Melanoma cutáneo
El melanoma cutáneo es un tumor maligno situado en la piel que habitualmente es de color café o negro. Algunos de los factores de riesgo principales son la exposición a la luz solar y los lunares. Se pueden desarrollar en cualquier zona de la piel, pero son más frecuentes en el pecho y la espalda de los hombres y en las piernas de las mujeres. Es el responsable del 65 % de las muertes por cáncer cutáneo. Descubrir y tratar la enfermedad a tiempo es primordial para evitar que se propague a otras partes del cuerpo.

El melanoma cutáneo es un cáncer que se origina en unas células denominadas melanocitos. Estas producen melanina, de modo que, habitualmente, los tumores son de color café o negro, pero también pueden ser rosados, pálidos o blancos. En el ámbito global, el melanoma representa aproximadamente el 1% de todos los tumores en ambos sexos, y cada año se diagnostica en 15 de cada 100. 000 personas, una cifra que va en aumento en casi todos los países europeos.
Los melanomas se pueden desarrollar en cualquier zona de la piel, pero son más frecuentes en el pecho y la espalda de los hombres y en las piernas de las mujeres. El cuello y la cara son otros lugares frecuentes. Tener una piel con pigmentación oscura disminuye el riesgo de melanoma en estas zonas más frecuentes.
El melanoma es mucho menos habitual en comparación con otros tipos de cáncer de piel, pero es más peligroso porque crece más rápidamente y es mucho más probable que se propague a otras partes del cuerpo si no se descubre y se trata a tiempo.
Síntomas
Los primeros signos del melanoma suelen ser los siguientes:
- Un cambio en un lunar existente.
- La formación de un nuevo bulto pigmentado o de aspecto inusual en la piel.
El melanoma no siempre empieza como un lunar; también puede aparecer en la piel de aspecto normal y puede formarse en cualquier parte del cuerpo. Aparece más a menudo en partes que han estado expuestas al sol, como la espalda, las piernas, los brazos y el rostro. También puede producirse en las partes que no tienen mucha exposición solar, como las plantas de los pies, las palmas de las manos y el lecho de las uñas. Estos melanomas ocultos son más frecuentes en personas que tienen la piel más oscura.
¿A quién afecta la enfermedad?
En España afecta especialmente a mujeres, con una edad media en el momento del diagnóstico de 55 años, y, en hombres, de 57 años. La incidencia del melanoma cutáneo está aumentando de forma alarmante en personas de raza blanca en todos los registros de cáncer. En Europa es el noveno en frecuencia; cada año se diagnostican unos 200.000 casos. Aunque sólo representa entre el 1,5 % y el 1,7 % de los casos de cáncer de piel, es responsable del 65 % de las muertes por este tipo de cáncer. Esta cifra es estable a pesar del aumento de la incidencia, probablemente por el diagnóstico precoz, que es lo más importante, y por todas las mejoras en el tratamiento.
No está claro por qué se produce exactamente el melanoma, aunque se han identificado algunos factores de riesgo que deben tenerse en cuenta:
- Exposición a luz ultravioleta: La luz solar aumenta el riesgo de melanoma, especialmente si aparecen quemaduras solares y aún más durante la infancia. Al mismo tiempo, deben evitarse las cabinas bronceadoras.
- Lunares: Una persona que tiene muchos lunares es más propensa a sufrir melanoma.
- Tipos de piel: Las personas con piel clara presentan un riesgo más elevado.
- Antecedentes familiares de melanoma: El riesgo de sufrir un melanoma es mayor si uno o varios familiares de primer grado lo han tenido. Aproximadamente el 10 % de todas las personas con melanoma tienen antecedentes familiares de esta enfermedad.
- Antecedentes personales de melanoma u otro cáncer de piel: Una persona que ha sufrido melanoma presenta un mayor riesgo de sufrirlo de nuevo.
- Sistema inmunitario debilitado: Las personas con el sistema inmunitario debilitado, a causa de ciertas enfermedades o tratamientos médicos, tienen más probabilidades de sufrir la enfermedad.
- Edad avanzada: Es más probable que el melanoma se presente en personas de mayor edad por el daño solar acumulado.
El diagnóstico
Suele diagnosticarse después de que se haya observado un lunar sospechoso que presente alteraciones conocidas como (1, 2, 3, 4):
- Asimetría en la forma.
- Bordes irregulares o poco definidos.
- Color cambiante que varía en función de las zonas.
- Dinámica de su evolución, como picor, sangrado, etc.
Por eso, si se encuentra un lunar nuevo, inusual, o se nota un cambio en alguno, siempre debe ser examinado por un dermatólogo, ya que el diagnóstico precoz es vital en esta enfermedad. Algunas de las pruebas y los procedimientos que se utilizan para diagnosticar el melanoma son:
- Examen físico: El médico os hará preguntas sobre vuestro historial médico y os examinará la piel para buscar signos que puedan indicar la presencia de un melanoma.
- Extracción de una muestra de tejido para analizarla (biopsia): Para determinar si una lesión cutánea sospechosa es un melanoma, el médico puede recomendar la extracción de una muestra de piel para su análisis. La muestra se envía a un laboratorio para examinarla.
Tratamiento habitual
Las recomendaciones de tratamiento dependen de muchos factores, como el grosor del melanoma primario, la posibilidad de que el cáncer se haya diseminado o la presencia de cambios genéticos específicos en las células del melanoma, entre otros.
Sin embargo, la cirugía es el tratamiento principal contra el melanoma local y regional. También puede ser una opción para combatir el melanoma metastático. Si la cirugía no es una opción, el melanoma se puede llamar «irresecable». Para recomendar un plan de tratamiento específico, los médicos tendrán en cuenta el estadio de la enfermedad y el riesgo de recurrencia en cada persona. Posteriormente, en función del estadio, se puede indicar un tratamiento sistémico durante un año. En los últimos años, el tratamiento de los melanomas que se han propagado ampliamente por el cuerpo ha cambiado a medida que las formas más nuevas de inmunoterapia y de medicamentos dirigidos han demostrado ser más eficaces que la quimioterapia.
Pruebas más habituales
Hay que hacer un examen físico completo, incluido un examen general de la piel. La finalidad de estas pruebas es identificar los factores de riesgo y los signos o síntomas que podrían indicar que el melanoma se ha diseminado más allá del lugar original. Para la mayoría de los melanomas de bajo riesgo, de menos de 1 mm de grosor, generalmente no es necesario hacer una búsqueda adicional de metástasis o diseminación.
En el caso de las personas con melanoma de alto riesgo, es posible que se consideren pruebas más exhaustivas, que pueden ser las siguientes:
- Ecografía: Crea una imagen de los órganos internos.
- Exploración por tomografía asistida por ordenador (TC): Genera imágenes del interior del cuerpo mediante el empleo de rayos X que se toman desde diferentes ángulos. Si el melanoma se ha diseminado, se puede utilizar para medir el tamaño del tumor.
- Resonancia magnética (IRM): Utiliza campos magnéticos, en lugar de rayos X, para producir imágenes detalladas del cuerpo, y se puede utilizar para medir el tamaño del tumor.
- Exploración por tomografía por emisión de positrones (TEP) o TEP-TC: Es una forma de crear imágenes de los órganos y los tejidos internos. Se inyecta en el cuerpo del paciente una pequeña cantidad de una sustancia azucarada radiactiva. Esta es absorbida por las células que usan la mayor cantidad de energía. Después, un escáner detecta la sustancia en cuestión para generar imágenes del interior del cuerpo.
Prevención para disminuir el riesgo de aparición de melanoma
- Limitar la exposición a los rayos ultravioleta.
- Buscar sombras y evitar la exposición solar directa entre las 11 y las 18 h.
- Utilizar sombreros, gorras, camisas o camisetas con filtro solar.
- Usar gafas de sol.
- Ponerse protección solar cada día del año, incluso los días nublados y varias veces al día.
- Evitar las cabinas bronceadoras.
- Proteger a los niños del sol para evitar quemaduras.
- Prestar atención a los lunares anormales examinando la piel. En caso de duda, siempre es conveniente solicitar visita con un dermatólogo para una revisión minuciosa.