Comunicación intraventricular (CIV)
Es un orificio que se puede encontrar en cualquier punto del tabique intraventricular, y es un agujero que puede ser único, múltiple y con un tamaño y forma variables. La CIV puede ir asociada a cardiopatías más complejas como la tetralogía de Fallot, la transposición de grandes arterias o canal auriculoventricular, entre otros.
![Comunicació interventricular (CIV) a Vall d'Hebron](/sites/hospital/files/styles/crop_16_9_large/public/comunicacio-interventricular_552.jpg?itok=0wv9hCp6)
¿Cómo actúa la comunicación intraventricular (CIV)?
Las CIV pequeñas reducen su tamaño con el paso del tiempo y en muchos casos se cierran ellas mismas, especialmente, durante los dos primeros años de vida. El porcentaje global de cierre espontáneo es del 30-35 % de los casos.
Los síntomas
En general, los niños con una CIV pequeña no presentan ningún tipo de síntoma. Por lo tanto, su patrón alimenticio, el crecimiento y el desarrollo son normales. Este orificio, pues, se detecta con un soplo en las primeras semanas de vida.
Los menores que tienen una CIV media o grande desarrollan síntomas en las primeras semanas de vida, como pueden ser:
- Aumento de la frecuencia respiratoria
- Sudoración excesiva
- Fatiga en la alimentación, que comporta una ingesta insuficiente y produce que el bebé no gane peso
¿A quién afecta la comunicación intraventricular?
La CIV es una de las cardiopatías congénitas más frecuentes, si no tenemos en cuenta la válvula aórtica bicúspide. Representa en torno al 20 % de todas las enfermedades del corazón.
El diagnóstico
La CIV se detecta a través de una ecocardiografía, que permite determinar el número, el tamaño, la localización y sus repercusiones funcionales.
El tratamiento habitual
Los niños que tienen una CIV pequeña no necesitan ningún tratamiento médico ni quirúrgico.
En cambio, a los menores con una CIV media-grande y que desarrollan insuficiencia cardíaca se les tiene que realizar un tratamiento médico. En caso de que persistan los síntomas, entonces se opta por una cirugía correctora precoz que consiste en cerrar el orificio con un parche, como puede ser el implante de un dispositivo por cateterismo cardíaco.
Si la CIV no tiene otros defectos asociados, su mortalidad quirúrgica es del 0 %. Después de la operación, los pacientes pueden llevar una vida normal como el resto de la población.