Celebramos la quinta jornada del “Buenas noches, Vall d’Hebron”, el programa que prioriza el sueño como elemento clave para la recuperación.

Nuevas iniciativas, como dispositivos en modo nocturno, luz inteligente, tabiques que mitigan el ruido o kits de descanso, buscan garantizar hasta seis horas seguidas de sueño a los pacientes.

28/11/2024

«Hijo, para descansar,  
es necesario dormir,  
no pensar,  
no sentir,  
no soñar…»  

Incluso Antonio Machado, con este poema, relacionaba el descanso nocturno, dormir, con no hacer nada. Aparentemente, cuando dormimos, cerramos los ojos, callamos, la musculatura se relaja y el cuerpo parece inactivo. Pero más allá de la piel suceden muchas cosas. El organismo activa diversos procesos esenciales para la salud que, entre otras cosas, mejoran el sistema inmunitario. En el centro de mando, el cerebro, hay mucha actividad. Más allá de producir sueños, organiza la información, almacena los conocimientos útiles, consolida aprendizajes y depura toxinas. Este último proceso, del que se encarga el sistema glinfático, es clave para mantener una buena salud. También es crucial el trabajo de la glándula pituitaria, que segrega hormonas responsables de mantener la densidad ósea, la masa muscular, una piel saludable, reducir el dolor y, en general, ayudar al funcionamiento de todo el organismo. Estas son solo pinceladas de por qué una buena calidad del sueño se traduce en mejor salud y estado de ánimo, y por qué el Hospital Universitario Vall d’Hebron, desde 2019, está comprometido con favorecer el descanso nocturno de los pacientes. Este año se cumplen cinco años del proyecto “Buenas noches, Vall d’Hebron”, una iniciativa liderada por los profesionales que trabajan en los turnos nocturnos para mejorar el descanso de los pacientes y lograr que duerman un mínimo de seis horas seguidas. Dos veces al año, los responsables del programa organizan una jornada nocturna, una por cada turno, para compartir experiencias y retos. La de esta madrugada tuvo lugar en la sala de actos de la planta 10 del Hospital General, entre la 1:00 y las 3:00 horas. El Dr. Albert Salazar, gerente del Hospital Universitario Vall d’Hebron, y la directora de Enfermería, Mª Àngels Barba, estuvieron presentes y tomaron nota de los logros alcanzados y los nuevos retos.  

Un protocolo para cuando cae la noche  

“Científicamente, está demostrado que el descanso nocturno tiene un impacto positivo en la salud de las personas y es fundamental en la recuperación de los pacientes ingresados”, señala Consuelo Álvarez, adjunta a la Dirección de Enfermería. “Las interrupciones del descanso nocturno hacen a la persona más vulnerable en situaciones de estrés emocional y somático. Hay evidencia de que no tener un sueño reparador continuado puede provocar delirium, sobre todo en personas mayores”, añade. “Sin embargo, el ruido, la luz, dormir en una cama que no conoces, la asistencia al paciente, por un lado, o el dolor y la preocupación por una enfermedad pueden alterar la calidad del sueño”, admite. Para intentar minimizar estos elementos disruptivos, el programa “Buenas noches, Vall d’Hebron” cuenta con protocolos para profesionales, pacientes y acompañantes, y no deja de reinventarse. Cada día a las 22:00 horas se activa el #BuenasNochesVH. Los profesionales informan a pacientes y acompañantes de que comienza el periodo de descanso, pidiéndoles que silencien los teléfonos, hablen en tono suave y utilicen auriculares para escuchar la radio o la televisión. Se atenúan las luces, las persianas o cortinas se bajan. Y para minimizar el impacto del ruido, se adaptan los dispositivos. El equipo de mantenimiento del turno de noche se encarga de engrasar las bisagras de las puertas, los carros de enfermería y mejorar la climatización para asegurar una buena calidad del sueño.  

Como explicó Mourad Rakkez, responsable de mantenimiento del turno de noche, su equipo vela porque el programa “Buenas noches, Vall d’Hebron” se cumpla. Este año han realizado tres grandes reformas: en las cámaras de aislamiento de oncología, en la quinta planta del Hospital de la Mujer y en la segunda planta del Hospital Infantil. “Hemos colocado paneles acústicos para minimizar el ruido y diseñado una iluminación inteligente en los pasillos, controlada desde enfermería, y en las habitaciones para iluminar solo el espacio necesario”, explicó.  

Desde este verano, además, se están implementando las propuestas ganadoras del concurso de ideas “Buenas noches, Vall d’Hebron”. Míriam Llover, enfermera de oncología pediátrica del turno de noche, presentó en la jornada de este año su propuesta ganadora: “Es hora de dormir”. “Son tres propuestas para reducir el ruido: realizar las llamadas entre pacientes y enfermería mediante un sistema inalámbrico que avisa directamente a un dispositivo móvil, poner los dispositivos médicos de los pacientes en modo nocturno para silenciar alarmas y otros sonidos, y entregar kits de dormir con antifaz y tapones para los oídos”, resumió.  

Escuchar a los pacientes  

Antes de iniciar el programa “Buenas noches, Vall d’Hebron”, las encuestas a pacientes y acompañantes, así como la percepción de los profesionales sobre las condiciones de descanso, dejaban claro que había margen para mejorar. Ahora, cada planta y servicio dispone de un referente de descanso nocturno que procura que se cumplan los protocolos y vigila qué puede generar molestias. En la jornada de ayer, Joan del Oso, del equipo de Sistemas de Información y Cuidados, y Emmanuel Gimenez, de Sistemas de Información y Soporte a la Decisión, compartieron los resultados de los indicadores de sueño de la Estación de Trabajo de Enfermería y los resultados de las encuestas que reportan los pacientes sobre su experiencia con el descanso nocturno (9.086 encuestas).  

El equipo de Joan del Oso midió qué pacientes tenían problemas de descanso antes del ingreso y detectó que el 19% sufría problemas para dormir. Un 78% señaló tener un sueño de calidad, y para un 15% se trabajó en un plan de cuidados individualizado.  

Retos del “Buenas noches, Vall d’Hebron”  

“Los resultados de la experiencia del paciente (PREMs) nos advierten que debemos seguir trabajando en acciones de mejora, especialmente reducir el tono de voz durante la noche y agrupar la actividad y los cuidados siempre que sea posible, respetando la franja horaria entre la medianoche y las 6:30 horas para evitar interrumpir el sueño”, precisa Emmanuel Giménez. Otros retos incluyen seguir adaptando la climatización de las habitaciones, respetar el horario de visitas y prestar atención al uso de dispositivos móviles más allá de las 22:00 horas. Las encuestas indican que el indicador de descanso no varía según el sexo, pero sí según la edad: un 33% de los jóvenes adultos declara tener problemas para dormir seis horas seguidas durante su estancia en el hospital, frente al 19% de las personas mayores. En general, el 23% de los encuestados señala tener una mala calidad del sueño durante el ingreso. “Es una cifra que varía poco respecto a otros años y que nos plantea un reto”, concluye Emmanuel Giménez.

 

Consuelo Álvarez: “Las interrupciones del sueño no solo alteran el bienestar del paciente, sino que a nivel celular tienen efectos. Está demostrado que la cronicidad en las interrupciones hace a la persona más vulnerable en situaciones de estrés emocional y somático”.

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