Vall d’Hebron pone en marcha un programa para prevenir el síndrome del bebé zarandeado

El Equipo EMMA y el Servicio de Neonatología ponen en marcha un programa para concienciar a la población de que zarandear a un bebé puede provocar secuelas neurológicas muy graves e incluso la muerte.

14/06/2022

Zarandear a un bebé solo unos segundos puede dejarlo ciego o provocarle secuelas neurológicas irreversibles o incluso la muerte. Los zarandeos provocan que la cabeza del bebé sufra movimientos de aceleración y desaceleración rápidos que, a causa del gran tamaño de la cabeza en proporción al resto del cuerpo y a una musculatura del cuello débil, facilitan que se produzcan lesiones intracraneales o un traumatismo craneal. Se conoce como traumatismo craneal abusivo (síndrome del bebé zarandeado) y tiene como síntomas más frecuentes la hemorragia cerebral y retiniana, las fracturas óseas y las secuelas neurológicas.

El equipo EMMA-Unidad de Atención a las Violencias hacia la Infancia y la Adolescencia y el Servicio de Neonatología de Vall d’Hebron han iniciado un programa de prevención del traumatismo craneal abusivo para concienciar a la población sobre el impacto que tiene zarandear a un bebé. En todo el mundo, uno de cada cuatro niños que sufre este tipo de violencia muere y, de los niños supervivientes, aproximadamente un 65-80% presentan secuelas neurológicas, como deterioro motor, cognitivo o retraso mental. “Zarandear a los bebés no es la violencia física más frecuente que se ejerce contra los niños, pero sí la que causa más muertes y más secuelas”, resume la Dra. Anna Fàbregas, adjunta del Servicio de Pediatría y coordinadora del equipo EMMA-Unidad de Atención a las Violencias hacia la Infancia y la Adolescencia: “Es un maltrato muy grave, hace falta que la población sea consciente del daño que puede provocar a sus hijos al zarandearlos”.

Gracias al programa de prevención contra el síndrome del bebé zarandeado que ha puesto en marcha Vall d’Hebron, todos los padres, madres y cuidadores o cuidadoras de los niños que nacen en el Hospital son informados verbalmente de los riesgos que comporta esta práctica, una información que les transmiten profesionales de enfermería en la misma habitación del Hospital Infantil y Hospital de la Mujer y también los equipos de pediatría en la Atención Primaria. “Nuestra tarea como equipo de enfermería es principalmente preventiva. Mediante la información proporcionada a los padres y madres de los bebés ingresados en planta y haciéndolos conocedores de los riesgos que comporta el zarandeo, contribuimos a reducir el número de casos”, explica Mari Carmen Márquez, supervisora de hospitalización de Obstetricia. Esta alerta también figura por escrito en el informe de alta que reciben los progenitores. Además, se da a las familias el tríptico informativo ¡Auxilio! No para de llorar, elaborado en nueve idiomas por la Agència de Salut Pública de Catalunya del Departament de Salut, donde se incluyen consejos para quienes cuidan a un bebé. En el tríptico se advierte que un bebé con buena salud puede llorar una media de dos o tres horas al día, a pesar de que a veces puede llorar muchas horas seguidas, sobre todo al atardecer y durante los primeros meses de vida.

El tríptico informativo ¡Auxilio! No para de llorar complementa también la tarea de acompañamiento de los equipos de pediatría de la Atención Primaria y da consejos para quienes están al cuidado de un bebé, para evitar el zarandeo de la criatura. Los bebés lloran si tienen hambre, cansancio, van sucios o mojados o no se encuentran a gusto por alguna otra razón. Si resolver las demandas que presentan, sostenerlos en brazos, acunarlos a un ritmo tranquilo (se puede utilizar un pañuelo portabebés), mimarlos, darles el pecho o biberón, cambiarles el pañal y otras técnicas tradicionales no funcionan, se recomienda a los cuidadores hacer relevos con otras personas que prueben de calmarles. Si solo hay una persona a cargo del bebé en aquel momento y nota que está a punto de perder el control, se recomienda que lo deje a su cuna, de lado o con la barriga hacia arriba, y busque un espacio para recuperar la tranquilidad, llamando a una persona de confianza si es posible para que le ayude. “Los primeros meses de crianza pueden ser duros porque si un bebé llora mucho o está intranquilo es posible que los padres, madres o cuidadores no puedan descansar suficiente y las dificultades a la hora de consolar al bebé les generen frustración”, expone el Dr. Cèsar Ruiz, jefe de Sección de Neonatología de Vall d’Hebron: “es importante encontrar alternativas en el manejo de la rabia, el cansancio o la frustración y, si hace falta, pedir ayuda”. Llamar a Infancia Responde (116111) o comunicar la situación a los profesionales de la atención primaria para buscar apoyo es una posible solución. A pesar de que es normal que un bebé llore, sobre todo los primeros meses de vida, si llora más tiempo o más fuerte que de costumbre o parece que sufre se tiene que consultar al pediatra.

En los casos de sospecha de traumatismo craneal abusivo, el protocolo que hay que seguir está claro. El equipo multidisciplinario formado por profesionales clínicos y de la Unidad de Trabajo Social, realiza las comunicaciones a la DGAIA (Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia), Fiscalía de menores y Juzgado de Guardia.

Más incidencia entre los dos y ocho meses de edad

En los casos de los lactantes que sufren el síndrome del bebé zarandeado se ha observado que el desencadenante principal es el llanto continuado inconsolable del bebé y también influyen otros indicadores de riesgo como las expectativas no realistas sobre el desarrollo del bebé, el estrés, las situaciones familiares de vulnerabilidad, la violencia machista, el uso de alcohol u otras sustancias, el haber sido víctima de violencia en la infancia, el hecho de que los progenitores sean jóvenes o de familias monoparentales sin apoyo de su red social o haber sido derivado previamente a los servicios de protección de la infancia. Habitualmente, los hombres ejercen más este tipo de violencia que las mujeres. Los picos de incidencia se registran en niños de dos y ocho meses. “Es importante que como adultos ajustemos nuestras expectativas y sepamos que los llantos formen parte de una etapa normal en el desarrollo y que hay una gran variabilidad entre bebés en el temperamento, el patrón de llanto y los niveles de actividad”, indica la Dra. Anna Fàbregas.

Aumento de bebés atendidos en Vall d’Hebron en la primera mitad de 2022

El equipo EMMA ha detectado un aumento del número de bebés atendidos a causa de traumatismo craneal abusivo en los primeros seis meses del año 2022, con un total de cinco casos. En los últimos once años, Vall d’Hebron ha atendido 27 casos de niños con traumatismo craneal abusivo, con una media de dos/tres casos al año; por lo tanto, en la primera mitad de 2022 se ha duplicado la media anual.

De estos 27 casos, el 78% fueron niños y el 74% de menos de 6 meses de edad con un pico importante en los tres primeros meses de vida. La clínica por la cual las familias acuden a los servicios de salud suele ser las convulsiones, y la mitad de los pacientes presentan una sintomatología muy grave, puesto que requieren intervención neuroquirúrgica de urgencias con ingreso a una unidad de cuidados intensivos. Un 40% de los pacientes presentaron al alta algún tipo de déficit cognitivo, y dos de los pacientes (un 7%) fueron éxitus.

El Equipo EMMA atiende a 304 niños y adolescentes víctimas de violencia el 2021

El Equipo EMMA, formado por profesionales del Servicio de Pediatría, del Servicio de Psiquiatría y de la Unidad de Trabajo Social, da respuesta a las necesidades propias de las situaciones de violencia hacia la infancia y la adolescencia desde una perspectiva médica, psicológica y social. Creado en 2021, aborda todas las tipologías de violencia: la violencia física (afecta a 1 de cada 10 niños), sexual (1 de cada 5), emocional/psicológica (3 de cada 10), por negligencia (la más frecuente) y la exposición a violencia de género, entre otros. A lo largo del 2021, el Equipo EMMA atendió 304 casos: según el tipo de violencia que sufren, el proyecto cuenta con profesionales referentes de cada especialidad pediátrica para hacer un abordaje más específico y ofrece un tratamiento especializado en el caso de la violencia sexual infantil.

Se puede consultar el tríptico informativo ¡Auxilio! No para de llorar en este enlace.
 

En los seis primeros meses de 2022, Vall d’Hebron ha detectado cinco casos de niños con síndrome del bebé zarandeado, cuatro casos más en medio año que en todo el 2021

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