Vall d’Hebron muestra los beneficios de la neuromodulación sacra para mejorar los síntomas del síndrome de resección anterior baja

La resección del recto es uno de los tratamientos habituales ante un cáncer de recto, asociado a la quimioterapia o la radioterapia. Esta cirugía, sin embargo, ocasiona numerosas secuelas intestinales, sobre todo incontinencia fecal, que tienen un gran impacto en la calidad de vida de los y las pacientes. La Unidad de Cirugía de Colon y Recto del Hospital Universitario Vall d’Hebron y el grupo de Cirugía General del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) han demostrado que la estimulación de los nervios del sacro mediante electrodos, técnica conocida como neuromodulación sacra, mejora los síntomas en estos pacientes. El trabajo, liderado por el Dr. Franco Marinello y el Dr. Eloy Espín, ha sido publicado en la revista Diseases of the Colon & Rectum y recibió el premio a la mejor comunicación oral en el Congreso de la Sociedad Americana de Cirugía Colorrectal (ASCRS) el pasado junio en Seattle (Estados Unidos).

El trabajo, donde también participaron el Hospital Universitario de Bellvitge y el Hospital Universitario Dr. Josep Trueta de Girona, se centró en el estudio de la neuromodulación sacra, la cual consiste en la estimulación eléctrica de los nervios del sacro con el objetivo de restablecer la actividad funcional del suelo pélvico. La técnica tiene dos fases, la primera de las cuales consiste en la implantación de un electrodo en un foramen sacro y donde se evalúa la mejoría clínica en 2-3 semanas con una batería externa. Si la prueba es positiva, el paciente pasa a una segunda fase en la que se implanta un generador similar a un marcapasos.

La neuromodulación sacra es una técnica mínimamente invasiva que mejora las disfunciones urinarias y defecatorias, pero hasta la fecha no había estudios controlados que avalaran su uso en el síndrome de resección anterior baja (LARS, por las siglas en inglés de low anterior resection syndrome), por lo que únicamente estaba recomendada como última opción cuando las medidas más conservadoras no eran efectivas.

El estudio actual se llevó a cabo con 46 pacientes en que se había realizado una resección rectal y que presentaban síntomas de LARS grave según una escala específica. “Esta patología engloba todas las alteraciones de la función intestinal, lo cual acaba deteriorando la calidad de vida del paciente. El abordaje terapéutico de este síndrome es complejo y poco estandarizado, por lo que estudios como este abren nuevas opciones terapéuticas”, explica el Dr. Franco Marinello, adjunto de la Unidad de Cirugía de Colon y Recto del Hospital Universitario Vall d’Hebron e investigador del grupo de Cirugía General del VHIR.

Una vez realizada la fase de prueba, los participantes implantados se clasificaron en dos grupos. En uno de ellos, los pacientes recibían neuromodulación sacra durante un mes y, posteriormente, se les apagaba la batería para comparar los resultados. El otro grupo se sometía al procedimiento contrario: inicialmente empezaban con la batería apagada y luego se encendía. Tras esta fase, el generador se encendía de forma permanente.

Los resultados demostraron que la neuromodulación sacra puede paliar los síntomas del LARS en hasta un 80% de los pacientes. “Nuestro estudio ha demostrado que esta técnica permite mejorar la calidad de vida de estos pacientes, por ejemplo, reduciendo la incontinencia fecal, los episodios de urgencia y la frecuencia de ir al baño”, asegura el Dr. Eloy Espín, jefe de la Unidad de Cirugía de Colon y Recto del Hospital Universitario Vall d’Hebron e investigador principal del grupo de Cirugía General del VHIR.

En próximas investigaciones, se trabajará para identificar qué pacientes se pueden beneficiar en mayor medida de esta terapia. “Supone un cambio en la práctica clínica, para que la neuromodulación sacra deje de considerarse siempre la última opción y se plantee como alternativa en una etapa más temprana”, concluye el Dr. Marinello, quien destaca además la necesidad de tener en cuenta las preferencias de los pacientes para que puedan tomar protagonismo en sus decisiones clínicas.