploración ortoscópica. Ocasionalmente, si hay supuración, cultivo del exudado.
Prevención
a) Otitis externa: secado adecuado (mediante aire) del conducto después de los baños; en casos de episodios repetidos, es útil la instalación de gotas de ácido acético al 1-2% antes de los baños, además de la posterior.
b) Otitis mediana: la lactancia materna, las vacunas habituales del calendario oficial, y evitar la exposición al humo del tabaco son las principales medidas preventivas.