Ha fallecido el Dr. David García-Dorado, jefe de Grupo de Enfermedades Cardiovasculares

El Dr. David García-Dorado fue jefe del Servicio de Cardiología y jefe de Grupo de Enfermedades Cardiovasculares del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR).

22/08/2019

Artículo firmado por el Dr. Ignacio Ferreira, jefe en funciones del Servicio de Cardiología e investigador del Grupo de Enfermedades Cardiovasculares del VHIR

 

El Dr. David García-Dorado murió el 16 de agosto de 2019 después de cuatro años de lucha, casi épica diría yo, contra la enfermedad. Es difícil resumir en unas páginas la trayectoria profesional del Dr. David García-Dorado y describir el profundo impacto que su trabajo ha tenido en la cardiología catalana, española y europea. Y más difícil es todavía tratar de plasmar el vacío que deja en el Servicio de Cardiología del Hospital Vall d’Hebron y en el Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR), donde era jefe de Grupo de Enfermedades Cardiovasculares.

David nació en Madrid en 1953, donde cursó los estudios de medicina y, posteriormente, llevó a cabo la residencia en cardiología y el doctorado en medicina en el Hospital Gregorio Marañón. Dada su personalidad inquieta e innovadora y su profunda convicción de que el avance en el conocimiento científico tenía que constituir la base para una medicina de excelencia, David empezó ya a finales de los años 80 del siglo pasado a realizar sus primeros trabajos en cardiología experimental. La investigación se convirtió para él en una pasión vital. E inició una línea de investigación que marcaría su trayectoria: el estudio de la fisiopatología del daño miocárdico por isquemia-reperfusión. Fue entonces, y a causa en gran parte por esta pasión científica, cuando dio un paso esencial que marcaría su futuro profesional y personal: la llegada en 1991 al Servicio de Cardiología del Hospital Vall d’Hebron. Si bien el reto era enorme, pues tenía que desarrollar un laboratorio experimental con líneas propias e innovadoras, la tenacidad, coraje y excelencia profesional de David marcaron la pauta a seguir y aseguraron el éxito. 

En pocos años, el laboratorio de Cardiología Experimental del VHIR se consolidó como un grupo de referencia internacional en estudios de biología celular, fisiología y cardioprotección. Constituye actualmente uno de los grupos de investigación más destacados del VHIR por su producción científica, solidez en la trayectoria y número de personas que trabajan. David formó varias generaciones de investigadores con sus valores de excelencia científica, rigor metodológico, espíritu crítico y creatividad. Y algunas de sus contribuciones científicas se han convertido en trabajos fundamentales en su área. 

Todo este bagaje científico e investigador, fruto de las múltiples facetas de David, se ha traducido en un currículum de excelencia, posiblemente de los mejores del país. Para dar unas cifras orientativas, fue autor de 410 artículos, los cuales han recibido más de 11.200 citas. En 56 es el primer autor, hecho que da una idea de la consistencia de su liderazgo en el grupo de investigación. Fue presidente del Working Group of Cell Biology of the Heart de la European Society of Cardiology y co-editor durante 10 años de la Revista Cardiovascular Research (2002-2012), consiguiendo posicionarla como una de las revistas más importantes en cardiología experimental. Además, fue inventor de tres patentes y lideró 35 proyectos de concurrencia competitiva, ocho de ellos internacionales, algunos realmente singulares.

Aunque el historial científico y académico de David es impactante, quedarnos solo con esto sería un reduccionismo que distorsionaría una realidad mucho más rica. David, además de investigador, era esencialmente un clínico apasionado de la cardiología y un defensor acérrimo del sistema público de salud. Como director del Área del Corazón y jefe de Servicio de Cardiología desde 2009, vivió momentos realmente complicados, marcados por aquel tiempo por una profunda crisis económica que implicó severos recortes tanto en infraestructura como en personal. Fue en aquel momento lleno de incertidumbres, hace ya 10 años, cuando empecé a trabajar de forma más estrecha con David. De aquella época recuerdo, además de la dureza del momento por la presión existente, la capacidad de David para enfocar los problemas con serenidad, energía y buen juicio. Y, sobre todo, la honestidad profesional, la entrega y la transparencia. Absolutamente todas las decisiones que tomó estuvieron motivadas por el bien del Servicio de Cardiología y, en último término, por el bien de los pacientes.

El Dr. David García -Dorado era una persona esencialmente buena. Además de excelencia profesional, tuvo una vida llena en todos los sentidos, regida por los valores de la honestidad, la austeridad y la investigación de la belleza en todas sus dimensiones. Tuvo múltiples aficiones, a las cuales se dedicaba con pasión, como la pintura, la música, el cine y la fotografía. En definitiva, el Hospital Vall d’Hebron y el VHIR despiden a un hombre bueno, un médico excelente y un profesor y científico excepcional.

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